Los Hornets caen en casa ante los Spurs
San Antonio Spurs 98 – 93 Charlotte Hornets
Tras una semana, los Hornets volvieron a su feudo para disputar un partido a priori muy complicado ante los San Antonio Spurs de Gregg Popovich, aunque contaban con la vuelta del díscolo escolta Lance Stephenson y venían en racha tras haber conseguido cinco victorias en los últimos cinco encuentros. Los Spurs por su parte continuaban con su temporada irregular y venían con ganas de resarcirse de su derrota en Washington.
El partido comenzó de la misma forma que han comenzado el resto de partidos de los Hornets tras la lesión de Al Jefferson: Con una agobiante defensa. Gracias a eso, y a un buen juego colectivo, los de MJ se pusieron 0-7 en los tres primeros minutos. No obstante, Tim Duncan sacó las castañas del fuego por su equipo, y con una asistencia y dos canastas dejó prácticamente igualado el luminoso. Tras un dubitativo comienzo, Popovich pidió un tiempo muerto y, a partir de ese momento, los de Clifford estuvieron durante más de cuatro minutos sin anotar, hecho que aprovecharon los visitantes para conseguir una pequeña ventaja a su favor. Con la vuelta de Lance Stephenson a las canchas y una canasta suya nos despedíamos del primer período con un marcador de 22-18.
Tras una breve charla de los entrenadores, comenzó un segundo cuarto marcado por la buena circulación de balón de los Spurs, un juego que les caracteriza y que les hizo llegar a conquistar el título de la NBA el pasado año, y que en el partido de anoche les sirvió para destrozar la defensa de los avispones. Comandados por los líderes del vestuario, Tony Parker y Tim Duncan, los visitantes metieron una marcha más, y se escaparon en el marcador con una ventaja que siempre osciló entre los 11 y los 9 puntos, pese a los intentos del menudo base Kemba Walker (con 7 puntos en 5 minutos durante este cuarto) por reducirla. El resultado al descanso era 57-45, que reflejaba la autoridad con la que los Spurs estaban doblegando a los Hornets.
La charla de Steve Clifford en el vestuario surtió efecto, y los locales mostraron una cara muy distinta en este tercer cuarto, consiguiendo ajustar su defensa al máximo y cerrar todas las vías de anotación fácil que habían encontrado los de Texas en la primera mitad. A pesar de ello, el Big Three de los Spurs se puso el mono de trabajo y consiguieron aguantar el tipo en estos minutos. Cabe destacar que, sin contar un tiro libre de Maxiell, todos los puntos de los de casa en estos doce minutos los anotó algún jugador del quinteto titular, lo que habla del grave problema que tienen los Hornets con la aportación de su banquillo. 76-68 era lo que reflejaba el luminoso al finalizar el tercer cuarto.
En los primeros 5 primeros minutos de partido, P.J. Hairston y Lance Stephenson se combinaron para hacer 13 puntos y dejar el marcador en un ajustado 83-81. Tras el tiempo muerto oficial, Manu Ginobili se puso manos a la obra y anotó 8 puntos seguidos que prácticamente dejaban cerrado el encuentro. Pero unos tiros libres de Kemba Walker y Bismack Biyombo dejaban el resultado en 93-88 a falta de 1:20 para el final del encuentro. Pero el acierto en los tiros libres de los visitantes, como suele ocurrir en estos partidos, le dio la victoria a los Spurs, aún a pesar de los incansables esfuerzos de Kemba Walker por conseguir la victoria, dejando el marcador final en 97-93.
El próximo partido de los de Carolina del Norte será, de nuevo, en el Time Warner Cable Arena, ante unos Pacers que tienen el mismo récord que los Hornets (15-25) el próximo sábado en un partido, a priori, competido. Los Spurs volverán a Texas para enfrentarse el viernes en su cancha a los temibles Portland Trail Blazers, un partido que asegura entretenimiento para el espectador.