El día que Vassilis Spanoulis decidió cambiar la historia

ES UNO DE LOS MEJORES DE LA HISTORIA

Pensar en Olympiakos y que al instante nos lleguen imágenes a nuestra mente de uno de los mejores líderes de la historia del baloncesto es algo inevitable. Se trata de Vassilis Spanoulis, uno de los pocos jugadores capaces de llevar a los griegos a tumbar al CSKA en la finalísima de la Euroliga, cuando el cuadro ruso contaba con uno de los mejores conjuntos que se han formado en los últimos años. Fue entonces cuando apareció él para guiar a los suyos a la conquista de Europa.

Fuente: elcontraataque.es

Aquel día de 2012 el conjunto dirigido por el mítico entrenador y actual asistente de Gregg Popovich en los Spurs, Ettore Messina, dejó escapar una de las mayores oportunidades que ha obtenido en los últimos años. Cuando su equipo que era el claro favorito desde que bajó el telón de la campaña 2011-2012 y más con la presencia de Andréi Kirilenko. No cuidaron la diferencia cosechada desde el inicio de la esperada cita. ¿Mérito de los griegos o desastre ruso? Al descanso vencían por 34-20, un tanteo bajo, por lo cual la renta parecía aún superior. Pues bien, en todo el tercer periodo el Olympiacos sólo logró reducir un tanto y todo apuntaba a que el técnico italiano sumaría un nuevo trofeo a sus vitrinas.

Si echamos la vista atrás y nos adentramos en aquella noche de locura, recordaremos como Spanoulis se disfrazó de líder para tirar del carro de una escuadra que había reducido considerablemente su presupuesto con respecto a la campaña anterior. ¿Saber valorar lo que tienes y no malgastar? Probablemente esa es la razón por la cual cambió la historia del club griego. El genio de Larissa, como le conocen en su tierra, fue capaz de dirigir, lanzar, anotar con soltura pero sobre todo transmitir a sus compañeros que la remontada era posible. Muestra de ello es la intensidad con la que jugó Giorgos Printezis, posteando con dureza en cada jugada y ganando la batalla en la pintura, no cediendo ningún rebote… En aquella temporada el interior de Atenas llegaba procedente de un Unicaja en el que no había terminado de cuajar.

Fuente imagen: hoops-nation.com

Volvamos a la batalla que se estaba cociendo en Turquía, en la que la delegación española pudo contar con la presencia del árbitro barcelonés, José Antonio Martín Beltrán. A 9.7 segundos para el desenlace Ramunas Siskaukas acudía a la línea de personal, en la que no pudo aprovechar su último lanzamiento del cual Papanikolaou capturaría el rebote más importante de su precoz carrera. Entregó el balón a su base con 61-60 en el electrónico y todo por decidirse. Cruzó la pista, realizó un amago de parada que no dudó en aprovechar para romper a su par, recibió la ayuda defensiva por parte de sus rivales, lo que le facilitó para asistir a Printezis que atacaba la espalda de la defensa. Los segundos más largos de toda la temporada y solo una opción para él. No lo dudó en ningún momento. ¡Podía pasar cualquier cosa! La bola quiso atravesar la red y hacer felices a miles de personas, que por su parte trajo una gran decepción en la capital rusa. Tras aquella gloriosa jugada Spanoulis se convertía en el generoso compañero que buscó el éxito colectivo y Printezis como el héroe que supo rematar la faena elaborada por su líder.

A fuego lento pero de manera contundente se iba curtiendo un joven Kostas Papanikolaou que se marcharía con 18 puntos a la conclusión del encuentro, siendo el máximo anotador de aquel partido con final de infarto. Continuó un año más en su país natal antes de poner rumbo a la NBA pasando por el FC Barcelona con el que lograría alzarse con la Liga Endesa.

El Olympiacos acababa de proclamarse campeón de la mejor competición continental al derrotar al súper favorito CSKA. ¡Se desató la locura! Noches de este nivel nos hacen darnos cuenta de que hasta el bocinazo final todo está en juego.

¿Qué sucedió al año siguiente? El Olympiakos volvió a lograr la plaza para la final, esta vez ante el alegre Real Madrid de Pablo Laso. El técnico vitoriano ha sido muy criticado por no tener la mejor competición europea en sus vitrinas, sin embargo desde su llegada el Madrid está alcanzando la F4 de forma habitual y este año tiene el reto de rematar la faena de nuevo.

Fuente imagen: www.marca.com

El O2 Arena era el escenario adecuado para reunir a cuatro aficiones en busca de un mismo destino, alzarse con el título más preciado de Europa. El conjunto blanco salió pletórico anotando desde cualquier posición, pero a alguien se le olvidó recordarle que los partidos duran 40 minutos y que en frente tenían al Olympiacos de Spanoulis. En aquella cita nos dimos cuenta de la importancia de saber controlar las emociones en los momentos más calientes del curso baloncestístico. A partir del segundo cuarto el conjunto griego cogió las riendas del partido y no las cedió en ningún momento ante las envestidas individuales, en especial por parte de Sergio Rodríguez, que estaba ante el momento más dulce de su carrera.

El base de Larissa volvió a ser nombrado MVP de la final demostrando que merece el reconocimiento de toda Europa. Las tres Euroligas que ha conquistado han ido acompañadas del galardón al mejor jugador, un dato al alcance de muy pocos jugadores. Entre ellos se encuentra el mismísimo Michael Jordan que a sus 6 anillos añadió 6 MVPs de las finales.

En definitiva estamos ante un jugador de leyenda, de esos que aparecen uno cada cierto tiempo. Probó suerte en la NBA con los Houston Rockets pero prefirió quedarse en el viejo continente defendiendo la elástica del eterno rival (disputó cuatro temporadas en el Panathinaikos).

Spanoulis tiene tres hijos que han nacido en el mismo año que él ha logrado alzarse con la Euroliga y actualmente su mujer está embarazada. ¿Llegará la cuarta con su cuarto hijo?

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