¡Qué bueno que viniste, Mario!

Hablamos sobre el inicio de temporada del equipo

Fuente: Keith Allison (CC)
Fuente: Keith Allison (CC)

Miércoles 11 de Noviembre en el FedEx Forum. 100-84 y una victoria más que clara para Golden State Warriors. Sexta derrota del equipo en 9 partidos. Surgen los primeros rumores y las críticas caen por todos lados.

Y no es para menos ya que de las 6 derrotas, 4 son contra equipos contender, y exceptuando la de Clippers (92-94) todas son por sendas palizas: vs Cavs por 30 puntos de diferencia, vs Golden State (la primera y la más sonrojante) por 50 puntos. Y por último la ya mencionada en el FedEx por 16 puntos. Para echarle más leña al fuego, Memphis es incapaz de sumar una victoria ni contra Utah ni contra Portland. Un panorama más que inesperado para un equipo llamado a copar los puestos más altos de la conferencia Oeste.

Pero estas derrotas no son fruto de la casualidad ni de una noche aciaga del equipo. A nadie sorprende a estas alturas el rendimiento de los Warriors, contra los que el equipo ha hincado el pie ya dos veces ( como toda los equipos con los que se han enfrentado, por otra parte). El equipo desprendía unas (muy) malas sensaciones: a la ya acostumbrada apatía con los triples, se le suma el verdadero problema del equipo, la defensa. Y es que un equipo que se caracteriza por su defensa, que el pasado curso fue el segundo mejor equipo en puntos por partido (95,1) pasó a recibir más de 100(100,66 para ser exacto)puntos por partido en estos nueve primeros partidos de temporada. Si a esto le sumamos que el equipo de Teneessee no es un equipo puramente anotador (95,8 puntos por partido lo atestiguan) pues ya tenemos el lío montado.

Y tanto los aficionados como la prensa sacaron los rifles; Se había abierto la veda. Desde unos rumores que situaban a uno de los baluartes de este equipo, Zach Randolph, fuera del equipo debido a su titubeante inicio de campaña. Un Marc Gasol que había pasado de estar en la carrera del MVP en estas mismas fechas el pasado año, a no encontrar sus sensaciones en la pista. Y es que con un contrato recién firmado por cerca de 20 millones al año y el ser considerado el mejor pívot de la NBA por muchos añade una presión extra sobre tus hombros. Además el alero sigue siendo un quebradero de cabeza para el equipo, ya que ni Jeff Green ni Matt Barnes parecían aportar aquello que se viene reclamando desde hace mucho tiempo en la ciudad de Elvis: Un jugador que pueda abrir el campo, desatascar el partido con un triple, ser una amenaza exterior que permita a los hombres grandes no sufrir siempre un dos contra constante. Sin duda la falta de acierto del triple no es algo nuevo en este equipo y a nadie sorprende ya el 32% de acierto desde la línea de 3. A un equipo que tiene que competir por el anillo hay que pedirle algo más. Y en esta dirección apuntábamos a la hora de pedir (en algunos casos de la redacción de @GNGrind más que pedir, era reclamar) un cambio en el equipo.

Y ese cambio llegó y nos dejó a todos los aficionados de la NBA y de Memphis en particular asombrados. Mario Chalmers daba con sus huesos en Memphis y Beno Udrih hacía las maletas con destino South Beach. Las dudas pesaban con respecto a este trade. ¿Es Mario el revulsivo que este equipo necesita para salir de la mala racha? ¿No debería la gerencia del equipo centrarse en buscar un alero de perfil más anotador y con tiro de 3, en vez de un base suplente? Y es que hasta entonces el rol de segundo base esta siendo desempeñado de manera correcta por el mencionado Udrih, con 5,4 puntos por partido y 3 asistencias de media teniendo por delante suya a Mike Conley, que ahora mismo promedia unos nada despreciables 14,8 puntos y 6,7 asistencias por partido. Parecía que los que mandan en la franquicia se habían equivocado con la elección de Chalmers, pese a su 42% de acierto en el triple a lo largo de su carrera en las filas de los Miami Heat.

Nada más lejos de la realidad. En sus primeros partidos con Memphis ha revolucionado al equipo imprimiendo un ritmo distinto al habitual del bloque.Un par de transiciones bastan para ver que se mueve a una velocidad superior a la de sus compañeros. Y es que solo hay que ver un par de partidos del bueno de Mario para darse cuenta de lo que aporta: unos promedios de 16,5 puntos por partidos y lo más importante un 53,8% de acierto desde la línea de 3. Cifras nada despreciables para un jugador que ha visto como la llegada de Dragic a Miami reducía sus minutos y su rol a un papel secundario. Desde luego que para Chalmers esto es un verdadera revalida tras las numerosas críticas que ha recibido desde que LeBron partiese de vuelta a casa y que tildaban a Mario como un jugador sobrevalorado.

Con todo esto y desde aquel ya aparentemente lejano 11 de noviembre el equipo parece otro. Una victoria por un punto contra los Blazers, de esas que suben la moral por lo apretado del final, y desde entonces, el despegue, en el que nuestro amigo Mario ha tenido un papel destacado: 16 puntos contra los Wolves, y vs OKC un verdadero espectáculo: 29 puntos con un 4/7 en triples y 13/15 en su duelo personal con la estrella de los Thunder, Russell Westrbrook. 122-114 una victoria importante contra un rival por los puestos de arriba del salvaje Oeste. Y una victoria trabajada desde la defensa vs Rockets, de las de la vieja escuela, que si bien es contra un rival en sus horas más bajas, se trata de un equipo que alcanzó la final de conferencia y que cuenta con James Harden, que el año pasado optó hasta el final por el MVP.

Todos estos signos de mejoría tienen que verse reafirmados hoy contra otro hueso duro de la conferencia Oeste, los San Antonio Spurs. Quizás más importante que la victoria de hoy sea ver reafirmada la mejoría del equipo, ver como se mantiene el tono en ataque y sobre todo la defensa, ante un rival que cuenta con posibilidades de anotación tanto desde el exterior como (y sobre todo) en el interior. Veremos pues si hoy los Grizzlies han terminado su particular hibernación.