Houston Rockets es el mejor equipo en lo que llevamos de 2014. Su record es de 20-6, ganando 12 de sus últimos 14 encuentros, y parando ayer en 8 la racha de victorias consecutivas de Miami Heat.
El equipo tejano encontró en su quinteto inicial a un equipo rápido y férreo en defensa, además de llegar todos los jugadores a dobles dígitos en anotación: Parsons, infatigable, consiguió anotar 10 puntos y capturar 8 rebotes; Beverley encadenó 5 triples para llegar a los 19 puntos; Terrence Jones aportó un doble-doble de 19 puntos y 12 rebotes. Pero una vez más, la dupla formada por el pivot más en forma de la NBA, Howard, y James Harden, hicieron posible la victoria: el escolta se fue hasta los 21 puntos, con 4 rebotes y 11 asistencias en 40 minutos de juego, y el pivot alcanzó un nuevo doble-doble de 22 puntos y 16 rebotes, dominando la zona una noche más, ante la atenta mirada de Olajuwon desde la grada.
Por parte de los Heat, el Big-Three no fue tan «big» como siempre: Bosh se quedó en 5 puntos y 5 rebotes; Wade se fue hasta los 24 y Ray Allen aportó 13 puntos desde el banquillo. Pero lo verdaderamente aciago de la noche fue el partido de un LeBron James que venía de endosarle 61 puntos a los Bobcats; y que vio como su equipo caía derrotado en el Toyota Center sin poder ayudar todo lo que habría querido: aportó 22 puntos y 6 asistencias; pero lo verdaderamente anecdótico es que 19 de sus 22 puntos fueron en la primera parte, y en la segunda encadenó 1/7 en TC, y lanzó el triple a la desesperada para intentar empatar un encuentro que, finalmente se decantó para los tejanos por 103-106.
Fue una mala noche para los Heat, que además vieron como James agravaba su lesión en un encontronazo con Howard, y como peligra su participación en el proximo encuentro contra los Spurs; equipo del que, los Rockets, gracias a ser el mejor equipo de 2014, ya están a tres partidos, y a cuatro de los Thunder, demostrando que son uno de los grandes rivales del durísimo Oeste.
