Marc Gasol, la fidelidad por bandera

Una renovación que recuerda a su rechazo al Barça

Fuente de la foto: Mark Runyon (CC)
Fuente: Mark Runyon (CC)

«Creo en una manera de trabajar en la que el individuo desaparece un poco y se prioriza el equipo.»

Con esta frase Marc Gasol, nombrado mejor pívot de la NBA, dejaba claro su compromiso con el grupo al cual ha permanecido unido desde que llegara a la liga. Su ética de trabajo, su mentalidad y su forma de entender el juego encajan perfectamente en la escuadra de Tennessee.

El mediano de la saga Gasol que se crió en Barcelona junto a su familia, decidió poner rumbo a Memphis en el momento en el que Pau decidía dar el salto a la NBA. Ambos pasaron por las categorías inferiores del F.C. Barcelona, pero Marc lo cambió por formarse en Lausanne High School. En aquel instituto permaneció dos cursos, en los cuales creció a pasos agigantados, se convirtió en líder absoluto del equipo siendo su segunda temporada la de mayor impacto. Llamaba la atención su peso, pero pasaba desapercibido y más viendo sus increíbles números: 27.5 puntos, 12.5 rebotes y 5.7 tapones, con unos porcentajes del 51% en tiros de campo y un 42% en triples.

Tras finalizar su etapa en High School regresó a la ciudad condal para probar suerte en la disciplina azulgrana, militando en el filial de la liga EBA. Poco a poco fue obteniendo minutos en el primer equipo, pero para nada se acercaban a lo que él esperaba. Pese a ello disputó el Europeo sub-20, donde volvió a reencontrase con sigo mismo. Promedió unos increíbles 16.8 puntos, 9.3 rebotes y 2.3 tapones, pero al volver a Can Barça la historia se repetía y su presencia era insignificante para el potencial que había demostrado tanto en el instituto como con la selección de su generación.

Con pie y medio fuera del baloncesto. Marc Gasol estaba viviendo sus peores momentos como jugador de baloncesto, algo que estuvo a punto de provocar su retirada a pesar de su juventud. Sin embargo, una llamada de Pepu Hernández para unirse a la selección absoluta en el mundial de Japón de 2006 cambió por completo su trayectoria en el baloncesto. Después de que su hermano se lesionase en la semifinal contra Argentina, «la Tanqueta» tuvo la oportunidad de lucirse ante la mirada del mundo entero, que veía como esa estrella que había dejado de lucir por un tiempo volvía poco a poco a recobrar vida.

Esto le sirvió para que un año más tarde Los Angeles Lakers, una de la franquicias más laureadas de toda la historia de la NBA, le seleccionase en segunda ronda del Draft -hacía poco más de un año estaba casi decidido a dejar el baloncesto- en el puesto 48. Ese año que Marc pasaría jugando en Girona, con su querido Akasvayu. Una afición, la de Girona, que a buen seguro le estará eternamente agradecido por el respeto y la lealtad mostrada hacía el equipo que confío en él después de ese verano en el que cambió todo para él. Así, Dusko Ivanovic intentó repescar al pívot después de no contar apenas con él la temporada anterior (10 minutos por encuentro en liga regular). Según el propio Marc, estas fueron sus palabras:

«Tras mi primer año en Girona, el Barça quiso repescarme. Hablé con Ivanovic: me dijo que en Girona no progresaría.»

Unas palabras que a pesar de lo que significaban -volver al equipo donde creciste, tus colores y uno de los grandes de Europa-, el mediano de los Gasol rechazó tal propuesta, con lo que su última temporada en la ACB (2007-2008) la disputaría de la mano, una vez más, del equipo entrenado ese año por Pedro Martínez. Un curso que acabaría de la peor manera posible, con la desaparición del club, después de 20 años en la élite del baloncesto español. Un equipo y una ciudad en la que Marc se sintió como en casa, y a la cual nunca dejó de lado.

Con todo esto, las condiciones para que el salto a la NBA se diese eran perfectas. Pero antes de entrar en materia, tenemos que hacer referencia a un traspaso que, de no haberse producido, muy probablemente no estaría ahora escribiendo este artículo pensando en todos los momentos que el ahora pívot más cotizado de la mejor liga del mundo ha regalado a lo largo de estos años a una ciudad; Memphis y una afición; Grizzlies.

Una traspaso en el que, lo único importante para nosotros en este caso tuvo que ver con los derechos del mediano de los Gasol. Su hermano Pau, pondría rumbo hacía lo más alto de la NBA, mientras que Big Marc tendría que comenzar su andadura en la NBA en la humilde franquicia de los Memphis Grizzlies. Sin embargo, coincidía con ser la ciudad en la que ya había vivido y jugado al baloncesto, con lo que las condiciones para aventurarse en la mejor liga del mundo mejoraban por momentos.

Finalmente y a la edad de 23 años, el de Sant Boi, ponía rumbo hacía un sueño que hacía poco tiempo atrás ni se habría imaginado. A la sombra de ET, llegaba a la franquicia de Tennessee sin muchas expectativas de hacer algo grande, ya que por aquellos tiempos la franquicia no vivía sus mejores días (22-60 en la temporada 2007/2008).

Sin embargo, el calvario no dudaría demasiado tiempo. Con las incorporaciones que los Grizzlies hicieron al año siguiente, consiguieron recuperar un nivel decente para comenzar a construir algo grande, empezando por luchar en la campaña 2009/2010 por entrar en los playoffs (40-42, 10º de la conferencia oeste aunque a diez victorias del octavo clasificado).

Una base que, unida a la mejoría de Marc Gasol, el catalán comenzaba a hacerse un nombre en el entorno de la NBA, un nombre entre los mejores jugadores del mundo. Un nombre en la ciudad de Memphis, la cual comenzaría a vivir un idilio con el pívot y con el equipo, llegando a hacer olvidar a quien en su día fue su líder, su hermano Pau. Una franquicia que desde la temporada 2010/2011 no se ha perdido ninguna postemporada, llegando incluso a disputar unas Finales de Conferencia ante los San Antonio Spurs en el año 2013.

Unos resultados deportivos que han embaucado a toda la ciudad de Memphis, pasando de ser una ciudad prehistórica, como la definió en su día su ex entrenador Lionell Hollins, a ser la ciudad del éxito. Una ciudad que vive y respira baloncesto gracias en gran parte a Marc Gasol, o como bien le conoce cualquier ciudadano de Memphis, Big Spain. Estamos hablando de una filosofía y un sentimiento único que se ha ido labrando con el tiempo, a la par con el desarrollo y crecimiento de Marc como jugador. Un estilo de juego empapado de ese espíritu caracterizado por no arrugarse ante nada, no dar un balón por perdido y nunca dar un partido por perdido. Sí, son esas máximas del baloncesto que cada fin de semana se oyen a un entrenador en un tiempo muerto pegando cuatro gritos y rompiendo la famosa pizarra contra el banco de madera. Unas máximas reflejadas en un juego que parte desde una defensa en la que Marc es el estandarte y sello de identidad dentro de la zona.

Ese carácter y esa entrega han sido los que le han hecho grabar su nombre en la historia de la mejor liga del mundo. El 24 de Abril de 2013 se convirtió en el primer europeo en ser nombrado mejor defensor de la NBA. La dedicación que le llevó a ser importante en la final del Mundial de 2006 imprimía sus primeros destellos de un hombre capaz de «secar» a su par. Él no se quedó ahí, sino que fue a más. En Febrero de 2015 tanto él como Pau, lograron una hazaña impensable por muchos. Los aficionados del mundo entero les votaron como titulares para el All-Star, convirtiéndose en los únicos hermanos en la historia en lograrlo. Como homenaje pudieron disputar el salto inicial entre ellos.

«Estoy muy orgulloso del camino que ha recorrido y por todo lo que está consiguiendo y al nivel que ha llegado. Ha tenido que trabajar muchísimo.» -decía Pau sobre Marc.

«Para valorar a Pau hay que ver cómo ha actuado estos años en los que no ha podido ganar títulos. Ganó el anillo y se mostró como la persona más educada. Cuando no lo ganó, siguió siéndolo. Eso dice lo que es él.» -Marc también se rindió ante su hermano mayor.

Al finalizar una campaña de leyenda para el baloncesto español, Big Marc, fue incluido en el mejor quinteto de la temporada. Un echo que ponía los pelos de punta a propios y extraños, ya que tan solo Dirk Nowitzki había logrado tal nombramiento criándose lejos de Estados Unidos.

Los grandes años de Marc tendrán este verano su merecido descanso, con su ausencia en el Eurobasket.

Una ausencia que llega después de haber firmado el contrato más importante hasta ahora de su carrera: La renovación por cinco años con su segunda familia, los Memphis Grizzlies. Una segunda familia que le dio en su momento la oportunidad de comenzar su andadura en la NBA y que le ha permitido también ser el líder dentro de la cancha, acumulando más protagonismo con el paso de los años. Pero lo que de verdad hace más especial a esta relación, más que cualquier otra, es la unión y la fidelidad entre la dos partes.

En una NBA y una sociedad marcada cada vez más por el dinero, hemos podido acudir esta vez a una demostración de que el dinero no lo consigue todo. A pesar de toda la rumorología que se intentaba crear con una posible marcha de Marc Gasol de sus Grizzlies, todo el mundo parecía saber que el pívot no se movería del estado de Tennessee. Y así fue.

«Hubiera sido muy poco honesto por mi parte dejar Memphis…»

«Yo me habría quedado por menos dinero y ellos me hubieran pagado más. Mis decisiones no se marcan económicamente. Mi trabajo y compromiso es el mismo que cuando cobraba 120 euros en mi primer año en el Barça.»

A pesar del interés de grandes franquicias de ciudades como Nueva York o equipos con claras aspiraciones al anillo como San Antonio Spurs, el español no dudo ni un momento en quedarse en su ciudad, mostrándose una vez más como es él, un jugador y una persona de honor y fiel a aquellos que creen y creyeron en él, algo que, por desgracia, cada vez vemos menos.