La piedra en el zapato de Ainge y Stevens
Analizamos el juego interior de Boston
Esta temporada había comenzado muy clara para Brad Stevens, la rotación inicial del equipo estaba definida: Rondo, Bradley, Green, Sullinger y Olynyk. Así fue el quinteto titular durante los primeros encuentros.
En los 8 partidos iniciales Kelly Olynyk demostró su gran repertorio de atributos ofensivos, tirando de todas las posiciones existentes y con un promedio anotador altísimo para un hombre de su talla (7 pies de altura / 2 metros 13 cm), más que nada en el tiro de tres puntos, casi arañando el 50%. Esto llevo a convencer a Stevens de su roll en el equipo. Pero después del partido en Chicago (su mejor encuentro, en las dos facetas, tanto defensiva como ofensiva) el nativo de Canadá se cayó a pedazos.
Tuvo enfrentamientos muy complicados para un pívot con carencias defensivas tan altas como las que tiene el ex-Gonzaga, se las tuvo que ver con Marc Gasol, con Al Horford, Tim Duncan etc. y su confianza ofensiva se vino a piqu. El 3/21 en tiros de campo en los cuatro encuentros siguientes a Memphis es una muestra clara de ello.
Stevens, ni corto ni perezoso, metió mano en el banquillo y puso en pista a Tyler Zeller, que ya le había dado muestras sobradas de su gran nivel en el partido con Chicago, justamente donde más se lució Olynyk. Y esto no es casualidad, como ya veremos luego.
El bueno de Tyler mostró una química inmediata con Rajon Rondo, explotando el juego de pick and roll a la perfección (los porcentajes de Zeller son impresionantes). Véase la siguiente imagen:
Si a todo esto le sumamos que su aumento de peso en el verano le dio más oportunidades a la hora de medirse antes los pívot contrarios, incrementando considerablemente sus porcentajes defensivos, le daba soluciones a Stevens en los dos lados de la cancha.
Esto llevo a que Olynyk sea relegado a la segunda unidad, donde su nivel siguió mermando poco a poco, complicado por su gran deficiencia a la hora de marcar, la gran cantidad de faltas que lo sacan rápidamente de pista y le restan minutos para retomar la confianza perdida, sumado al gran nivel mostrado por Sullinger cuando está acompañado por Zeller.
Un verdadero dolor de cabeza para Stevens, que con la superpoblación de jugadores que tiene en el puesto de PF (Sullinger, Bass y Olynyk) tuvo que trastocar las rotaciones de manera perjudicial para el canadiense, que acabo emparejado con un Bass (un jugador que tiene su rango de tiro en los 5 o 6 metros) que ocupa las posiciones que el mismo Olynyk utiliza.
El problema no termina ahí, debido a que el pelilargo pívot retomó su gran nivel ofensivo el pasado miércoles cuando los Celtics enfrentaron a Detroit (20 pts 13-15 de campo incluyendo 2 triples 7 reb y 3 tapas y dos asistencias). Se le vio muy activo en ataque y mostró un gran nivel defensivo apareado con Zeller. Esto llevo a que Sullinger que no tenía una buena noche estuviese en el banco casi todo el segundo tiempo (luego Sully destacaría en el suplementario, como siempre que hace falta, cargándose el equipo a sus espaldas).
Entonces Stevens se pregunta qué hacer para no mermarle los minutos a sus dos PF jóvenes, tanto Sully como Olynyk, juntos han demostrado que pueden brillar, pero solo en ataque, produciendo un descalabro defensivo importante.
Ahí es cuando aparece Zeller en la ecuación con algo que es un intangible, su desempeño defensivo y en el rebote, hace mejor a sus compañeros Tanto cuando comparte cancha con Olynyk, como cuando lo hace con Sullinger, estos aumentan su eficiencia defensiva y mejoran su desempeño individual.
La solución está a la vista, y en los últimos encuentros el coach está tratando de poner juntos en cancha a Zeller/Olynyk y a Zeller/Sullinger, haciendo caer los minutos de Brandon Bass. Pero esto no remedia el hecho de que se le reduzcan los minutos a los dos teniendo que juntarlos, por separado, con el ex de Cleveland.
Hay dos salidas para esto, y en las dos es Danny Ainge el que tendrá que mover las piezas. Bien Bass, Olynyk o Sullinger tendrán que buscar su camino fuera de Beantown tarde o temprano, la pregunta es, ¿Quién?.
Bass tendría todos los boletos comprados si la apuesta es respaldar a Olynyk. Mientras que la otra opción es tratar de hacer un trade por Kelly adicionándole varias de las rondas que cuenta Boston, y traer algún jugador estrella antes del próximo cierre de traspasos, por lo tanto el General Manager tiene la respuesta para compensar el roster del equipo (muy desequilibrado, con abundancia de perimetrales y PF y carencia de un pívot defensivo).
La gran pregunta que todos nos hacemos es qué camino tomará Ainge, el corto o el largo, la llegada inmediata de una estrella resignado a Olynyk, o la larga para darle la oportunidad de que se pueda asentar en su posición y convertirse en un jugador determinante. Lo que está claro es que, o Sullinger o el Canadiense, se las tendrán que ver fuera de Boston en algún momento si se quiere traer una estrella.
Solo Brad y Danny saben la respuesta… mientras tanto esta piedra en el zapato seguirá incomodando a ambos.