Cuando Kobe Bryant se convirtió en Legolas

Viaje al 22 de Enero de 2006 y sus 81 puntos

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Un día tal que hoy, hace 10 años, me encontraba en el sofa del salón de mi casa, con 16 años y dispuesto a ver un partido más de los Lakers de Kobe Bryant, ese Kobe que empezaba a ser La Mamba Negra, capaz de día a día, destrozar a sus rivales en la cancha, solo, sin equipo ninguno y en su mejor momento físico. Unos días antes le vi meter 62 puntos en 3 cuartos a los Dallas Mavericks, tal vez, como bien estudié en guión cinematográfico, aquel partido fuera el «anticipo», el antecedente que te deja la historia para después encontrarte con el maravilloso cambio de nudo narrativo.

Boom! 22 de Enero de 2006, 81 puntos de Kobe Bryant ante los Toronto Raptors, remontando él solo un partido para ganarlo.

El partido comenzaba como cualquiera de aquella temporada para Lakers, Kobe asumiendo su liderazgo anotador, nada del otro mundo, algo habitual ya por esas fechas. Un cuarto con más de 10 puntos, lo normal. Lo que no era normal era que ya no fueran 10 puntos por cuarto, sino 20, y sin dejar de anotar. Cuando finalizando el tercer cuarto Kobe Bryant ya llevaba la cifra de 51 puntos al acabar de machacar a dos manos el aro rival, todos, absolutamente todos empezamos a llevar la cuenta de cada punto, sino antes…

Fue como si Bryant fuera calentando motores en la hazaña; 14 puntos en el primer cuarto, 12 en el segundo cuarto, 27 puntos en el tercer cuarto (para mi el mejor y el más espectacular) y 28 en el último cuarto. Señores, piensen bien, 28 puntos en un cuarto. Imaginen que hubiera metido al menos 20 en los dos primeros… 95 habría metido, de echo, el mismo Kobe declaró días después del partido, que podría haber metido 90.

Kobe Bryant no era La Mamba Negra, era Legolas en el Abismo de Helm contando Uruk Hai`s muertos con sus flechazos, picado con Gimli por ver quien conseguía más, en este caso, picado con todo el Mundo, que no quería ver que él era el verdadero MVP del momento. Nunca antes, ni después, se ha visto una exhibición tal. La cifra de los 100 puntos de Wilt Chamberlain ya rondaba todas nuestras mentes, y seguro que la de Bryant también como objetivo. Meter 100 puntos en la NBA moderna es absolutamente imposible, Wilt lo hizo en un tiempo donde había otras reglas que lo favorecían para un gigante imparable, pero en el Siglo XXI, con lo avanzado que está el baloncesto… la cifra de 81 puntos era inalcanzable, ni siquiera para nuestras mentes que despegan todo tipo de imaginaciones. Este es el calibre de lo que pasó hace exactamente 10 años, con un Kobe al que no se le acababan las flechas.

Una hazaña sólo al alcance de Kobe Bryant, capaz de que un chico de 16 años, de madrugada viendo el partido, gritara tanto con cada canasta y se frotara los ojos una y otra vez para darse cuenta de que no era un sueño, que no estaba dormido, que su padre se despertara, y que en vez de regañar a su hijo, se quedara a disfrutar del partido hasta el final con él.

21 canastas en 33 lanzamientos de dos puntos, 7 de 13 triples y 18 de 20 tiros libres en 42 minutos.  Además capturó 6 rebotes y dio 2 asistencias. Estadística inmejorable.

Los entrenadores hablaron, tanto Phil Jackson como Sam Mitchell. El Maestro Zen declaró que era la mejor actuación individual que había visto en su vida, y el coach de los Raptors contó cómo no podían pararle: “el problema es que anotó las canastas más difíciles; pudo con dos jugadores, con una zona e incluso con una zona mixta, algo que no había dispuesto desde mis tiempos en la universidad”

Ahora, 10 años después, los chicos de 16 años que entreno, Junior Masculino del C.B. Zona Press de San Sebastián de los Reyes, ven a Kobe Bryant como una leyenda, viejo, lastrado por sus lesiones, pero con igual ojos de aprecio y veneración, porque saben que el Kobe que no pudieron ver, era una bestia competitiva, que era capaz de llegar a 81 puntos en un partido. Hoy tenemos entrenamiento, tal vez les ponga las mejores jugadas de ese partido, ya que algunos no saben aún de lo que fue capaz La Mamba Negra, y quedarán impresionados, compararán con sus héroes de ahora, y tal vez quieran poder volver a ver algo parecido en directo. Y yo también.