Kevin Love, el espejo en que mirarse para Jared Sullinger

Love mejoró tras perder peso y el Celtic debe imitarle

Fuente: Mark Runyon (CC)
Fuente: Mark Runyon (CC)

Nos situamos en el 31 de marzo de 2012, semifinales de la Final Four de la NCAA, Jared Sullinger, que había retrasado su llegada a la NBA para poder llevar a Ohio State lo más lejos posible, termina su andadura en la universidad tras un partido en el que no estuvo fino en el tiro, y decide declararse elegible.

Tras su gran año freshman, los pronósticos lo situaban como un top 5 en el Draft de 2011, pero él quiso esperar, quería ganar el campeonato con su Universidad. Y casi lo consigue, en 2012 lideró a Ohio State, cayendo derrotados a las puertas de la final, pero tras otro gran año del PF.

Si bien, el día del Draft llegó y sus problemas de espalda y su peso, hicieron que bajara hasta el pick 21, y Danny Ainge no dejó escapar la oportunidad. Tras dejar atrás los problemas de espalda, su condición física no ha sufrido grandes cambios desde entonces, pero tras su lesión y como en declaraciones que recientemente hemos recogido deja claro, la decisión del jugador es tajante, quiere bajar de peso, quiere mejorar su físico.

Pero ¿Sería beneficioso para su forma de jugar? Desde antes de ser drafteado, se le ha venido comparando con un jugador en especial que, casualidades del deporte o no, también se planteó una vez el reto de bajar de peso y le vino de perlas, no es otro que Kevin Love.

Tras el verano de 2011, Kevin Love volvía a Minnesota con 11 kilos menos de los que pesaba, justificando esa bajada de peso como algo necesario para introducir aspectos nuevos en su juego. En la campaña anterior, Love jugó una media de 35.8 min, promediando 20,2 puntos y 15,2 rebotes por partido. Después de perder peso, esos guarismos se convirtieron en 39 min, 26 puntos y 13,3 rebotes de media por partido. Si bien hay que matizar que la temporada de su cambio físico fue la del lockout, el cambió es como mínimo, sorprendente.

Porque no todo lo justifica ese aumento de minutos, que podría ser consecuencia de la cantidad de partidos que se jugaron (solamente 66, de los que jugó 55). Love justificó, como ya hemos dicho, su cambio de físico como algo necesario para introducir nuevos aspectos en su juego, ¿de qué aspectos hablaba? Pues de uno en el que Jared Sullinger, precisamente se ha propuesto mejorar, el tiro de 3, y otro en el que por circunstancias del equipo y del propio jugador se ha tenido que hacer cargo y se va a tener que hacer en un futuro, el número de intentos de tiro.

Empecemos por esto último. Tras la marcha de Rondo y Green, Jared se convirtió en el líder del vestuario, por fuerza, por necesidad o por calidad, ese era su papel. Pero uno de los problemas que trae como consecuencia estar pasado de peso, es el de no poder ser consistente durante mucho tiempo, es decir, no poder aguantar el ritmo, llevar el peso de tu equipo durante todo lo que sería necesario. El mismo Sullinger en sus recientes declaraciones afirmaba que no podía estar a tope todos los minutos que jugaba, por lo que un cambio físico podría hacerlo capaz de ser responsable de más tiros con mayor eficiencia y regularidad.

En esta línea, Kevin Love promediaba por partido la temporada anterior a bajar de peso 14,1 tiros intentados, de los que encestaba 6.6, intentaba 2,9 triples y metía 1,2. En la temporada de su mejora física, sus estadísticas fueron: 19,3 tiros intentados, de los que encestaba 8,6, y 5,9 triples intentados de los que encestaba 1,9.

Love bajó de peso para poder jugar por fuera de una forma más eficiente, se adaptó al baloncesto moderno, en el que el tiro de 3 marca la diferencia, sin perder sus señas de identidad (juego en el poste bajo, y capacidad reboteadora), pero añadiendo una nueva amenaza, el tiro exterior.

Jared Sullinger, desde que llegó a la NBA, ha venido aumentado el número de triples intentados, incrementando esa cifra de un 0,1 en su primera temporada, a un 2,8 en la segunda y a 3,4 en la presente. Si bien los porcentajes no lo acompañan, su mejor temporada es la actual con un 28,9%, parece que tiene potencial de convertirse en un tirador fiable desde la línea de triple. Recordemos que Kevin Love en sus primeras dos temporadas no llegaba a los 2 intentos de triple por partido, encestando 0,6 por partido en su segunda temporada en la que intentaba 1,8, con un 33,3% de acierto.

Todas las cifras no hacen otra cosa que ser un aliciente para que Sullinger trabaje en verano de 2015, tal y como Love lo hizo en el de 2011. Y aunque las cifras son eso, simplemente números, la sensación de superioridad que Kevin Love demostró tras su cambió no hace más que hacer creer que el jugador de los Celtics puede conseguir algo parecido si consigue mejorar su físico.

El juego hace cambiar a los jugadores, los hace adaptarse, y en estos momentos el triple es esencial en cualquier equipo, y un jugador que pueda producir dentro y fuera de manera efectiva y constante es algo que incrementa las opciones de su equipo de forma considerable. Esta necesidad de adaptación hizo a Love preocuparse por su físico, bajar de peso y ganar músculo, haciéndolo hoy en día un jugador ofensivamente temible, que no ha perdido capacidad reboteadora, ya que como Sullinger, no cogen rebotes por su físico sino por su colocación.

Otros ejemplos de jugadores que han decidido bajar de peso pueden ser los de LeBron James, Carmelo Anthony u otro interior, Marc Gasol, cuya mejoría tras perder peso y ganar músculo ha supuesto que se le incluya en la carrera por el MVP hasta hace poco.

Jared Sullinger ha tardado en darse cuenta, pero ha llegado a la misma conclusión que jugadores considerados estrellas de la liga, y que han visto sus prestaciones aumentadas de forma drástica tras su mejora física. Si los seguidores de los Celtics lo consideraban ya uno de los mejores de la plantilla, y con un potencial aún por descubrir, ¿hasta dónde puede llegar si mejora físicamente?

El tiempo, la oportunidad y sobretodo la voluntad para cambiar han llegado y Kevin Love es el espejo en el que mirarse.