Wade Baldwin (20 años) de la universidad de Vanderbilt es, probablemente, el base con el mejor físico de toda esta generación. 1.93 metros de altura, acompañados por 91 kilos y medio y 2.11 metros de tremenda envergadura.
Esta temporada ha promediado 14.1 puntos, 4 rebotes y 5.2 asistencias en 30.4 minutos de juego, con una efectividad del 42.7% en tiros de campo, 40.6% en tiros de 3 y un 79.9% en tiros libres. Todo ello se combina para un PER de 20.8
Análisis anteriores en el mock de SomosBasket: Jakob Poeltl, Demetrius Jackson, Ben Simmons, Brandon Ingram, Henry Ellenson, Deyonta Davis, Marquese Chriss, Buddy Hield e Ivica Zubac.
Pasemos pues a analizar los puntos fuertes de Wade Baldwin:
Puntos Fuertes
Como se ha mencionado al principio, lo que más destaca de Baldwin es sin duda su increíble físico. En una generación de bases en que la mayoría resaltan por ser explosivos, pero faltos de centímetros (Tyler Ulis, Demetrius Jackson, Kay Felder…), Baldwin aporta algo esencial para triunfar en la liga: un físico élite. Los 91 kilos de Baldwin además son puro músculo, de ahí que durante el Draft Combine su índice de grasa corporal fuese un mísero 5.2%. Obviamente, estas características permiten a Baldwin tener claras ventajas en pista, tanto ofensiva como defensivamente.
A pesar de no ser un finalizador élite (ni mucho menos), ni de tener una gran explosividad, ya sea en el salto o en el arranque, la gran envergadura de Baldwin le permite finalizar cerca del aro de formas que otros bases con un físico más limitado ven imposibles. No tiene miedo al contacto, y ello le ha llevado a promediar 7.7 tiros libres por partido cada 40 minutos.
Defensivamente es donde encontramos el otro gran valor de Baldwin, que va claramente atado a su físico. Todos esos centímetros y musculatura le permiten defender tanto a bases como a escoltas, dándole la posibilidad de convertirse en uno de los futuros mejores defensores de la liga. Sabe contener al hombre y le es muy fácil puntear la mayoría de los tiros gracias a sus largos brazos, y en caso de verse superado por el ataque, esos mismos largos brazos le permiten una rápida recuperación para intentar tanto tapones como robos. No es que haya resaltado demasiado en ninguna de estas dos estadísticas (1.6 robos y 0.4 tapones cada 40 minutos), pero lo que es innegable es que posee los instintos defensivos necesarios para acabar sumando números en esos apartados.
Baldwin es también un muy prometedor tirador, aunque debe trabajar en su consistencia. En dos años en la NCAA, y tras unos 200 lanzamientos, Baldwin ha promediado un acierto del 42% desde el triple. Su eficacia aumenta especialmente en situaciones de catch and shoot, aunque sigue siendo capaz de lanzar tras bote. No es que tenga una gran habilidad para crearse sus propios tiros, pero su rápida mecánica le permite lanzar en cuanto se crea un mínimo de espacio.
Por último, pero no por ello menos importante, tenemos su habilidad para distribuir el juego. Esta temporada ha promediado 6.9 asistencias y 3.6 pérdidas cada 40 minutos (debe trabajar en este último aspecto), pero lo cierto es que Baldwin posee una gran visión de juego que le permite localizar al hombre libre esté donde esté y bajo cualquier situación. Se encuentra muy cómodo en situaciones de pick and roll, donde no tiene dificultad para encontrar al hombre grande. También usa esto mismo para localizar a los hombres abiertos que se generan de las coberturas defensivas. Lo cierto es que ya sea mediante pick and roll o no, Baldwin se mueve sin miedo por la pista, balón en mano, y con el ojo puesto en toda la zona ofensiva.
Puntos Débiles
A pesar de poseer algunas condiciones brillantes, Baldwin debe trabajar (bastante) en otros aspectos. Comenzando por su ofensiva, la cual no es demasiado variada y puede llegar a resultar bastante predecible. Gran parte de la culpa de esto la tiene el hecho de que no cuenta con floaters en su arsenal ofensivo, ya que ello limita mucho su juego alrededor del aro. Además, tampoco posee un manejo del balón superior al del base medio, por lo que, sumado clara falta de explosividad, acaba teniendo bastantes problemas a la hora de generarse sus propios tiros (de ahí el 38% de acierto alrededor del aro, un dato tremendamente bajo, en especial dadas sus condiciones).
Si anteriormente se ha mencionado que Baldwin debe mejorar su ratio de asistencias/pérdidas se debe a varios motivos: Para comenzar, resulta demasiado impulsivo con el balón. Tiene una mala tendencia a atacar el aro rival y soltar el balón de forma despreocupada, esperando que algún compañero esté situado allá donde vaya el balón. Otra característica de su juego es que se complica demasiado. A pesar de tener una gran visión con la que le es bastante fácil encontrar al hombre abierto, en muchas ocasiones pretende hacer más de lo estrictamente necesario, algo que, de nuevo, le cuesta pérdidas no forzadas. En general, Baldwin posee capacidad para convertirse en un gran distribuidor de juego, pero debe seguir trabajando en la toma de decisiones.
Por último, y además punto muy importante, Baldwin necesita trabajar en la consistencia de lo que, actualmente, resulta su mayor arma en la ofensiva: el tiro exterior. A pesar de haber promediado un 42% de acierto en los últimos dos años, en los últimos 8 partidos que disputó este año su eficacia bajó hasta el 28%, demostrando que tiene trabajo todavía por delante. Este aspecto resulta tremendamente importante dadas sus limitaciones ofensivas, si quiere asegurarse ser una amenaza en el ataque necesita por lo menos lograr que su tiro sea una constante.
Comparación y Proyección
El propio Baldwin se identifica con Russell Westbrook, especialmente por la intesidad y la capacidad de liderazgo que el base de los Thunder despliega. A nivel de juego pueden no ser tan similares dadas las diferencias atléticas entre uno y otro, pero lo que es cierto es que la mecánica de Baldwin tiene un algo reminiscente a la de Westbrook.
El base de la universidad de Vanderbilt rondará, teóricamente, las elecciones 10 y 15 de la primera ronda del Draft 2016.
