Un partido entre dos equipos que venían desde lados opuestos del juego. (Montakit Fuenlabrada ganó al Divina Seguros Joventut y Unicaja cayó derrotado por el Tecnyconta Zaragoza).
Un partido que empezó con un ritmo vivo, fuerte y con ganas de jugar al baloncesto por parte de ambos equipos.
El Fuenlabrada empezó el primer cuarto ganando el salto inicial por parte de Moussa Diagné, y saliendo todo el equipo muy concentrado sabiendo lo que tenia que hacer cada uno. El triple de David Wear puso un parcial de 5-0 en los primeros minutos y viendo el panorama, toda la grada se echo en tromba a animar, cantar y alentar a su equipo con un AMBIENTAZO en el Fernando Martin. Carlos Cabezas partió de inicio, junto con Wear, Smits, Diagné y Paunic.
Destacar el debut de Paco Cruz, que ha revolucionado el partido con un par de triples casi seguidos.
El segundo cuarto siguió con Cruz llevando al equipo, secundado por Llorca y su buen hacer en la cancha. Cabezas ha dirigido bien al equipo y Hakanson tomo la dirección del equipo imprimiendo más ritmo y alegría al juego. Mientras tanto Unicaja iba encajando las piezas y mantenía el ritmo que imponía Fuenlabrada, hasta llegar a darle la vuelta tanto al marcador como al ritmo del partido.
Después del descanso, ambos equipos han jugado un baloncesto de ritmo rápido, vivo y de esos que hacen vibrar a la grada y a los amantes del baloncesto. En este cuarto ha sido un toma y daca entre ambos, Fuenlabrada salió lanzado como en el primer cuarto, pero Unicaja le ha plantado cara y ha conseguido apretar al máximo al equipo fuenlabreño hasta que estos no han podido seguir el ritmo impuesto desde el lado malagueño.
Y ya en el cuarto cuarto ha sido un juego de claro color malagueño, a pesar de que los primeros minutos han sido una batalla en cada una de las pinturas. Pero conforme el partido ha ido gastando minutos el Unicaja ha empujado al Fuenlabrada al precipicio de la derrota y Fuenlabrada no ha sabido materializar tiros que ha priori podían haberlo metido en la lucha del partido.
Conclusión: partido intenso con batallas debajo de los aros muy bonitas, pero donde un equipo ha sabido imponer su juego y su ritmo hasta alcanzar el objetivo. Decir también la lesión de uno de los árbitros (R. Zamorano) con un rotura de fibrilar de los isquiotibiales, un empeoramiento de una antigua lesión.
