
Tras verse como candidatos a quedar entre los ocho primeros del Oeste después de un final excepcional de temporada en la 2014-15 los Jazz deben afrontar ahora el largo verano con una sensación bastante amarga por ser eliminados casi sobre la bocina cuando tenían la clasificación bien encarrilada. Para Utah el proceso de reconstrucción se ha acabado y se abre una nueva fase en la que se debe exigir al equipo meterse en los Playoffs, y es algo que tanto directiva como cuerpo técnico y jugadores saben.
En las declaraciones a los medios de comunicación tras el cierre de curso, el mensaje era bastante similar entre los miembros de la plantilla, que eran conscientes de la ocasión perdida y de la responsabilidad de cumplir el próximo año. Perdiendo cuatro de sus últimos cinco partidos, los Jazz tienen razones de sobra para poner la vista ya en el 2017. Derrick Favors, que a pesar de perderse 20 encuentros esta temporada terminó con 16,4 puntos, 8,1 rebotes, 1,5 tapones y 1,2 robos de promedio, así lo dejaba ver:
«Fue brutal. La manera en la que estaba la carrera por los Playoffs con nosotros, Dallas y Houston, fue brutal. Muchos se lo tomaron fatal; yo lo hice».
Pero al igual que había decepción acerca del desenlace final y la forma en la que se produjo, también se destacaba la necesidad de volver más fuertes.
«Nos da algo por lo que contar los días que faltan para volver, para trabajar duro durante este verano. Sabiendo que estuvimos tan cerca de conseguir los Playoffs y dejamos un par de partidos que podíamos haber ganado. Fue definitivamente duro».
Es innegable que Utah dejó escapar algo que tenía prácticamente en su poder en la recta final de campeonato y para lo que era candidato en otoño, pero también hay que tener presente la cantidad de lesiones, empezando por la sufrida el pasado verano por el base australiano de segundo año, Dante Exum, y también la juventud general del equipo. Esto se ha notado tanto en la falta de timón del conjunto – a pesar de que Exum en su poco tiempo en Salt Lake City tampoco había hecho nada del otro mundo en ataque – y también se podido dejar ver en los momentos importantes, como en la recta final de partidos igualados. A finales de 2015 la lección era: «con un año más de experiencia y el crecimiento de jugadores»; ahora, parece que vuelve a ser el mismo, ya que las mencionadas lesiones han puesto en stand-by el progreso de Exum como base de la franquicia, y tampoco le dieron ninguna oportunidad a Alec Burks de proporcionar una muy necesitada profundidad y versatilidad – además de anotación, todo sea dicho – en el perímetro.
Gordon Hayward, principal referencia ofensiva del entrenador Quin Snyder, volvió a dar un paso más en su papel de jugador franquicia y demostró que podría llegar a ser una primera opción consistente, promediando 19,7 puntos, 5 rebotes y 3,7 asistencias por encuentro. El ex de Butler también se hacía eco de los atenuantes de la temporada de los Jazz:
«Obviamente estamos decepcionados. Veníamos esta temporada con la expectación de conseguir los Playoffs… Con las lesiones que tuvimos este año, lo oportunas que fueron… tuvimos oportunidades… estamos ansiosos de mejorar el año que viene… Tenemos que usar las experiencias que tuvimos esta temporada… Estamos apuntando en la dirección correcta. Sólo quiero ganar y formar parte de un equipo ganador. Vamos en esa dirección».
Nadie disputó los 82 partidos y Burks – quien ya pasó la segunda mitad de la temporada anterior fuera – se perdió 51 partidos, Rudy Gobert 21 y Favors 20 – incluyendo siete a finales de diciembre y comienzos de enero en que ambos no estuvieron disponibles -, además de Exum, que tenía que dar un salto importante en su segundo curso como profesional.
Sin embargo los Jazz pudieron alcanzar su objetivo, pero en última instancia lo dejaron escapar por no ser capaces de cerrar partidos en momentos clave. Eso era precisamente lo que le preocupaba al entrenador Snyder:
«Tenemos que ser capaces de cerrar mejor los partidos a ambos lados de la pista».
¿Es un problema de juventud o la falta de una estrella que se eche al equipo encima? Utah estuvo buscando en el mercado la adquisición de un base veterano que dirigiese el ataque del equipo, pero tampoco quería minar sus planes a largo plazo con Exum, como ya dijimos en algún artículo en el cierre de los fichajes. Shelvin Mack cumplió y poco más, pero sería injusto depositar las esperanzas de los Jazz en las manos del tercer base de los Atlanta Hawks. Esa delgada línea entre ser algo más agresivos en la construcción de la escuadra o mantenerse con el plan previsto y ser pacientes es una que tendrán que caminar los responsables de la franquicia este verano, aunque la adquisición de Mack en invierno deja pocas dudas de las intenciones del manager general Dennis Lindsey de momento. El máximo dirigente de la entidad añadía que está «muy cómodo con el número de jugadores que tenemos, el bloque de jugadores que regresan, la mejora interna que se ha producido. No vamos a tratar de acelerar o frenar nuestro calendario de manera aleatoria».
Sin haberse clasificado para los Playoffs en 2016 el año de los Jazz se podría resumir con la palabra stand-by porque el bloque es el mismo más la grata adición de Trey Lyles, pero la progresión de algunos jugadores se ha visto frenada por las lesiones y poca mejora externa se puede conseguir sin deshacer parte de ese bloque. Aún así Utah debe confiar en que, esta vez sí, una temporada más de sus jóvenes jugadores juntos produzca finalmente el resultado deseado sobretodo porque Hayward apenas tiene 25 años, Favors y Burks 24, Rodney Hood – tras un gran curso como sophomore – y Gobert 23, y Lyles 20. Trey Burke nunca va a formar parte ya de este grupo, pero también es lo suficientemente joven como para atraer algo de interés en el mercado. Exum todavía mantiene la incógnita acerca de su potencial con tan solo 20 años, pero eso también significa, al menos, que no ha sido un fracaso todavía. Además los Jazz conservan su primera ronda de draft y tienen tres segundas, y en próximas temporadas tendrán multitud de ellas que podrían venir perfectas.
Tras un curso de transición por lesiones y no conseguir la meta soñada, el proceso de reconstrucción que los Jazz iniciaron enviando a Deron Williams a Nets llega al cruce de carreteras donde tendrá que tomar un camino u otro, esperando que el convertirse en un equipo ganador esté al final del destino elegido.