Análisis de temporada 2015-16: New York Knicks
Una nueva decepción en la gran manzana
Los New York Knicks parecían estar dispuestos a dar mucha guerra tras un verano algo esperanzador para ellos. Sin embargo, las evidencias que nos han dejado esta temporada son muchas, y una de ellas es que ese verano del que hablamos no era más que uno dentro de un proceso que no será corto.
Los neoyorquinos apostaron fuerte con hombres como Afflalo, Robin Lopez, Derrick Williams y cía. Algunos, han rendido como se esperaba de ellos. Otros, mejor de lo esperado y, lamentablemente, otros lo hicieron peor. Además, del Draft se salió con buen sabor de boca tras conseguir a Porzingis y Grant. En resumen: el hype era real.
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Una nueva esperanza.
A los New York Knicks y a todo el corrillo que les envuelve, es difícil controlarlos. En cuanto algo sale bien, se tiende a la exageración. ¿Cómo medirlo? Al final las cosas se hablan en la pista por sí solas. Tras una pretemporada aceptable, los knickerbockers afrontaban la temporada con mucha ilusión, y es cierto que no era fácil controlar esa ilusión. El hype se convertía en realidad. No se ganaban todos los partidos, ni mucho menos, pero el aficionado del Garden podía ver signos de algo que estaba funcionando bien.
Es cierto que desde bien pronto, los bases rivales estuvieron castigando mucho la pobre defensa de los mismos, pero vimos como Carmelo Anthony empezaba la temporada siendo un jugador diferente. Ya no era el líder anotador, si no que estaba siendo un jugador más completo. A ello le sumábamos lo que más queríamos ver: Kristaps Porzingis había nacido. El letón empezó la campaña de una manera sensacional. Incluso cuando se perdía, podíamos ver como los New York Knicks ofrecían otra cara. También hombres como Lance Thomas nos sacaban más de una lagrimilla, así como nuestro amor por «Los Hombres G» (Langston Galloway y Jerian Grant) desde el banco.
En unos meses de tira y afloja constantes, los neoyorquinos se dedicaron a sobrevivir a rachas. Con partidos infumables contados pero con mucho ímpetu incluso en la derrota por gran parte de la temporada. Veíamos cosas que gustaban mucho, como la aportación de Derrick Williams desde el banco, la versatilidad de Thomas, la magia de Porzingis, el liderazgo de Carmelo… Pero no todo era color de rosa.
Los grandes problemas de los New York Knicks esta temporada han venido desde el banco. Las rotaciones de Derek Fisher eran más que cuestionables. Dejar a Seraphin fuera de la rotación, eliminar a Grant, utilizar demasiado a Vujacic y Amundson… Sin embargo, en Enero el bueno de Derek pareció dar con la tecla con una rotación de sólo 9 jugadores. Sin embargo, las cosas no iban a llegar a buen puerto.
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La cruda realidad.
Los New York Knicks empezaban el mes de Febrero estando en plena lucha por incluso entrar en los Playoffs. Porzingod era TT prácticamente todos los partidos pero eso no era suficiente. Poco a poco los de la gran manzana empezaron a entrar en una espiral negativa. Los problemas de Carmelo Anthony llegaron en el peor momento y eso hacía acentuar los problemas de los Knicks, que se sumieron en una crisis de juego y resultados que acabaron por romper la relación profesional con el entrenador, Derek Fisher.
Y lo que vino después, fue el colmo. Pese al baile de nombres de entrenadores, Kurt Rambis sería rápidamente nombrado como entrenador por el resto de temporada. Se prometieron cambios, se buscaron traspasos y al final, los Knicks estaban bien igual que cuando empezaron la temporada. Pese a firmar hasta 2 jugadores posteriormente, jamás se les llegó a probar para rendir con asiduidad. La espiral negativa aumentaba. Kurt Rambis consiguió destrozar lo poco que Fisher había conseguido mantener vivo, en especial a Kristaps Porzingis. No es de extrañar que KP no fuera el rookie del mes del Este los últimos meses: Rambis le había sacado del sistema. Algo que sí supo hacer Rambis fue explotar las virtudes de un Robin Lopez inconmensurable al final de temporada.
Mientras Rambis explotaba a Carmelo en pista teniéndole tanto tiempo que llegó un punto que no podía con su alma, los jóvenes se quemaban en el banquillo. Por otro lado, el rendimiento de Afflalo cayó gravemente, agravando la situación de unos New York Knicks que acabaron con Sasha Vujacic de titular. En el siglo XXI.
Al final, fuera ya de toda lucha, Rambis dio algo de rienda suelta a los no habituales y se confirmó lo que pensábamos todos: se debería haber confiado más en ellos. Finalmente, los New York Knicks terminaban la temporada con un triste balance de 32-50, con el remordimiento de saber que se podría haber hecho mucho más.
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La luz.
El letón Kristaps Porzingis empezó pisando fuerte en los New York Knicks desde la Summer League. Transformó los pitos y lágrimas en vítores y risas. Su capacidad para abrir la pista, su clase con el balón, su capacidad para taponar y para machacar… En general a Porzingis hay que valorarle en su justa medida y al fin y al cabo ha sabido llevar una presión enorme y rendir muy bien en su primer año en la NBA. Su futuro es esperanzador.
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Lo complicado.
¿Cómo definir la temporada de nuestra estrella? La temporada de Melo podría haber sido mejor o peor, pero ha sido más que digna. El caso (de ahí el título) es si el proyecto madurará lo suficientemente rápido como para que «pille» a Carmelo en un buen estado de forma. Por eso es complicado. Pese a que esté bien, se esté cargando el equipo a su espalda, hay ciertas dudas sobre si Carmelo Anthony estaría mejor en otra franquicia.
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Lo nuestro.
El extremeño ha tenido una de las temporadas más difíciles de su carrera. Su físico no le ha permitido defender a la mayoría de bases rivales pero sí ha sabido tener presencia en ataque en momentos importantes. Sin embargo, su incidencia tendría que ser mucho mayor teniendo en cuenta sus cifras en el contrato y, sobretodo, su rol. Sus días en los New York Knicks podrían estar contados.
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Valoración personal.
Lo cierto es que la temporada de los New York Knicks ha sido un completo caos. Primero, empezando por el verano. Aún intentamos disipar todo el humo que nos tragamos con los posibles FA. Después, con los entrenadores. Que si Fisher falla aquí, que si Fisher se enrolla con X, que si Rambis es un zoquete… Pero lo más importante: el triángulo tiembla. Muchos sectores de la hinchada han dejado de creer en la idea del triángulo e incluso han dejado de creer en la gerencia de Phil Jackson.
Personalmente, creo que no ha sido tan mala temporada para los jugadores. Yo creo que ellos podrían haber rendido mucho más en otras circunstancias que no han podido darse por varios motivos. Creo que el inmovilismo frente a los problemas ha sido evidente y algo erróneo, así como echar a Fisher por una mala racha que coincidía con lesiones de la estrella del equipo. Me parece que con el tiempo se hubieran podido ver más cosas pero la toma de decisiones no ha sido la más acertada en la gran manzana.
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New York Knicks: la nota.