Un domingo cualquiera… llega la ocasión de dar las gracias

Si hay algo de «Any Given Sunday» (Oliver Stone, 1999) que queda grabado en la memoria del espectador una vez acaba de ver la película, además de la escena del ojo y la sobreactuada interpretación de Al Pacino, es el discurso que el personaje encarnado por esta leyenda viviente realiza en la parte final del metraje. En dicha disertación, el protagonista pronuncia una frase, «he cometido todos los errores que un hombre de mediana edad puede haber cometido», con la que hace dos años me sentía perfectamente identificado.

En aquel tiempo ya había llegado a esa conclusión que toda persona cuyo único talento visible sea la ingesta masiva y continuada en el tiempo de alcohol alcanza en algún momento de su vida: solo valgo para escribir o ser periodista. Una vez decidido cuál sería mi futuro profesional, no me senté a esperar la llamada de la JotDown o de El Diario de León, la tierra tira mucho, mientras sacaba brillo a mi título en Historia, porque pocas cosas más se pueden hacer con ese papel, sino que me di cuenta de que en caso de llegar a tener la oportunidad de batirme en duelo en estas grandes plazas más me valdría llegar un poco fogueado, aunque fuese a base de practicar en la del pueblo. Un domingo cualquiera me armé de valor, como lo hace el niño que se acerca a los chicos con balón del parque, y les pregunté si le dejan jugar con ellos

SomosBasket no era como ahora. De hecho, tenía hasta otro nombre que algunos aún añoramos y que todavía se nos escapa en ocasiones y la audiencia era parecida a la que puedes ver en el Americans Airlines Arena cuando faltan cinco minutos de partido y los Heat van perdiendo de más de dos puntos. Eso era justo lo que estaba buscando: un sitio donde podía escribir cualquier barbaridad (como un artículo alabando la sabia decisión de Larry Bird de conseguir a Evan Turner para el que entonces era el mejor equipo de la liga) y diese igual porque, total, nadie se iba a dar cuenta.

Por si fuera poco, el día que entré en la redacción por primera vez tuve una sensación que solo había sentido en dos ocasiones durante toda mi vida adulta, cuando puse mis inocentes pies en el Residencial Emilio Hurtado y cuando hice lo propio en Shoreditch: ‘este sitio es mi puta casa‘. La colección de tarados a los que he conocido en esta web daría para grabar una secuela de «The Dirty Dorzen» (Robert Aldrich, 1967) o, mucho mejor pensado, de «Idioterne» (Lars von Trier, 1999). Son una gente estupenda con la que se puede hablar de cualquier cosa fuera del basket, especialmente fuera del basket, y que no ha habido un solo día en el que no me hayan hecho sentir como un impostor que no tiene ni idea de este deporte. A muchos de ellos he tenido la ocasión de conocerlos en persona a lo largo de los años en varias de las quedadas que hemos realizado en León, Madrid y Londres; y con los que aún no he tenido la ocasión de tomar una cerveza cara a cara espero tenerla pronto.

Pero las cosas han cambiado mucho en estos dos años de vida de la web. Ahora hay una redacción para cada equipo (el día que me anime a escribir sobre la gente que puebla El Despacho de Auerbach vienen los GEOS a limpiar la habitación), más de cien personas escriben en la web una media de cuarenta noticias al día que reciben 150.000 visitas al mes. Desde que empezásemos esta aventura hace dos años, SB ha recibido 2.3 millones de visitas que han leído 4.3 millones de páginas, ¿estamos locos? Una cosa es ser medio gilipollas y otra cosa es que salgas todos los días a la calle con una camiseta de Lady 23 para demostrarlo.

El nivel es ya demasiado alto, al igual que la responsabilidad para con vosotros, los lectores. Y yo no quiero defraudar al tío Ben. Muchas gracias a todos los que cada día entráis en SB, que nos tenéis fijados en vuestra barra de marcadores y nos leéis cada mañana, que compartís vuestra opinión en los comentarios y nos mostráis vuestro apoyo en las distintas redes sociales. Gracias también a los que nos visitan de manera esporádica y a ti, que acabas de entrar por primera vez. No quisiera olvidarme tampoco del que solo entra para ver qué estupidez hemos escrito esta vez; quizás es el más necesario de todos por recordarnos que solo somos oh, pobres mortales con un portátil.

SomosBasket se ha hecho muy grande gracias a vosotros y vuestras opiniones. Quizás es hora de que asuma que ya no estoy a la altura y me vaya a alguna web que todavía no lea nadie y con un público menos formado y exigente que vosotros, ¿alguien sabe si hay algo parecido a un SomosFúbol?