Los Boston Celtics, ante la encrucijada
Un análisis al momento de reconstrucción de los Celtics
Está claro que Brad Stevens hace lo que puede con lo que tiene a mano (y bastante bien lo hace) con un plantel plagado de “jugadores buenos, pero no lo suficiente” ha logrado inculcarle una filosofía de juego que les posibilita, en este momento, estar luchando en el “salvaje Este”.
Los Verdes se encuentran con record positivo (18-15) pero las últimas dos derrotas han encendido el botón de alarma en BeanTown. Dos cuestiones salieron a la luz; la primera de ellas, como bien explicó Álvaro Méndez, es que si el D.I.A (defensa, Intensidad, actitud) no están presentes, el conjunto de Massachusetts puede perder con cualquiera y la segunda, es que el desequilibrio de la plantilla es un problema sin solución para el coach.
Según Basketball Reference, los Celtics utilizan 20 alineaciones diferentes, de las cuales solo una acumula más de 200 minutos (Thomas, Bradley, Crowder, Johnson, Sullinger), luego ninguna se le acerca y lo que es peor, de la 4ta alineación mas utilizada a la 20, el margen de minutos no supera los 15 mins.
Si lo comparamos con el puntero de la división, los Toronto Raptors los márgenes se disparan claramente, hay cuatro formaciones que superan los 50 mins, tres de ellas (titulares y primeros recambios de la 1 a la 3 y la segunda unidad la 4ta) entre ésta y la 20 la diferencia de mins es de casi 40 mins!!!
¿Usted dirá que es un caso aislado? No, tampoco lo es si la comparativa apunta más arriba en la tabla de posiciones. Veamos a los Cleveland Cavaliers.
La alineación titular de los Cavs y los primeros recambios superan los 100 mins jugados, mientras que la segunda unidad unos 40 mins en pista, contra solo 25 mins promedio de las otras 16 alineaciones.
En resumen, los Celtics usan mucho a sus jugadores más valiosos (Thomas, Crowder, Bradley) pero luego, los demás rotan constantemente en un sinfín de alineaciones diferentes que no se estabiliza, ya que ninguna de ellas supera los 40 mins jugados.
Lo que muestra esto es que el conjunto de Stevens mueve más sus jugadores que los demás y esto tiene una explicación coherente, el nivel del plantel es muy parejo y por decantación lleva a la utilización de más jugadores.
El problema se presenta en que, mas allá de la aparente profundidad, los jugadores con más talento absorben muchos minutos, pero el resto se los distribuye y no de manera ordenada. Los Celtics no tienen una segunda unidad fija (trate de recordar) no la hay, y la ventaja de tener muchos jugadores de similar talento, lleva a que muchas veces se cambie continuamente sin un parámetro especifico.
Por poner un ejemplo, en el último encuentro vs Nets, los verdes utilizaron 11 jugadores en el primer tiempo y con la entrada de Young en el tercer cuarto se utilizaron los 12 disponibles para ese día.
El básquet es un deporte de ritmos y de momentos, cualquiera que lo haya jugado lo sabe y si se pierde esto, es muy difícil saltar a cancha y rendir como se lo requiere. Para la utilización de una rotación larga de 9/10 jugadores el ordenamiento tiene que estar prefijado y pautado de una determinada manera que no quite ritmo al jugador (6-7 mins por cada uno con rotaciones fijas establecidas). En Boston esto no ocurre y podemos observar, por ejemplo a David Lee sentado más de un cuarto y medio para salta a cancha en mitad de partido, o vemos a Avery Bradley salir a mediados del primer cuarto, para volverlo a ver a finales del segundo.
Stevens, ha intentado achicar las rotaciones, pero siempre termina cayendo en el desorden que provoca tener jugadores muy parejos y que no son imprescindibles, fíjese el caso de Butler en Chicago, Lebron en Cavs, DeRozan o Lowry en Toronto, ninguno de ellos va a estar fuera de campo más de 5 o 6 mins, esto no ocurre ni si quiera con Thomas que es el jugador con más talento del plantel.
La profundidad se ha vuelto un problema sin solución, por lo que deben tomarse decisiones desde el front office para achicar el plantel urgentemente ya que evidentemente no se puede sacar de rotación a algunos jugadores sin que se produzca algún tipo de inconveniente interno. A esto, hay que sumarle que muchos de los que acumulan minutos no le están dando soluciones al equipo (preferentemente en defensa del aro o tiro exterior) las debilidades más notorias del equipo.
Nos estamos acercando a la fecha del cierre de transferencias y en la libreta de anotaciones de Danny Ainge aparecen varias tareas a realizar: al día de hoy los Celtics tienen 3 primeras rondas (3, 18 y 19) más 3 segundas (47, 54, 58) está más que claro que no se pueden hacer efectivas todas, por lo que se va a tener que hacer algún tipo de movimiento para que se puedan maximizar de alguna manera.
El roster está descompensado (muchos power forward, falta de protección del aro y escasos de tiradores de calidad). El inconveniente principal que se le presenta al general manager es que, todos saben de la abundancia de picks con los que cuenta la franquicia y son consientes de que no las pueden usufructuar todas, por lo tanto el nivel de negociación de Ainge se limita (las rondas se desvalorizan al saber que sí o sí se tienen que transferir).
Teniendo en cuenta lo anteriormente dicho, la situación para los Celtics se empieza a complicar, la idea de acumular activos (rondas y jugadores) se está empezando a transformar en una espada que cuelga del techo de la oficina de Ainge. Los movimientos no se pueden demorar más si no se quiere empezar a perder esos activos que se estuvieron metiendo en la bóveda del ex #44 .
Las leyes de la oferta y la demanda empiezan a jugarle una mala pasada a los Celtics y si Ainge no logra reinvertir esos activos y transformarlos en mayor talento para el plantel, la reconstrucción sufrirá un retraso que impactará directamente sobre el rendimiento del equipo e indefectiblemente limitará el atractivo para los agentes libres.
Los próximos meses serán fundamentales para saber si el proyecto de Stevens da un salto adelante, o seguirá en la medianía de una conferencia cada vez más competitiva. Stevens y los jugadores están dando su parte, es hora de que el front office haga lo suyo para aligerar más el trabajo a su entrenador y vuelva más competitivo a una franquicia que necesita volver a los primeros planos.