El «estancamieno» de Jared Sullinger
Su lesión enmascara una gran temporada
Desde que acabó la temporada, y ante la falta de dosis diaria de unos Boston Celtics a los que nos hemos enganchado todos de una manera que pocos podíamos adivinar allá por el mes de Septiembre o, muy especialmente, Diciembre, hay muchos periodistas y aficionados verdes que están, números en mano, criticando la temporada de Jared Sullinger.
Su argumento suele ser el mismo: este ha sido su tercer año en la franquicia y sus números no han experimentado la subida esperada para un jugador que ya ha dejado atrás su periodo de aprendizaje y que además ha sido titular durante buena parte de la temporada. Sus 13.3 puntos, 7.6 rebotes y 2.3 asistencias no parecen ser suficientes como para construir nada alrededor de él, más cuando sus evidentes problemas de sobrepeso no solo le han costado una lesión que podría traerle muchos problemas en el futuro y casi le cuesta los playoffs al equipo esta temporada, sino que a él le impiden superar la barrera de los 30 minutos por partido; lo que le aleja de ser una pieza clave del equipo.
Para acabar, su porcentaje de tiro, un 45.6 %, es francamente decepcionante para un jugador de su posición, aunque haya seguido mejorando el de triples hasta llevarlo a un 28.6 % de efectividad.
Y, hasta ahí, no le falta razón a los críticos.
El problema de toda esta argumentación es que está condicionada por un hecho, su lesión. Si bien es cierto que estos números no son nada del otro mundo, la realidad es que han bajado a causa de aquellos partidos que jugó como suplente tras su recuperación. De esta manera, si solo cogemos los números de Jared Sullinger «sano», en los 49 partidos que jugó como titular antes de caer lesionado, estos nos dicen que su progreso como jugador sigue en una tendencia al alza. Sus 14.6 puntos, 8.3 rebotes y 2.4 asistencias en 29 minutos de media en cada uno de estos partidos, son sus guarismos más alto desde que llegó a la NBA… en cada apartado. Es decir, ha mejorado en todo.
No solo eso, sino que, una vez recuperado totalmente de su lesión, acabó la temporada en lo más alto de su nivel. En el partido final de la serie que enfrentó a los Boston Celtics con los Cleveland Cavaliers, el ala-pívot de Ohio consiguió un doble-doble de 21 puntos y 11 rebotes con un 9/17 en tiros de campo; todo ello frente a uno de los mejores equipos de la liga y contra un defensor interior, Mozgov, sobre el que han corrido litros de tinta.
Aquellos que sigan cerriles en su argumentación dirán: «Un día de sol no hace verano» o «A Mozgov lo sacas del aro y tiene la misma eficacia defensiva que la espada de Arya Stark«, y tendrán razón… al menos en lo segundo. Otro de los puntos fuertes de Jared Sullinger, y que ha sido refrendado esta temporada, es que siempre da un plus y saca lo mejor de sí mismo cuando se enfrenta a los grandes equipos y/o jugadores de la liga. Así, no solo ha tenido una buena actuación contra Mozgov en playoffs, sino que este curso ha hecho hijos de madera a auténticas figuras de la NBA como Anthony Davis, DeMarcus Cousins o Andre Drummond.
En definitiva, Jared Sullinger tiene mucho trabajo que hacer, sobre todo en el gimnasio y en el frigorífico de su casa, pero esta temporada está muy lejos de haber sido un paso atrás o en horizontal en su carrera. El jugador ha mejorado en todas y cada una de las facetas del juego hasta el punto de llegar a ser el hombre de referencia y la primera opción de tiro del equipo en los momentos difíciles del partido. Esperemos que el buen hacer de Danny Ainge a lo largo de los siguientes veranos no hagan que el bueno de Sully tenga que seguir siéndolo, pero ha demostrado que tiene todo lo necesario para ser una parte importante de esta franquicia.