Los Boston Celtics y el “problema” de las rotaciones
La profundidad de plantilla como salvación o pesadilla

Me pongo a escribir esto a las 10 de la noche, después de haber cambiado la idea de lo que iba a hacer unas 20 veces desde que me lo planteé, allá por las ocho de la mañana, mientras trataba de digerir lo que había pasado el domingo en el Garden y la monotonía del comienzo del día laboral. Pensé en hablar de las rotaciones de los internos, después de la del equipo, después de las combinaciones y así sucesivamente, hasta que me puse a ver el partido por segunda vez ya con los decibelios más bajos y la tranquilidad de la cerveza y los maníes acompañándome.
Algo queda claro en estos primeros partidos de los Celtics, la aplicación de la rotación larga no está cuajando (de momento). Cuando comenzaba el segundo cuarto, y con la entrada de Kelly Olynyk, los Celtics ya habían utilizado a sus 10 jugadores más expedientes (solo los rookies no lo hicieron) y el promedio jugado por las primeras rotaciones fue de unos siete u ocho minutos según de quien se tratase. Así es como se aplica en teoría una rotación larga, y de esa manera lo hizo Stevens (la teoría estuvo perfecta) pero la realidad mostraba otra cosa. La primera unidad compuesta por tres jugadores de corte defensivo como Bradley, Smart y Crowder cumple con lo que es su fuerte (la defensa) pero no lo hace en el costado ofensivo (fuerza situaciones, no corre la pelota y se encuentra fatídico de cara al aro). David Lee, que debería ser la carta ofensiva de esta alineación, está teniendo los peores porcentajes de su carrera (25% de campo) y Tyler Zeller que siempre fue una rueda de auxilio para esta primera unidad le genera un -16 al equipo, cuando él se encuentra en pista. Sumado a lo anteriormente dicho, es fácil de explicar lo que está ocurriendo.
Es sencillo caerle a Stevens con el tema de la rotación pero, salvo en la de interiores, es lo que la lógica indica, teniendo en cuenta que es un plantel que no posee una estrella destacada y que el nivel de sus jugadores es muy parejo. La pregunta que me surge de todo esto es: ¿si implementar la rotación larga es lo lógico, ésta es el problema? Creo que no, lo que no está funcionando es la combinación de jugadores en esa rotación y eso, como todas las cosas se arregla con prueba y error.
Tyler Zeller era de los anotadores más promiscuos de los primeros cuartos de la liga, alimentado primero, de manera casi paternal por Rondo y luego por Turner (uno en los Kings y el otro en la segunda unidad). Jae Crowder es un gran defensor (nadie lo discute) pero carece de la agresividad suficiente para hacerse cargo de un ataque o de habilitar a un compañero. Si, ya se lo que están pensando… “estoy pesado como collar de melones” con Turner, pero se lo está desperdiciando en la segunda unidad, donde tiene que compartir la pelota con Thomas como si fuera su novia Swinger. El ex Pacers ya demostró que lo suyo no es la esquina, ni las segundas unidades (justamente en Indiana fue un fracaso en este apartado) lo suyo es la pelota y el control, le gusta ser el “macho alfa” del ataque. Stevens tendrá que tomar una decisión (o lo devuelve a su lugar o lo saca de la rotación).
La otra cuestión que atañe a las combinaciones de jugadores, es la presencia determinante de Sullinger en estos partidos. (El gordo) se está ganando su lugar a fuerza de intensidad y esfuerzo (sigue estando lento) pero entiende cómo es esto de dejarlo todo en los minutos que tiene en cancha. Si tenemos claro que la permanencia en el parqué del dúo Johnson-Thomas, es indiscutible, el entrenador tendrá que decidirse con darle el puesto de Zeller o de Lee al ex Ohio State.
Nótese que en ningún momento estoy hablando de las permanencias en cancha o de los minutos de los jugadores, sino en quién rendiría mejor con quién. Stevens tiene muy en claro que puede llegar a realizar modificaciones, pero también sabe que es muy temprano para tomar decisiones drásticas (siempre se tomó su tiempo de evaluación) y ésta no será la excepción. La rotación larga va a permanecer, y como dijo Ainge hace unas semanas: “Stevens no tiene una tarea fácil”. Tener que convencer a un plantel tan nutrido y en el que varios se están jugando su contrato, que la cuestión del equipo está por encima de la individual, va a ser su desafío más grande y él lo tiene claro:
“Vamos a seguir buscando y mirando más», dijo Stevens al Boston Globe. «No creo que vayamos a tener las rotaciones y todo eso resuelto tan pronto como a todos les gustaría, porque tenemos un roster largo y muy parejo (…) así que creo que sólo tenemos que seguir confiando en el proceso y asegurarse de que somos diligentes buscando hasta debajo de las piedras que es lo mejor”.
Los jugadores tendrán que hacer su parte y confiar en ellos y comprender que para que funcione el sistema tienen que depositar su libido en aquellas cosas que hacen bien y en la marca distintiva del equipo (la lucha y la solidaridad). Esto no puede desaparecer nunca, porque si ocurre, se perderá el rumbo.
El coach va a realizar los ajustes necesarios en las alineaciones pertinentes, de eso no cabe duda, va a probar y va a variar hasta encontrar lo mejor para el equipo. Se ha ganado el respeto de todos nosotros, para que tengamos la paciencia suficiente y la confianza necesaria para que sigamos… “confiando en el proceso”.