«Jurkic» vs «Stache Bros»: El futuro

Dos parejas que pueden dominar la NBA

Jurkic
Fuente: Adrián Rodríguez (CC)

Desde Turquía y Nueva Zelanda a Oklahoma. Desde Serbia y Bosnia hasta Denver. La globalización llegó hace ya unos cuantos años a la mejor liga del baloncesto del mundo, y parece que los extranjeros quieren dominar las zonas en los próximos 10 años. Hay dos parejas de interiores llamadas a ser las claves para el devenir de dos franquicias NBA. Denver Nuggets, franquicia de Colorado, está en manos de “Jurkic”, la pareja balcánica. Oklahoma City Thunder, franquicia del estado homónimo, depende de los “Stache Bros”. Nikola Jokic, Serbia, 21 años, y Jusuf Nurkic, Bosnia, 22 años, pelearán por dominar los aros del oeste contra Steven Adams, Nueva Zelanda, 23 años y Enes Kanter, Turquía, 24 años.

Después de esta introducción tan peliculera, vayamos al grano. Los dos equipos que actualmente más sigo en la NBA, por unas cuestiones u otras, son Denver Nuggets y Oklahoma City Thunder. Como he dicho, ambos tienen una pareja interior que asusta a cualquiera, y capacitada para dominar la liga en pocos años. Antes de que se vean las caras en “Regular Season”, podemos desgranar apartados de su juego en común y ver cuál de las dos es más mortífera.

EQUIPO EN EL QUE JUEGAN

Oklahoma City Thunder y Denver Nuggets parece que juegan en galaxias diferentes. Los primeros vienen de perder la mejor oportunidad de ganar el anillo en su corta historia y de dejar escapar a su mejor jugador, Kevin Durant, por lo que han tenido que reinventarse, y dejar el futuro en manos de la superestrella Russell Westbrook y los “Stache Bros”. Denver Nuggets empieza a ver la luz al final del túnel. Tras algunos años de reconstrucción, unas cuantas buenas elecciones en el Draft y la llegada del talento balcánico a la “Mile High City”, parece que un posible éxito a corto-medio plazo podría llegar a Denver.

En realidad, no distan tanto. Ambas tienen a un base muy físico al que le gusta penetrar y asistir, llamado a ser el líder del equipo, uno ya desarrollado y otro aún por ver cómo explota (Westbrook y Mudiay). Los dos equipos tienen buenos jugadores que no llegan aún al nivel de estrella, en muchos casos por su juventud, pero que son muy válidos en cualquier equipo (Oladipo, Gary Harris). Ninguno de los dos equipos tiene francotiradores puros y consolidados, solo algunos jugadores más o menos fiables desde la larga distancia, por lo que necesitan de un juego interior potente (Morrow, Murray). Ninguno de los dos equipos tiene recambios fiables para su pareja interior (Lauvergne Ilyasova en OKC, Arthur-¿Faried?), pero precisamente Ilyasova y Faried pueden partir de titulares quitando el puesto a Kanter y Nurkic respectivamente. Las posibilidades de las parejas de las que hablamos son más hipotéticas que demostrables, ya que, especialmente Jokic y Nurkic, no acostumbran a jugar juntos, aunque a mucha gente le parecería lo lógico. Esperemos que este año podamos verles en acción.

ATAQUE

La pareja balcánica se complementa en el ataque perfectamente, Nurkic es un finalizador puro y, pese a que puede llegar a tener un tiro de 4 metros fiable, prefiere machacar o intentar algún movimiento en el poste, aprovechando que ha ganado velocidad. Además, esta pretemporada le estamos viendo pelear y conseguir bastantes rebotes ofensivos. Jokic es magia pura; ha ganado fuerza para intentar ser más peligroso cerca del aro, pero sus verdaderas armas están lejos del poste. Es un gran tirador en el pick&pop, un decente tirador de 3 y, sobre todo, un pasador inigualable en ese rango de altura, lo que destroza a muchas defensas rivales.

Algo paralelo tenemos en la pareja turco-neozelandesa. Steven Adams aún tiene mucho que mejorar en ataque, aunque teniendo un pasador como Russell Westbrook para pick&roll o alley-oops, y desarrollando algunos detalles que ya se le han visto como ganchos o giros en el poste, quién sabe en qué se puede convertir. Por su parte Kanter, es más jugador de pick&pop, tiene un tiro muy fiable entre 3 y 6 metros, y más de una vez ha demostrado que puede tirar de 3, aunque no sea su fuerte. Además, su capacidad para coger rebotes ofensivos y un buen juego de pies le convierten en un peligro para cualquier interior.

DEFENSA

Esta vez empezamos por la pareja de OKC, un poco descompensada. Por su parte, Adams es el ancla de la defensa interior, y el encargado de defender a la estrella del otro equipo, muchas veces independientemente de que sea 4 o 5. Aprovecha su físico para taponar, intimidar y rebotear con solvencia. Pero no puede doblar su trabajo para cubrir los fallos de Kanter, cuya aportación en la protección del aro es nula, tirando a negativa. No suele rotar bien y permite muchos tiros abiertos, además de que los penetradores no temen llevarse un “gorro” cuando él está de guardián. Con él en pista, Adams ha de esforzarse más y no dar todo en ataque, aunque hay que reconocer que el turco rebotea mejor, por experiencia y posicionamiento en la zona.

En Denver, la falta de experiencia merma la defensa de “Jurkic”. Este año, Nurkic tiene menos kilos, y se los ha prestado a Jokic, que ha ganado fuerza. El serbio tiene fundamentos, pero esa falta de físico y de intimidación le pasan factura, sobre todo cuando juega de 5 contra bestias como Cousins o Whiteside. Veremos si le sientan bien esos kilos de más. Por su parte, Nurkic ha perdido cerca de 15kg que le sobraban. En esta pretemporada le seguimos viendo fuerte, sobre todo a la hora de coger rebotes, en lo que está destacando. Aun así, se nota que le faltan fundamentos defensivos, aunque con el físico es capaz de intimidar, rebotear y taponar con soltura.

CONCLUSIÓN

Son dos parejas con mucha calidad, llamadas a dominar la liga en los próximos años. De momento, Kanter y Adams son una pareja muy afianzada. No se sabe cuántos minutos van a jugar juntos, pero su mayor experiencia y estar acompañados de un equipo con un récord mejor que el de los Nuggets (probablemente) pueden provocar que tengan un impacto mayor que los balcánicos que, pese a tener más talento, les quedan un par de años de desarrollo para convertirse en estrellas, sobre todo en el apartado defensivo.