La relativa importancia del GSW-Spurs

La diferencia en el marcador no es demasiado realista

Fuente: Keith Allison (CC)
Fuente: Keith Allison (CC)

El partido disputado entre Golden State Warriors y San Antonio Spurs era el más esperado de esta temporada para los aficionados de la NBA. Se daba el caso de que, sumando victorias y derrotas de ambos equipos si juntáramos sus balances, acreditaban un 78-10 (88,6% de victorias), el porcentaje combinado más alto jamás visto en un partido de temporada regular en el cual los dos equipos hubieran disputado 41 partidos como mínimo. Con estas cartas sobre la mesa, el partido tenía una pinta espectacular, juntando a los dos mejores equipos de la liga, pero no solo los dos mejores, si no dos equipos que están dominando ahora mismo de manera incontestable.

Con esta presentación, sorprende aún más el resultado que se dio al acabar el encuentro; 120-90. Sí, treinta puntos de diferencia entre el primer y segundo mejor equipo de la NBA parecen excesivos, y más cuando se trata de que uno de esos equipos es un conjunto entrenado por Gregg Popovich, que precisamente este año está acreditando unos números defensivos tremendos. Visto así ¿qué conclusiones podemos extraer de lo ocurrido en el Oracle Arena el pasado lunes?

Resumiré mi pensamiento sobre esto en una sola oración: un partido de temporada regular nunca marca nada definitivo de cara a los Playoffs. Aún recuerdo cuando hace un par de temporadas los Brooklyn Nets, que aquella campaña habían juntado a Garnett, Pierce, Williams, Brook Lopez y Joe Johnson barrieron en temporada regular a los Heat del Big Three. Curiosamente, se encontraron en Playoffs esa misma temporada. ¿Resultado? 4-1 para los de Florida cuando realmente importaba.

Con esto no quiero decir que podamos deducir ciertas cosas en los enfrentamientos de temporada regular para imaginarnos una serie de Playoffs (en este caso una más que posible Final de Conferencia), pero sí que hay que cogerlo con pinzas. Y todos sabemos cómo es Popovich en este sentido. No es algo malo, pero siempre ha preferido no mostrar la totalidad de sus armas cuando se ha enfrentado a rivales que, muy previsiblemente, en el futuro volverá a tener enfrente. Me imagino que todos recordaréis un partido del 2012 entre los Spurs y los Heat, donde “Pops” mandó a casa a Duncan, Ginobili, Parker y Danny Green (por lo cual los Spurs fueron multados) y el equipo de Texas casi se lleva el encuentro. En el partido del pasado lunes no fue tan exagerado, ya que solo Duncan no se vistió para jugar el partido.

Mi pensamiento se inclina entre una mezcla de hipótesis; Kerr no mostró todas sus cartas, porque sería demasiado ingenuo hacerlo en temporada regular, pero sí que podríamos decir que utilizó el partido para enviar un mensaje a los propios Spurs y al resto de la liga, porque de la única cosa de la cual tengo certeza es que para los Warriors, y sobre todo sus jugadores, fue un partido para marcar territorio, porque estoy segurísimo que la motivación fue mucho más alta que en otros partidos. Sobre esto último, me llama la atención que las últimas victorias abultadas del equipo de la Bahía han venido contra Cleveland Cavaliers, Chicago Bulls y los mismos Spurs. Todos candidatos al título, todos equipos potentes a los cuales Curry y compañía han destrozado en los últimos diez días.

Porque parte de la diferencia que se vio en la cancha el lunes fue por la diferencia de motivación entre ambos equipos, algo que comentó el propio Popovich a la prensa tras el encuentro. No estoy hablando de una posible desgana en San Antonio, pero sí que podemos decir que le dieron una importancia relativa al partido. Porque, seamos sinceros, ¿aparte de estos dos equipos, alguien se imagina un tercer equipo capaz de plantarles cara? Personalmente, solo veo uno: Oklahoma City Thunder, siempre y cuando el banquillo del equipo dirigido por Billy Donovan dé un paso adelante y tengan a Durant y Westbrook al nivel que les estamos viendo. Además, por físico y juventud pueden aguantar el ritmo del actual campeón de la NBA y contra los Spurs ya saben lo que es encontrárselos en Playoffs.

Sobre el partido en si, me gustaría destacar ciertos aspectos. Aparte de la nueva exhibición de “Chef Curry”, los jugadores que le siguieron en cuanto a influencia en el partido fueron Brandon Rush, Marresse Speights y Shaun Livingston, dejando con un partido más discreto a las otras primeras espadas del equipo: Draymond Green y Klay Thompson. Así que podemos extraer que, en una posible eliminatoria entre ellos, Golden State necesitará la aportación de jugadores secundarios como los mencionados, porque no me imagino una victoria en una serie a 7 partidos entre estos dos conjuntos con Curry absolutamente solo tirando del carro con Draymond y Klay. Hará falta más madera para derrocar a los Spurs.

Por parte de los Spurs, si en algo estoy seguro que Popovich habrá prestado atención es en que se vieron superados en ritmo, con lo cual intuyo que, para los Playoffs, “Pops” tratará de frenar el ritmo explosivo que imprime el equipo de Kerr cuando se siente cómodo en pista. Además, cuando vio el panorama, Popovich decidió descansar a sus pilares, dejando a Parker en 18 minutos o a Leonard y Aldridge en 25 minutos.

En definitiva, creo que Golden State Warriors ha dado el primer golpe en esta contienda, pero que a San Antonio Spurs no le ha importado recibirlo, porque saben que el combate tendrá muchos asaltos y que, para ellos, una derrota así no significa el fin del mundo. Aunque es obvio que perder de 30 puntos nunca es de recibo, estoy seguro que sabrán sacarle el lado positivo a este encuentro. Por el bando warrior, ha sido un recordatorio de quién es el actual campeón y de quién es el equipo que tiene una diana en la espalda. Porque la tienen y todos los equipos quieren ser el afortunado que acierte en el centro.