Houston Rockets, una decepción constante esta temporada
No han sabido estar a la altura
El domingo los Houston Rockets tenían la moral por las nubes tras haber ganado a los Thunder y tener posibilidades de acabar la regular season como sextos cerrando una temporada que no ha sido como esperaban. Para ello debían ganar los últimos cinco partidos que les faltaban, uno de ellos contra un rival directo, los Mavs, y el resto contra equipos que ya están fuera de post temporada. Esta tarea parecía sencilla a priori y muchos soñaban con una posible racha de seis victorias seguidas en este tramo final, hasta que recordábamos que los Rockets no han encadenado cuatro partidos consecutivos ganados desde enero (sí, habéis leído bien).
El primer batacazo llegó con la derrota ante Dallas, tras la que los jugadores declararon que era duro pero que tenían que reponerse y prepararse para el próximo partido contra Phoenix, en el que todo se desmoronó. Houston sufrió ayer una bochornosa derrota en casa contra los Suns, el tercer equipo con peor marca de la liga, pero no es eso lo que más ha desilusionado a los aficionados de los Rockets. La imagen que dio el equipo anoche, y que ha dado durante la mayor parte de la campaña, fue una vergüenza. Entre otras cosas permitieron a Phoenix acabar el último cuarto con un parcial de 35-25 a su favor, además de dejarles atrapar la mayoría de los rebotes, 47, contra los 26 que logró el conjunto tejano.
Ahora la gran pregunta que ronda la cabeza de los aficionados es qué deben hacer los Rockets, si ganar los encuentros que quedan, tal como declaró Harden tras la derrota ayer, o dar la temporada por perdida y centrarse en el Draft y la agencia libre. Parece que el objetivo sigue siendo (desafortunadamente) entrar en Playoffs y caer con toda certeza en la primera ronda contra Warriors o Spurs.
Esta es la triste realidad que tiene ahora mismo el conjunto tejano, los cuales hace menos de un año conseguían llegar a las Finales de Conferencia tras una gran temporada en la que Harden se postulaba como candidato al MVP. ¿Qué ha sido de aquel equipo?. La respuesta es clara, la temporada de los Rockets ha estado plagada de irregularidad, inconsistencia en ambos lados de la pista, jugadores que no han estado a la altura, y un entrenador interino al que el cargo le ha quedado grande.
Los problemas comenzaron al principio de la campaña, una mala racha inicial y el mal juego y nivel mostrado por la plantilla desembocó en el despido en noviembre de Kevin McHale. J.B. Bickerstaff asumió el cargo y en los 68 encuentros que ha dirigido lleva un récord de 34 victorias y 34 derrotas, siendo muy criticado por las malas decisiones que ha tomado en algunos partidos y culpado por varias derrotas. El técnico no ha sabido dar con la tecla correcta en sus nefastas rotaciones, dando apenas minutos a jugadores con potencial como K.J. McDaniels o Clint Capela a mantener sobre la pista a jugadores que no estaban en su mejor momento.
Uno de los aspectos a destacar era el poco esfuerzo defensivo que los Rockets han mostrado durante toda la temporada. No era complicado ver a los jugadores totalmente ajenos a la defensa, haciendo transiciones lentas que los rivales aprovechaban para salir al contraataque, y permitiendo al otro equipo anotar con una facilidad pasmosa. Otro campo preocupante fue la dificultad de los Rockets para entrar en los partidos, yendo al descanso en muchos de ellos cayendo en el marcador y al volver en la segunda mitad entrarles la prisa por remontar, rindiendo bien generalmente cuando se encontraban por debajo del marcador y no con ventaja.
Otro de los problemas en H-Town fue el bajo rendimiento de sus jugadores y la irregularidad constante que han mostrado a lo largo de la regular season. Jugadores como Corey Brewer, que ha sido esta temporada uno de los grandes pufos de la plantilla, y ha pasado a ser un lastre en muchos de los partidos, acabando en la mayoría con un +/- negativo. Otro es Terrence Jones, que comenzó siendo titular y se fue desinflando a lo largo de los meses a causa de sus constantes lesiones y la poca continuidad en su juego, hasta quedarse fuera de la rotación y no jugar desde el 29 de febrero. También tenemos a Josh Smith, que llegó en enero como el hijo pródigo, sin embargo rindió a buen nivel durante tres partidos y luego bajo su rendimiento así como su participación durante los partidos.
Pero sin duda el jugador que más bandazos ha dado en su juego esta temporada ha sido Dwight Howard. El pívot está teniendo los peores números desde su temporada como novato -promedia 13,7 puntos y 11,8 rebotes-, siendo muy irregular en las últimas actuaciones y teniendo problemas con las faltas. En los últimos 13 partidos, en 7 ha quedado por debajo de los 10 puntos, en 5 ha quedado con menos de 10 rebotes y en 8 de esos encuentros los Rockets han perdido, quedando Howard con un +/- negativo en todos ellos. Además, los rumores han sido el pan de cada día del pívot en Houston. Lo que si que es cierto es que Howard planea salirse de su contrato (para suerte de los Rockets) y probar suerte en la agencia libre para intentar conseguir un acuerdo por el máximo, algo muy improbable.
Superman se ha visto muy afectado por el esquema de los Rockets y su juego en el poste era algo a lo que el equipo recurría muy pocas veces, innumerables fueron las ocasiones en las que J.B. Bickerstaff intentaba convencer a la prensa y al aficionado de que en el próximo encuentro se sacaría más partido a Dwight, cuando la realidad era que Howard se paseaba por la pista e intentaba, junto a Ariza y Beverley, defender para no tener que salir en el post partido a explicar que a la plantilla ni le faltaba intensidad, ni confianza, y que solo tenían que hablar (mención especial a las incontables reuniones que mantuvieron los jugadores para intentar resolver los problemas y que no llevaron a nada) y mantenerse positivos.
Otro tema recurrente durante el año fue la supuesta mala relación de Harden y Howard y el pulso que habrían mantenido a lo largo de las temporadas para que el otro fuese traspasado. Sea esto cierto o no, la asociación entre ambos llegó a su punto álgido el año pasado y desde entonces ha naufragado como lo hiciese el Titanic, en muchas encuentros ha podido verse que en ciertas ocasiones no se entienden en la pista.
En cuanto a James Harden, ha recibido críticas constantes desde que comenzó la temporada, primero por lo bajo de forma que llegó -aunque se solventó en pocos partidos-, pero sobre todo por su total pasividad y desinterés por la defensa, que en numerosas ocasiones ha dejado jugadas para el recuerdo a la mañana siguiente del partido que se han vuelto virales. No obstante, hay que ser justos y decir que cuando Harden hace las cosas bien y destaca por su defensa (sí, por su defensa) nadie dice nada, y prueba de ello fue la bueno defensa del escolta contra los Thunder logrando un robo en los instantes finales que fue la clave para que Houston ganase el encuentro. Lo único que le falta a The Beard, y que algunos aficionados le achacamos, es que sea más regular y se esmere más en su defensa, que se preste más atención a las transiciones ofensivas y que no se olvide por completo de su marca permitiendo anotar a placer debajo del aro.
Podríamos seguir hablando de la nefasta temporada y malas decisiones tomadas por la franquicia, como el fallido paso de Ty Lawson por el conjunto tejano que no fue capaz de adaptarse a jugar sin balón y a coexistir en la pista con Harden, el traspaso de Marcus Thornton -uno de sus mejores tiradores- cuando llegó a ser en diciembre el segundo mejor de la plantilla, la anulación del trade de Donatas Motiejunas… pero como suelen decir no hay que hacer sangre de la herida.
Pero no os preocupéis fans de los Rockets, lo que nos queda ahora es rezar para que el equipo no entre en Playoffs y aferrarnos al draft y sobre todo a la agencia libre, cuando esperemos que Houston se olvide de una vez por todas de Dwight Howard, de continuidad a Clint Capela como pívot titular, y la franquicia haga un cambio radical en su plantilla deshaciendose de jugadores cuya etapa ya ha llegado a su fin en el equipo, intentando firmar a un gran agente libre como Kevin Durant o Hassan Whiteside. Se avecinan cambios en H-Town y con Daryl Morey como General Manager todo puede ser posible.