- El hielo es un elemento único, frío y eficaz: Duncan
- El fuego es un elemento pasional, muerde: Garnett
En una lucha entre el fuego y el hielo, el resultado, siempre es vapor. Dicen las leyendas mitológicas, que de la lucha del agua y el fuego, surge el agua caliente, el que podría ser el punto de unión entre 2 de los 4 elementos de la naturaleza. El trepidante calor del fuego junto al frío que conlleva el hielo pueden ser armas letales si a dos personas se les caracteriza con uno de estos elementos.
Es el caso de Kevin Garnett, feroz representante del fuego, y de Tim Duncan, hombre de sangre fría que le identificamos con el hielo.
Garnett, especialista en el fadeaway , hierve cada vez que toca un balón. Su potencia, su fuerza, su rabia y perfección a la hora de seleccionar esos movimientos son los que definen su explosividad bajo los aros y su habilidad en el poste alto. Hacer flexiones en mitad de un partido al caer al suelo, o ser conocido como uno de los jugadores que provoca más a sus rivales a tono de sus palabras es el resultado del fuego que corre por sus venas.
Tim Duncan, un tipo mucho más tranquilo y no por ello menos talentoso, hace gala de su ejemplar y fría personalidad en cada partido. Dirigiendo desde el primer año que llego a la NBA, una franquicia que desde que llegó él, se ha vuelto histórica. Gracias a sus tiros, ya famosos a tabla, o sus continuos 20-10. Sus movimientos tan exquisitos al poste que le proporcionan esa seguridad y fiabilidad que pocos jugadores tienen.
Garnett y Duncan, Duncan y Garnett, cuestión de gustos, pero lo que queda claro es que son dos de los mejores ala pívots de la historia de la NBA, y eso nos hierve la sangre y a la vez, la congela.
