Utah Jazz, proyecto o realidad

¿Cuando competirán los chicos de Quinn Snyder?

Los Jazz de Utah están en pleno proceso de construcción, que no reconstrucción, de la mano de su General Manager Dennis Lindsay.

Desde que éste tomase las riendas del equipo en el 2012 comenzó a tomar decisiones que quizá no todo el mundo entendió: la no renovación de los baluartes interiores del equipo por aquella época, Paul Millsap y «Big Al» Jefferson, trajo cola en forma de criticas y apreciaciones tanto de círculos no muy proclives a seguir el día a día de la franquicia mormona como de los propios aficionados y periodistas especializados en los Jazz.

Esta decisión mostraba la dirección que iba a tomar la franquicia: apostar por los jóvenes, siendo los talentosos Favors y Kanter los encargados de hacer olvidar a los antes citados. Dos números tres en sus respectivos drafts con potencial para ser, al menos, los mejores interiores de sus camadas.

El equipo siguió apostando por el draft, cosa lógica en Utah por las dificultades para atraer agentes libres, sumando talento joven a lo que ya tenía. Adquirió contratos tóxicos a cambio de futuras rondas, no renovando a ningún jugador veterano de la plantilla, y se plantó en el Draft de este año con una idea clara: conseguir a su jugador franquicia. El elegido fue Dante Exum, un australiano con potencial para ser el «próximo Kobe Bryant» pero de tan solo dieciocho años y proveniente además de un baloncesto sin tradición como el aussie. Además se eligió también a un jugador bastante más hecho: Rodney Hood, proveniente de la universidad de Duke. Estos dos prometedores jugadores se unen a los Burke, Gobert, Burks, Kanter, Evans, Favors y Hayward, renovando los dos últimos tras terminar sus contratos rookies por cantidades muy altas, como los sesenta y tres millones por cuatro años que recibirá Hayward que han dejado a mas de uno boquiabierto, y al finalizar este curso se tendrá que ocupar Lindsay de la relación contractual de Burks y Kanter, si no lo hace en el mercado de invierno en forma de traspaso.

El equipo se ha reforzado con el veterano tirador Steve Novak, el jugador interior Trevor Booker y, más recientemente el combo escolta/alero Carrick Felix, viniendo este desde Cleveland tras ser traspasado por el equipo de Ohio. Aunque útiles en las manos adecuadas, ninguno de los tres cambiarán el destino de ninguna franquicia, aunque los dos últimos podrían ser catalogados como jugadores jóvenes con margen de mejora. Así que con tanto jugador joven, alguno de ellos quizá un poco sobrepagado, en manos de un entrenador rookie como Quinn Snyder, se plantean algunas preguntas:

¿Cuando van los Jazz a dejar de ser prometedores? ¿Cuando van a dejar de ser un proyecto para convertirse en una realidad? ¿Cuando van a competir? Este año a priori no parece que vaya a ser, por lo que será otro año de entrar en lotería y al resultado del sorteo habrá que sumar una decena de segundas rondas en los próximos cuatro años para poder así seguir seleccionando a mas jóvenes talentosos y prometedores para poder seguir construyendo un equipo joven y con muchísimo potencial que, esperemos, empezará a ser realmente competitivo cualquier año de estos.