¿Debió Houston igualar la oferta de DAL?
Analizamos por qué se debió igualar y por qué no
Chandler Parsons se ha convertido en nuevo jugador de los Dallas Mavericks tras firmar un contrato por el máximo que podía percibir, 46 millones en tres años. En somosnba analizamos porqué los Rockets no debían igualar la oferta y porqué si debían haberla igualado.
¿Por qué no igualar la oferta de los Mavericks?
La salida de Chandler Parsons de los Rockets es claramente un error de la directiva, ya que podían haberlo mantenido por menos de un millón de dólares otro año más de haber renovado su contrato, pero un error no debe subsanarse con otro error y Chandler Parsons no es un jugador que merezca el máximo.
El gran atractivo que tenía Parsons durante estos años era, precisamente, su contrato, ridículamente ínfimo en comparación con su rendimiento. Sin embargo, con la nueva oferta de Dallas pasaría a cobrar más dinero que estrellas ya consagradas como Russel Westbrook, James Harden o Kevin Love, mientras que parece bastante difícil que el alero de florida llegue al nivel de estos jugadores.
Por si las cifras del contrato no fueran lo suficientemente elevadas, Mark Cuban decidió ponerle un trade kicker que complicaría aún más un posible traspaso del jugador, aumentando su sueldo un 15% en caso de cambiar de equipo. Por último, y como colofón, el alero tendrá la opción de salirse de su contrato en el segundo año, motivo por el cual los Rockets perdieron a cambio de nada al base estrella Goran Dragic.
Los Rockets tienen un objetivo, ese no es otro que la consecución del campeonato de la NBA, y no creen que la combinación Dwight Howard, James Harden y Chandler Parsons fuera capaz de traer un campeonato a la ciudad de Houston.
La franquicia tejana ha elegido continuar con la búsqueda de esa tercera estrella que emparejar con Howard y Harden tras el fracaso de este año en los playoffs, en donde fueron eliminados en primera ronda por los Portland Trail Blazers. De haber igualado la oferta de Dallas, Houston habría estado maniatado salarialmete y apenas podría mejorar, además de pagar por sus aleros más de 22 millones de dólares sin que ninguno a día de hoy fuese una estrella de la liga.
La baja de Parsons será paliada por Trevor Ariza, jugador que sólo es dos años mayor que él. Ariza este año ha sido superior tanto en defensa, uno de los principales problemas de Houston esta temporada, como en porcentaje desde la línea de tres puntos (tuvo un 45% T3 desde las esquinas). Ariza cobrará casi la mitad de salario que Parsons, permitiendo a Houston operar con una cifra cercana al máximo salarial de cara al año que viene. Algunos de los jugadores que serán agentes libres la temporada que viene: Lamarcus Aldridge, Kevin Love, Rajon Rondo, Paul Milsap o Goran Dragic.
¿Por qué igualar la oferta de los Mavericks?
Chandler Parsons este año promedió 16.6 puntos y 5.5 rebotes como tercera opción en el equipo, formando parte del cuarto mejor equipo del oeste y de uno de los mejores ataques de la liga, pero sobretodo era el jugador que mantenía unido al equipo. Cada vez que McHale sentaba al alero, el ataque de los Rockets se apagaba y los rivales lo aprovechaban. No es casualidad que Parsons fuera el jugador del equipo que más minutos disputaba, por encima de Harden o Howard.
Desde que fuera drafteado por los Rockets en el 2011, Chandler Parsons se convirtió en una de las caras de la franquicia, llevaba toda su carrera en en Houston y ayudó a reclutar al que posiblemente sea el mejor pívot de la liga, Dwight Howard.
Al dejar marchar a Parsons los Rockets este año parece que darán un paso atrás, además de romper la química existente en el equipo. Dwight Howard, quien comparte agente con Parsons, no estará muy contento de desperdiciar un año de su prime en un equipo que no es candidato al anillo, y tiene la opción de salir del equipo en el 2016.
La flexibilidad salarial, motivo principal por el que los Rockets no han igualado la oferta de Dallas por Parsons, no es una garantía de nada. Ya se ha visto este verano que conseguir una estrella en la agencia libre no es tarea sencilla y cada vez más equipos con el máximo disponible entra en la agencia libre debido a la menor longitud de los contratos. Un equipo no sólo puede no mejorar en una agencia libre, puede perfectamente empeorar, y ese es el riesgo que Daryl Morey ha decidido tomar con la franquicia.