Miami no da opción a los Hawks y lideran la División Sudeste

Atlanta Hawks 87 - 105 Miami Heat

Fuente: Mark Runyon (CC)
Fuente: Mark Runyon (CC)

Miami Heat y Atlanta Hawks se enfrentaban en Florida en un encuentro mucho más importante de lo que podría parecer a simple vista por dos motivos principales. En primer lugar, estaba en juego el liderato de la División Sudeste de la NBA; y en segundo lugar porque este era el tercer enfrentamiento (de los 4 que habrá hasta final de temporada) en el que se veían las caras este año, con las dos victorias hasta el momento para los de Georgia. Por tanto, si los Heat vencían arrebataban el liderato a los Hawks y además les servía a sí mismos para darse cuenta que pueden vencer a este equipo tan equilibrado. Por su parte, los de la ciudad de la Coca-Cola querían obviamente mantener la primera posición  de la División y distanciarse de su perseguidor, además de seguir en camino para conseguir el pleno de victorias contra un posible rival en PlayOffs.

Los Heat no podían contar con los hombres de rotación Chris Andersen y Tyler Johnson, ni tampoco con la torre Hassan Whiteside. Los Hawks no contaban con ninguna baja, aunque tanto Teague como Millsap arrastraban molestias que les impedían estar al 100%.

El encuentro comenzó con los de Budenholzer fallando todo lo que tiraban, hecho que permitió a los locales distanciarse rápidamente en el marcador. Con los Heat moviendo el balón como pocas veces lo habían hecho hasta la fecha, mediado el cuarto la diferencia había llegado a la decena y así terminó. Tras 12 minutos, los de Spoelstra lideraban 17-27.

Con Winslow marcando un alto nivel defensivo y Goran Dragic saliendo al contraataque, los intentos de Schröder, Scott y compañía por acercarse en el luminoso se veían frustrados en cada ocasión, y los minutos se iban consumiendo. De hecho, no solamente se mantenían las distancias sino que los locales iban ampliando su ventaja en el luminoso, y a mediados del segundo período tenían un +20 en su favor. Pero si hay algo que no son los Hawks es un equipo débil mentalmente, que se venga abajo ante las adversidades. Por eso, en los últimos minutos de la primera mitad supieron reponerse a las adversidades del momento y redujeron la diferencia, para dejarla finalmente en el 34-47 que mostraba el luminoso tras 24 minutos. Los Heat habían jugado muy bien y los Hawks muy mal, pero nada estaba decidido y todo podía pasar de aquí al final.

En la reanudación Dwyane Wade puso los puntos sobre las íes, se alió en una dupla asesina con Amar’e Stoudemire y juntos volvieron a poner en apenas 3 minutos un +22 en el marcador. Atlanta, a través sobre todo de Al Horford, intentaba mantenerse en el partido y no darlo todavía por perdido, pero los Heat anotaban en prácticamente cada posesión y defendían con mucha intensidad, con lo que se les hacía difícil conseguir canastas. Sí que fueron reduciendo poco a poco sin embargo, y a falta de 1 minuto y gracias a un parcial de 9-0 bajaron de la decena de desventaja. Con 4 puntos finales de los de Spoelstra, el cuarto terminó con 62-75.

En el último cuarto los agresivos fueron los Hawks, que empezaron a forzar más penetraciones y faltas al conjunto local, que sin embargo no tenía excesivos problemas en mantener las distancias gracias a su efectividad ofensiva. Prueba de ello es que con solamente 4 minutos por disputarse la distancia había incluso aumentado ligeramente, y se situaba en un +15 en favor de Miami. Los ataques a la desesperada de los de Budenholzer no obtuvieron los frutos deseados, y los Heat amarraron el partido con todavía 2 minutos por jugarse. Al final el resultado fue de 87-105.