Kevin Durant y su influencia en el mercado de apuestas

Su llegada a los Warriors ha tenido consecuencias

bellaclarkson
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Manuel Pablo Verdugo Pujol cerraba su artículo de opinión sobre las posibles consecuencias directas del caso Kevin Durant con la siguiente pregunta: “¿serán los Golden State Warriors capaces de contentar las expectativas de todo el mundo?”. Pues bien, ya hay quien tiene una respuesta –afirmativa- para esta pregunta. Son las casas de apuestas.

Los bookmakers o corredores de apuestas reaccionaron rápido –muy rápido- al anuncio del fichaje de Kevin Durant por parte de la franquicia de Oakland, e incluso antes de la formalización del contrato de dos años que se acaba de producir, las apuestas ya habían dado un vuelco histórico.

La incorporación de Durant a los Warriors ha iniciado la fase de transformación de los guerreros en súper guerreros. Las casas de apuestas no se pillan los dedos; confían en la adaptación del MVP 2014 al equipo y en que el bautizado como Big Four (Durant, Curry, Draymond, Green) va a ser imparable.

Ahora mismo el título NBA 2017 de los Warriors multiplica por menos de 2.0, una cuota muy baja teniendo en cuenta todo el tiempo que falta para las Finales de 2017 y ciertamente impensable para los dubs hace tan sólo un par de años. Cuanto menos paga la casa de apuestas por un resultado, más posibilidades creen que hay de que se produzca.

Pero lo mejor para comprender el ‘shock’ que ha provocado el fichaje de Durant en las casas de apuestas es ver la evolución de los pronósticos en los corredores americanos y su sistema money line.

Explicación rápida para quien no esté familiarizado con este sistema de apuestas: una línea de dinero negativa significa que es el resultado con más probabilidades (favorito) y una positiva es lo contrario (underdog). Si la casa de apuestas ofrece una línea de -250, significa que tenemos que arriesgar 250 para conseguir 100; mientras que si apostamos a +250, quiere decir que arriesgamos 100 para llevarnos 250.

Antes de que cayese la bomba KD en el mercado NBA, los Golden State Warriors ya eran favoritos al título pero con una línea de dinero de entre +250 y +150. En cuanto se conoció la noticia, el precio cambió a -150 e incluso a -115 en algunas casas de Estados Unidos. Arriesgar 115 para conseguir 100… hagan ustedes los cálculos, no parece que compense demasiado. Para que lo veamos con más claridad: el año pasado los Cavaliers eran favoritos al título y, aún así, pagaban a +280 porque evidentemente había otros candidatos importantes; en la temporada anterior, la del retorno de James, también lo eran con una línea de +275, aunque finalmente ganaron los Warriors que se pagaban a +2800.

Fuente: SportsInsights
Fuente: SportsInsights 

Este giro de 180 grados apenas tiene precedentes en el importante lobby de las apuestas en Estados Unidos. Sucedió algo parecido cuando el hijo pródigo de Cleveland, LeBron James, se mudó a Miami (de hecho la historia de ese movimiento guarda más similitudes con la de Durant, aunque eso lo dejamos para otro día), pero aún así no se tiene constancia de que un título NBA se pague a -150 a principio de temporada. Tan sólo los Bulls del 97/98, la que fue última temporada de Michael Jordan en Chicago, andarían cerca.

¿Ha sido entonces el fichaje de Durant un mazazo para las casas de apuestas? Sí y no. Para quien sí que ha sido un mazazo es para los Oklahoma City Thunder, que se han hundido en las apuestas. Para los bookmakers ha sido una sorpresa, puesto que en sus predicciones la opción favorita era la permanencia de Durant en Oklahoma, pero en teoría no tiene por qué irles mal (a no ser que al final ganase, por ejemplo, un equipo como Oklahoma).

Las casas de apuestas esta temporada se convierten en, digámoslo así, negocios low cost: menos margen de beneficio pero mayor volumen de facturación. Tradicionalmente hay muchas más apuestas a los favoritos que a los no favoritos. Un resultado que está “cantado” produce un efecto llamada bajo la creencia de que “ganas seguro”. Las casas siempre se llevan un margen de las apuestas pero está claro que cuantas más apuestas perdedoras haya, más ganan. En este caso, si los Warriors ganan el anillo, habrá muchas apuestas ganadoras y las casas sólo podrán llevarse el margen fijo que obtienen de cada una de ellas; la esperanza para ellos es que haya muchas más apuestas que otros años.

Además, el hecho de que haya un favorito tan favorito tiene otra lectura algo más maligna a nivel de pronósticos. Puede que no sea muy interesante en lo que se refiere al juego en sí, y en consecuencia, como apuntaba Verdugo Pujol en su artículo, a las audiencias televisivas, pero para los apostantes sí que lo es. Los que apuestan por el favorito lo tienen claro, y los que buscan ganar apostando al underdog van a tener muy buenas posibilidades a lo largo de la temporada: los dubs siempre van a ser favoritos pero no van a poder ganar siempre.

Otra pregunta: ¿está justificado ese cambio radical en las apuestas al título NBA? En términos de pronósticos deportivos, la respuesta es sí. Según los expertos, Kevin Durant, aparte de haber sido MVP y estar siete veces en el All Star, tiene un valor de entre 3.5 y 4 puntos en las apuestas. Esto se refiere a cómo un jugador afecta al hándicap de un equipo (puntos a favor o en contra que se le den a un equipo, en términos de apuestas deportivas, para hacer que el partido esté más igualado o, dicho de otra forma, apostar a de cuánto ganará un equipo). El valor de KD se calcula teniendo en cuenta los encuentros en los que ha estado con los Thunder y en los que no; la diferencia es que cuando no ha jugado, a su equipo se le ha dado una ventaja de entre 3.5-4 puntos, o si se prefiere: cuando ha jugado, a su equipo se le han descontado entre 3.5 y 4 puntos. Parece poco pero tener una influencia de 4 puntos en el hándicap de un equipo es… una barbaridad.

Se calcula que el peso de Durant con los Warriors no será igual que el que tuvo en su equipo de toda la vida (en principio se habla de entre 2 y 3 puntos). No se sabe todavía cuál será el alcance de la onda expansiva, pero lo que está claro es que la bomba ya ha hecho saltar en pedazos a uno de los cimientos del negocio NBA.