Es una pregunta muy abierta y complicada de responder. ¿Saldrá bien o saldrá mal? Eso solamente lo sabe una persona (si es que podemos considerarla persona) lo sabe en el mundo.Muchas piezas han ido cambiando en los últimos y más en los últimos meses con este esperado Draft de la NBA, el del 2014.
Podemos estar hablando de uno de los mejores Draft de la historia, cuyo orden vendrá precedido de las necesidades de uno u otro equipo en la lotería que se realiza unas semanas antes de la preciada elección final. Es complicado saber el devenir de un Draft cuando, por ejemplo, un equipo que tiene bien cubierto el puesto de base no va a elegir un base en su primera ronda de Draft.
En mi (humilde) opinión creo que el máximo favorito para llevarse este ‘privilegio’ es Julius Randle, de la Universidad de Kentucky. No por el hecho de ser de Kentucky (que es un factor importante) si no porque ha demostrado ser una bestia en fundamentos y en físico. Dominador en sus primeros meses de Wildcat demostrando todos sus grandes dotes como jugador: físico, penetración, juego al poste… Sin embargo, otro gran jugador conocido por todos nosotros es Jabari Parker, de la Universidad de Duke. De los mejores freshman de la última década desde Kevin Durant, está demostrando ser un jugador con unos fundamentos de diez pese a su carencia de capacidad física arrastrando problemas físicos desde que era un joven jugador del instituto de Simeon, en Chicago (Illinois).
Aparte de estos dos que sin ninguna duda son los principales favoritos (recuerdo, para equipos que tengan que mejorar su juego de SF y PF) para ser elegidos en primera posición del próximo Draft. Sin embargo, el base de la Universidad de Oklahoma State, Marcus Smart, es el favorito para ir a una franquicia de NBA la cual tenga que mejorar el puesto de base, y no hay mejor jugador que él. Conocido por todos nosotros, el hecho de quedarse un año más en college dice muchísimo de él y su capacidad de líder y de mejora puede hacer que sea uno de los mejores bases de las nuevas generaciones con una proyección altísima. ¿All Star? No me paso, ni muchísimo menos. Sin embargo deberá mejorar su capacidad como tirador.
El próximo jugador a destacar sería el que, según algunos ‘entendidos’ del tema, es el gran resucitador de una estrella de cara a la NBA. Andrew Wiggins ha sido comparado desde que tenemos uso de razón de él con los mejores jugadores de la historia del baloncesto colegial y/o profesional. Estas comparaciones no le han hecho ningún beneficio al jugador obligando a pesar que no está rindiendo a un nivel esperado. Nada más lejos de la realidad. Andrew Wiggins es un prospecto de jugador espectacular pero que hoy por hoy deja algunas carencias como jugador sobretodo en aspectos de bote y también de eficacia y regularidad del tiro. Son cosas que Andrew Wiggins deberá mejorar durante este año en Lawrance (ciudad donde está situado el campus de la Unviersidad de Kansas Jayhawks)
Y después vamos con el gran tapado dentro de estos jugadores, el pivot camerunés Joel Embiid. Joel Embiid es un jugador que lleva jugando al baloncesto solamente ¡dos años!, realizando una progresión en el juego y en su calidad como jugador sin igual. No hay ninguna historia igual y va a ser muy complicado que la vuelva a haber. Joel Embiid antes jugaba al volleyball y probó de casualidad el baloncesto y ahora es uno de los principales candidatos a salir como Pick 1 del ¿mejor Draft de la historia de la NBA?. Sus movimientos por la pista, su tiro desde todas las partes de la cancha y su privilegiado físico le hacen que le comparen con uno de los mas grandes de la historia NBA, Hakeem ‘The Dream’ Olajuwon.
Por lo tanto, estamos ante un Draft de la NBA bien complicado de decidir, incluso más que el año pasado aunque son dos casos distintos que están a años luz de diferencia (al igual que de calidad). Si yo tuviese que mojarme hoy por hoy, tendría que decir que el Top 5 sería:
1 Julius Randle, 2 Joel Embiid, 3 Jabari Parker, 4 Andrew Wiggins y 5 Marcus Smart.
Sin embargo, hay equipos que van a interesarse mucho más por un tipo de jugadores que por otros. Equipos necesitados de un base organizador como podría ser el ejemplo de Nueva York, Orlando o Los Angeles Lakers (aunque es complicado que cualquiera de estos equipos consiga rondas tan altas de Draft) harían que Marcus Smart subiese en ese ránking. Y después equipos necesitados de jugadores interiores de manera inmediata como podría ser el ejemplo de Charlotte, podría ser que Joel Embiid subiese a lo más alto del podium.
A partir de aquí, empieza la guerra fría entre franquicias NBA como si de americanos y rusos en plena II Guerra Mundial se tratase.