Nuggets, Gallinari y… ¡rumores!

Entre voces de mercado y... ¡Raffaella Carrà!

Danilo Gallinari
Foto: Laura Cristaldi (SB)

Hay muchas cosas que no me explico en este mundo, en este momento se me ocurren dos: ¿cómo pudo Raffaella Carrà tener tanto éxito en España? y, ¿por qué parte de la prensa de Denver se empeña en querer traspasar a Danilo Gallinari a toda cuesta?

¿Y qué tiene qué ver una cosa con la otra? Pues fácil, como cantaba mi rubia compatriota a finales de los Setenta:

“Pienso que son solo rumores, rumores, rumores…”

No me gustan los rumores de mercado, y aún menos cuando tratan de sacar a mi jugador favorito de mi equipo. Que son solo rumores (“rumores, rumores, na na, na na na na”), lo sé, Tim Connelly recientemente en una entrevista a Altitude Radio confirmó que considera a Gallo el jugador-franquicia de su proyecto in fieri, el mismo Danilo en todas las declaraciones tomadas recientemente a varios medios ha confirmado su amor hacia el equipo y la ciudad, y Malone le respeta. Los periodistas “serios” como Chris Dempsey de Denver Post confirman que ahora mismo, solo si pasara algo muy gordo veríamos a Gallinari con una camiseta distinta la temporada que viene.

Pero basta leer en Twitter los titulares de otros blogueros, apasionados, escritores ocasionales (bueno, como yo) y te encuentras con cada cosa…

“Mandar a Danilo Gallinari a Boston para obtener el pick número tres de los Celtics es algo lógico y viable” escribe T.J. McBride en Mile High Sports, y en mi cabeza suena Raffaella:

«Na na, na na na na, pero pienso que son solo rumores, rumores…»

Zach Mickash de DenverStiff publicó un artículo titulado “Cinco trades que los Nuggets deberían seriamente tener en cuenta”, en dos de ellos se ve a Gallo salir en cambio de picks (no de jugadores, hablamos de picks): por ejemplo, en un hipotético mercado a tres bandas que vería Gallo y Faried a los Kings, DeMarcus Cousins a los Lakers y los picks 2 y 8 a los Nuggets.

«Rumores, rumores… Sola, con mi pena, no es posible que me sienta segura, segura…»

Y luego más cosas leídas por ahí por parte de varios periodistas: Gallinari a los Cavs para traer a Kevin Love, Gallinari a los Clippers para traer a Blake Griffin, Gallinari a los Bulls por Butler

«Na na, na na na na, rumores, rumores, eh…»

Dejando a un lado a Carrà, por supuesto cada uno tiene sus opiniones, y entiendo que hay una parte de la prensa y de la afición que vería bien un traspaso, pero hay que evaluar a cambio de qué, ¡pues para unos picks no lo cambiarían ni mis queridos compañeros de redacción de Diggin’ in Denver! Que más yo hablo de Gallo y más haters se hacen para enfadarme (siempre en broma), pero sin perder el sentido común.

Y sobre todo, en un posible trade, aparte de evaluar lo que vas a traer, también hay que considerar lo que te vas a perder librándote de un cierto jugador, y a este propósito el otro día leí un fantástico artículo escrito por Michael Jaycox, siempre en Mile High Sports, que se titulaba “En Defensa de Danilo Gallinari”.

Menos mal que, entre tantos tweets, artículos, y comentarios he encontrado a alguien que comparte mi opinión, y no es una chica italiana, cuyas opiniones podrían (hipotéticamente) estar nubladas por el patriotismo y las hormonas, sino un chico de Denver.

“Bueno, creo que ha llegado el tiempo de defender a Danilo Gallinari” – escribía Jaycox – “y, según parece, no es una cosa muy popular de hacer”.

Ya me he dado cuenta, ya… Primer factor a considerar, el tema de las lesiones. Muchos detractores de Gallo dicen que hay que traspasarlo “porque está siempre lesionado”. Cierto, el chaval es un poco gafe, todo hay que decirlo, pero ¿es lo que en Estados Unidos llaman un jugador “injury-prone”?

La realidad es que no, ¡no lo es! El mismo Gallinari se enfada cuando le llaman así.

En las últimas 4 temporadas Gallo se ha perdido 145 partidos, la gran mayoría de los cuales se pueden atribuir a tres lesiones: rotura del ligamento cruzado anterior a finales de la temporada 2012-13 (88 partidos), rotura del menisco (2014-15, 15 partidos) y esguince de tobillo (a finales de esta temporada, 23 partidos).

Ahora, estas no son lesiones crónicas, de esas que se repiten y que uno arrastra a lo largo de toda su carrera deportiva (el tipo de lesiones que se atribuyen a los así dichos atletas “injury-prone”). Las lesiones por las cuales ha pasado Danilo son desafortunadas, casuales, impredecibles, sobre las cuales el jugador no puede tener ningún tipo de control y, sobre todo, una vez curadas, no comportan recaídas, de hecho basta con pensar que, tras recuperarse de la lesión de menisco, Gallinari jugó los 12 mejores meses de toda su carrera deportiva.

Como sabemos, Gallinari habría vuelto a la cancha las últimas dos semanas de la última temporada si los Nuggets se hubiesen estado jugando algo.

No se puede decir lo mismo, en cambio, de su compañero Wilson Chandler por ejemplo, que igualmente se ha perdido 145 partidos a lo largo de las últimas 4 temporadas, pero debido a unos problemas de cadera reincidentes, de esos que sí definen a un jugador “injury-prone”. Dos situaciones muy distintas, pero que muchas veces se comparan y se unen. Será porque los dos jugadores son muy amigos, juegan en la misma posición de la cancha y llegaron a Denver juntos gracias al “Melo-trade”, entonces es muy común leer en varios artículos “los aleros Chandler y Gallinari están siempre lesionados”

Raffaella vuelve a sonar en mi cabeza: «Na na, na na na na, na na na na…»

Si hay algo que he aprendido desde que colaboro con SomosBasket y que estoy en el grupo WhatsApp con esos locos de Diggin’ in Denver (más “betrayers” varios que no se van porque somos demasiado encantadores) es que el “boxscorismo” no mola, pero en cierto punto hay que sacar los números, y los de Gallo de esta temporada me los he aprendido de memoria: 19.5 puntos, 5.3 rebotes y 2.5 asistencias de promedio.

Hay 12 jugadores que a lo largo de la pasada campaña alcanzaron estos promedios en los tres apartados: 10 de ellos disputaron el All-Star Game y los otros dos eran Blake Griffin y Danilo Gallinari.

Y estos números son solo una parte de lo que ha enseñado Danilo esta temporada: tras empezar el año nuevo el alero ha promediado 21.9 puntos, tirando con el 43% desde el campo y 36% en triples. Aún más importante: ha ido a la línea de los tiros libres 9.6 veces por encuentro (tercero en toda la NBA) y convirtiendo el 85% desde la personal.

Chicos como Gallo no crecen en los árboles, y, aunque lo hicieran, seguramente no costarían 15 millones de $, que es lo que cobrará la próxima temporada, sobre todo tras el aumento del espacio salarial que se espera a partir del año que viene.

Esto no quiere decir que Gallo sea intocable – dice el buen articulista de Mile High Sports y lo digo yo también – pero desde luego no es un jugador del cual deshacerte así a la ligera, sobre todo considerando su versatilidad en la cancha, algo que se busca siempre más en el baloncesto contemporáneo. Si se tuviera que marchar, la dirigencia de los Nuggets debería de mirar cuidadosamente como remplazarlo.

En Denver piden una estrella, pero Connelly, Jaycox y yo coincidimos que posiblemente la estrella ya la tenemos con nosotros: Danilo Gallinari tiene solo 27 años, cada temporada mejora, tiene todavía que expresar su potencial al 100%, conoce al equipo, ama la ciudad, a Malone le encanta, tiene espíritu ganador y un carácter abierto que le hacen llevarse bien con quien le rodea. Hacer crecer el equipo alrededor de él no parece mala idea, al fin y al cabo.

«Na na, na na na na, na na na na na na, dicen que tú vuelves.»

Dejemos a Raffaella cantar y a Gallo jugar ¡en los Nuggets!