De Azul y Naranja | La histórica cojera de Willis Reed
LA LESIÓN QUE CAMBIÓ LA HISTORIA DE LOS KNICKS
«¡Aquí viene Willis Reed!¡El público está eufórico! Willis pasa por delante de la mesa de anotadores, toma una pelota. Los Lakers han dejado de lanzar, ¡ahora están observando cómo calienta Willis!».
Si alguien no es fan de los Knicks, quizás esta frase le suene a cuento chino, sin embargo, estas pocas palabras son consideradas historia viva del baloncesto americano.
Pero pongámonos en contexto: corría la temporada 1969-1970 ( la última con dos divisiones) y los Knicks contaban en su plantilla con jugadores de la talla de Frazier, DeBuschere, Barnnet, Bradley y Phil Jackson. El MVP del campeonato, Willis Reed, y el mejor manager de la liga y artífice del gran proyecto, Red Holzman. El equipo pronto destacó por su gran defensa y su gran juego de pases, consiguiendo un récord de 60-22 en temporada regular (el mejor récord de la historia de la franquicia), proclamándose como el mejor equipo de la NBA.
Una vez llegados los playoffs, los Knicks derrotaron en siete partidos a los Baltimore Bullets de Earl ‘Pearl’ Monroe, en un partido que se convirtió en la lucha de dos estilos de baloncesto: la defensa y el juego en equipo de los Knicks, contra el ataque vertiginoso de los Bullets de Monroe.
En las finales de conferencia los Knicks se deshicieron con facilidad de unos Bucks en los que ya empezaba a destacar un joven llamado Kareem Abdul-Jabbar, que por aquel entonces aún seguía siendo simplemente Lew Alcindor.
Pero el camino hacia el anillo no había hecho nada más que empezar, y una vez en la final, los Knicks tendrían que vérselas con Los Angeles Lakers. El equipo angelino asustaba, y con razón. Contar con jugadores como Jerry West, Wilt Chamberlain o Elgin Baylor eran palabra mayores.
«Tenia mi cámara dentro del vestuario e hice fotos con ella, la aguja era como mi mano de grande y se la metieron en el músculo», dijo Phil Jackson sobre el famoso hecho.
«Oh Dios mío, ahí viene Will. Ahí llega. El jugador de 2,08 de Grambling. El capitán de los Knicks, el jugador más valioso de la NBA. El nuevo Madison Square Garden se ha puesto en pie para ovacionarle. El público está eufórico, Willis pasa por delante de la mesa de anotadores, toma una pelota. Los Lakers han dejado de lanzar, ahora están observando cómo calienta Willis», dijo el comentarista del partido.
«Will se sentó y no jugó el resto del partido, pero nos liberó y nosotros nos fuimos», recordó Cazzie Russel recientemente.