Gerald Green: «Todo por lo que pasé me enseñó a ser quien soy»

Perdió un dedo cuando era niño

Quién lo ha visto jugar, probablemente no se habrá dado cuenta de que le falta un dedo en su mano derecha. Su capacidad de salto, y su destreza al volcar la pelota son algunos de los factores que hicieron grande a este jugador y le llevaron al mundo de la NBA. Pero no todo es color de rosa. Cuando era niño, esa capacidad atlética le jugó una mala pasada.

Green estaba en sexto grado. Un chico que amaba volcar el balón. Realizaba mates y mates todo el tiempo, hasta que uno le cambiaría la vida. Subió con fuerza a enterrar la pelota en un aro que estaba encima del marco de una puerta y su dedo quedó enganchado en un clavo que salía de la canasta. En consecuencia, los médicos debieron amputarle el dedo anular de la mano derecha en el nudillo medio.

Le costó sobrellevar el problema de su dedo. «Era lo que tenía que pasar. Y como un niño pequeño, obviamente, a los demás les gustaba burlarse. Era algo que yo pasé. Pero me enseñó a ser quien soy hoy», comenta el nuevo refuerzo del Heat.

Sin embargo, nada le impidió el sueño de llegar a la NBA. Fue en 2005, cuando fue seleccionado por los Celtics en el puesto 18 del Draft. Era un joven tímido, que no le gustaba mostrar su mano afectada. En el momento de saludar a David Stern, Green le estrechó su mano derecha dentro de su bolsillo por vergüenza. Luego Stern hizo que le saludase con la mano a la vista de todos.

El «cuatro dedos» lleva una larga carrera en la NBA. Pasó los Celtics, Minnesota Timberwolves, Houston Rockets, Dallas Mavericks, New Jersey Nets, Indiana Pacers y Phoenix Suns, franquicia en la que tomó un protagonismo importante y se convirtió en una figura. Incluso la mano de espuma con cuatro dedos fue furor en las gradas. No sólo eso, también fue ganador del concurso de mates en el All-Star de Las Vegas 2007.

Ese muchacho que sufrió de niño y luchó de grande, vestirá la camiseta de los Heat la próxima temporada. Ese dedo ausente que antes le causaba vergüenza, hoy le fortalece. Es esencial para él. Espera que los fanáticos de Miami lo acepten y levanten esas manos en la grada. Supo como sobrepasar un problema que parecía dejarlo fuera del baloncesto y no sólo lo superó, también llegó a la mejor liga del mundo.