¿El comienzo de algo grande?
Los jóvenes Jazz se deleitan en la segunda mitad

Hay una innegable atracción hacia los equipos jóvenes en crecimiento, un magnetismo que seduce como la canción de una sirena. En 2010, lo sentimos por Oklahoma City; en 2012, fue Indiana. Estos equipos existieron en un clima de expectativas ideales. Los éxitos eran celebrados, mientras que los errores eran tenidos en cuenta como parte del crecimiento.
Eso es Utah en 2015. Los jazz, con un promedio de edad que apenas supera los 23 años, ganaron 12 de los 15 juegos desde el parón por el All Star , y tienen la oportunidad de finalizar la temporada por encima del .500. No tienen a nadie de más de 27 años, y presentan un quinteto inicial muy joven en el que Gordon Hayward, de apenas 24 años es el «anciano». La primera unidad es una mezcla entre picks que cotizaban desde antes del draft (Hayward, Derrick Favors, Dante Exum) y joyas de segunda ronda (Rodney Hood, Rudy Gobert) armada por el GM Dennis Lindsey y moldeada por el entrenador principal, Quin Snyder.
Con un récord de 31-37 los Jazz no están planeando ningún festejo. Pero Snyder dice que las expectativas del equipo para la temporada estaban basadas en qué tan rápido -y cuánto- podía mejorar, y esta remontada hacia el final de la serie regular es la evidencia de una desarrollo sustancial.
En octubre Gobert era un chico grande con un buen apodo (la Torre Eiffel), fascinante físicamente -tiene una envergadura de 2,36m- pero difícilmente un prospecto importante. Hoy es el estandarte del equipo que mejor defiende desde el parón del All Star. Gobert es quien hizo a Enes Kanter descartable, logrando que el mes pasado los Jazz lo transfieran al Thunder a cambio de poco más que un pick protegido de primera ronda.
Resulta bastante simple relacionar la salida de Kanter al repentino surgimiento de Utah, aunque Snyder refuta esa teoría:
«No lo vemos como un momento de quiebre. Creo que lo que sucedió es que nuestros jugadores han mejorado. Nuestro equipo ha mejorado. Hay una conexión que tenemos en este momento y una mentalidad defensiva que estaba burbujeando apenas por debajo de la superficie. Los habitos estaban ahí, la intensidad estaba ahí. Las cosas simplemente encajaron»
Agrega Hayward:
«No se si ha cambiado demasiado. Las cosas están empezando a encajar un poco más. Nuestra defensa se cerró y estamos empezando a confiar en nosotros, a sentirnos responsables el uno por el otro.»
Está bien, pero transferir a Kanter -por quien de todas formas Utah no tenía el menor interés en pagar dinero extra este verano- ha tenido un impacto. Favors lo siete. La dupla Favors-Kanter lucía bien en los papeles, pero dos hombres grandes con tanta necesidad de tocar el balón nunca iban a funcionar juntos. En lugar de compartir los balones en el poste con Kanter, ahora Favors se alinea junto a Gobert, lo que lo liberó en ofensiva y le ofrece un importante apoyo en defensa.
“[La transferencia] Me ayudó mucho a trabajar mi juego,» dice Favors. «Enes era la primera opción en el poste. Desde la transferencia, siempre lo he sido yo».
La dupla Favors-Gobert parecería crear un problema de espacio, ya que ninguno de los dos cuenta con un tiro a media distancia y ambos se sienten mas cómodos jugando en la pintura. Pero los Jazz realizan un gran trabajo en mantener la zona balanceada, confiando en cortinas y movimiento de balón para cubrir la falta de tiro. Un elegante trabajo de Snyder, pero lejos de ser el único. Snyder llegó a los Jazz con una reputación en desarrollo de jugadores, habiendo reconstruido su imagen luego de una salida plagada de escándalos en Missouri y con participaciones en la D-League, Rusia, y como asistente en Philadelphia, Los Angeles y Atlanta. En Utah, Snyder les dio a sus jugadores el poder de jugar a pesar de los errores que pudiesen cometer.
«Es increíblemente importante. Puede ser difícil a veces, pero así es como mejoramos. Asi es como procesamos las cosas, aún en las derrotas. Tener en cuenta el contexto a largo plazo y mantenerse enfocado en el proceso. A veces si alguien comete un error la suficiente cantidad de veces, no lo volverá a cometer nunca más. En muchas cosas la única forma de aprender es a través de la experiencia.»
Como el Thunder y los Pacers antes, Utah tiene una plantilla envidiable, sustentable y construida con inteligencia. Draftear a Exum era fácil, y Favors era el precio que los Nets estaban dispuestos a pagar para conseguir a Deron Williams en 2011. Pero Gobert podría haber sido seleccionado 26 veces en el draft de 2013 antes de que Denver lo obtuviera y transfiriera a los Jazz a cambio de un pick de segunda ronda y dinero. Y Hood, drafteado en el puesto 23 el año pasado, está promediando 11,6 en Marzo, su mejor mes en la temporada. En privado, los ejecutivos de Utah están positivamente «mareados» acerca del futuro de Hood.
Aún hay muchísimo por hacer, y un buen mes no garantiza en absoluto un éxito en el futuro, especialmente para un equipo en desarrollo. Así lo cree Snyder:
«Creo que algunos de los problemas que hemos tenido los volveremos a tener. Quiero ser realista sobre los jóvenes. Van a haber momentos buenos y malos. Nuestra principal preocupación es cómo los manejamos.»
Exum necesita madurar fisicamente. Trey Burke, descubrir una identidad. El banco debe mejorar antes de que Utah pueda pelear en una brutal Conferencia Oeste.
Pero estos son problemas para otro día. Hoy, se trata de ganar, y de aspirar al .500, de explotar las débiles -pero matemáticamente posibles- esperanzas de playoff del equipo. Es la fase de luna de miel para un equipo que va hacia arriba, y los Jazz deben deleitarse con este momento.