El arquitecto de los Spurs

Desde 1996 lleva Popovich al frente de San Antonio
El arquitecto de los Spurs

popovich

En el día de hoy, Miami Heat y San Antonio Spurs comenzarán a disputar las finales de la temporada 2013/14, en lo que supondrá la sexta aparición de los tejanos en la última ronda de la postemporada, mientras que para el conjunto de South Beach será la quinta ocasión. Los dos mejores equipos del campeonato sin lugar a dudas, con grandes estrellas en cada escuadra capaces de decantar la balanza por uno de los equipos en cualquier momento. Pero en esta ocasión no nos vamos a centrar en los jugadores, tantas otras veces protagonistas, sino que vamos a echar una mirada al banquillo y, más concretamente, al head coach de los Spurs.

Gregg Popovich. Con la sola mención de su nombre vienen a nuestra mente cantidad de imágenes, momentos curiosos protagonizados por Pops [mención especial para sus entrevistas entre cuartos, deleite para el espectador y de aprieto para el comentarista concreto al que le toque ser «víctima» de los ácidos comentarios del nacido en Indiana], pero sobre todo nos viene a la memoria el éxito al que ha guiado, temporada tras temporada, consecución de anillo o no aparte, a la única franquicia que ha dirigido desde que en 1996 decidiera abandonar su puesto de General Manager para ponerse manos a la obra en el banquillo. Pero toda esta historia, la elevación del entrenador hijo de una pareja serbio-croata a los altares del baloncesto NBA hasta ponerse a la altura de los mayores genios que hayan dado ordenes en esta competición, estuvo cerca de truncarse en 1999.

Temporada 1998/1999. Tras un inicio de la liga atrasado por el cierre patronal, los Spurs, comandados por David Robinson y un Tim Duncan en su año sophomore, no empiezan bien la temporada regular reducida, pues solo consiguen ganar 6 de los primeros 14 encuentros, y la afición tejana pide la destitución de Popovich y su sucesión en el cargo de Doc Rivers, actual entrenador de los Clippers y que por aquellos días era miembro del staff técnico de Gregg. En esta circunstancias, su siguiente encuentro de temporada regular era contra los Houston Rockets, pero en el vestuario se sabía que aquello no era solo un partido más. Los rumores que afirmaban que, de perder el encuentro ante sus vecinos, el entrenador sería despedido eran fuertes, y los jugadores eran conscientes de ello:

Malik Rose: «Aquel encuentro no era uno más, todos lo sabíamos. David [Robinson] nunca solía decir nada en la piña del equipo aparte de una oración, pero aquel día fue distinto. Nos dijo «Tenemos que ganar, tenemos que hacerlo juntos, este es un encuentro muy importante.»»

«Si perdíamos aquel encuentro traerían a Doc para sustituir a Gregg, o eso decían los rumores. Y, viendo la tensión que había en el vestuario aquel día, parecía cierto. Nunca lo olvidaré.»

Steve Kerr: «Por aquel entonces Popovich no era aún Popovich. No el que conocemos ahora, los fans no sabían de lo que era capaz.»

Avery Johnson: «Aquel encuentro era una victoria obligada para nosotros, absolutamente. Robinson y yo fuimos a casa del entrenador para hablar con él, y, tras lo que nos dijo, supimos que teníamos que ganar.»

«Personalmente yo me lo tomé como un asunto personal, porque consideraba que mi rendimiento era una de las claves de la mala situación del equipo y él había tenido fe en mí. Recuerdo que el discurso de David fue el más apasionado que le escuche nunca, prácticamente echaba espuma por la boca.»

Con todos estos alicientes, no es de extrañar el resultado final: en un encuentro dominado de principio a fin por San Antonio, vencieron por 17 puntos [99-82] a los Rockets, con un Duncan dando ya muestras de su incipiente dominio con 23 puntos, 14 rebotes y 5 tapones, y la victoria sirvió de estímulo al equipo, pues ganarían 30 de los siguientes 35 encuentros, para acabar con un record de 37-13 (mejor record de la Conferencia Oeste, por lo que obtuvieron la primera plaza de la Conferencia de cara a los Playoffs) y acabaron superando escalón a escalón una postemporada que acabaría con un Popovich, casi desahuciado 3 meses atrás, con el primer anillo de su carrera como entrenador.

Ese fue el comienzo del genio que a día de hoy conocemos. Un personaje hermético en el banquillo cuya habilidad con el desarrollo de jugadores ha quedado con los años fuera de toda duda, y que está mayoritariamente considerado como el mejor entrenador de la NBA actualmente. No obstante, la mejor cualidad de Popovich no es sino su capacidad camaleónica de adaptación del juego de los suyos a las exigencias del momento.

Y es que los San Antonio Spurs originales de Popovich estaban conferidos como un equipo hecho para ganar desde la defensa, el cierre de su propia canasta con una presión asfixiante al rival que ya les llevaría al éxito de nuevo en 2003 y 2005 [especialmente destacadas estas últimas Finales, donde se vieron las caras con los Pistons campeones de 2004, otra muralla defensiva], y sin embargo esta temporada han sido el quinto ataque más eficiente de la NBA [desde 2010 solo han bajado una vez del Top 5 en este apartado] pues, a medida que el físico de sus principales piezas se fue deteriorando, se han ido incorporando nuevas caras más jóvenes capaces de elevar el ritmo de su ataque hasta convertirlo en una maquina casi perfecta.

Pero quizá el mayor triunfo de Popovich durante su etapa al frente del banquillo haya sido la inculcación a los suyos de una mentalidad básica en este deporte pero tantas veces olvidada: es un juego de equipo, y nadie es imprescindible. Muestra de ello son las dosificaciones de sus estrellas, en parte como medio para que lleguen en forma y descansados a los Playoffs, tramo principal de la temporada, pero también destinadas a tener involucrados a todos y cada uno de los miembros de la plantilla. Y es que, como destacábamos anteriormente, casi no hay jugador que haya pasado por las manos de Popovich sin haber mejorado, fruto esto del conocimiento de un rol específico dentro del equipo.

Desde que en 1996 tomara las riendas del banquillo de la franquicia, el balance de victorias-derrotas de Popovich es de 967 victorias en un total de 1410 encuentros disputados [para un porcentaje de victorias del 68.6%]. Y si eliminamos de la ecuación su primera temporada, en la cual acabó con un balance de 17 victorias en 64 encuentros [marcada por una lesión que dejo toda la temporada fuera a David Robinson, la cual permitió tener la opción de escoger en el Draft de 1997 a Tim Duncan], estas cifras se elevan al 70.5% de victorias, consiguiendo en todas las temporadas (con la excepción de la mencionada del lockout, donde solo se disputaron 50 encuentros] al menos 50 victorias [2 veces, temporadas 2009/10 y 2011/12, aunque en esta solo se jugaron 66 partidos) y un máximo de de 63 [temporada 2005/06].

«Los San Antonio Spurs hacen lo que saben hacer muy bien. Mueven el balón hasta encontrar los mejores tiros, ejecutan a la perfección las jugadas, y haciendo todas estas pequeñas cosas consiguen una gran victoria.» – Shaquille O’Neal

La temporada que viene se convertirá en el noveno entrenador de la historia con al menos 1000 victorias en temporada regular, y lo hará con el segundo mejor porcentaje de la lista, solo detrás del Maestro Zen Phil Jackson [1155 victorias con un 70.4% de victorias], está a punto de pelear por su quinto título (había ganado cada Final disputada hasta la temporada pasada) y algún día será miembro del Salón de la Fama por méritos propios. Y es que si alguien ha encarnado el papel de arquitecto de una franquicia triunfadora desde casi la nada, ese ha sido el genio de Gregg Popovich. Y que sea así por mucho más tiempo.

«Los jugadores que he tenido el privilegio de entrenar son y han sido increíbles, el hecho de que me hayan dejado entrenarles de la manera en que lo he hecho me sorprende cada día. Es un gran grupo del que me gusta decir que se han superado a sí mismos, ya que, ganemos o perdamos, lo hacen de la manera correcta y con clase.»– Gregg Popovich

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