El Real Madrid y el UCAM Murcia se citaban en el Palacio de los Deportes en un partido que se presentaba vibrante y en ningún momento defraudó. El Real Madrid llegaba invicto con dos victorias tras haber descansado ya una jornada mientras que el UCAM Murcia había ganado dos partidos y cayó ante el Baskonia.
En el primer cuarto ya pudimos observar que iba a ser un partido rápido, con muchas canastas y con ambos equipos cogiendo un alto ritmo de anotación. En primer lugar, fue el Real Madrid, quien mediante un parcial de 9-4 en el ecuador del período habría una ventaja de seis puntos (17-11) que le iba a resultar clave para ir dominando el partido. Finalmente, el primer cuarto acabó con los blancos ganando por 22-19.
En el segundo cuarto, el Real Madrid, liderado por un gran Sergio Llull, que ya conseguía llegar a los dobles dígitos en anotación, y un Luka Doncic que seguía demostrando que no es un jugador más en el conjunto de Pablo Laso, mantenía la ventaja en el marcador. Mientras, por su parte el UCAM Murcia resistía las embestidas del conjunto merengue gracias al mago Facu Campazzo que repartía y dirigía todo el juego de su equipo.
En la segunda parte la intensidad y el acierto de ambos equipos fue a más. En primer lugar fue el Real Madrid quien golpeó primero mediante Anthony Randolph y Jonas Maciulis para abrir brecha en el marcador y colocar el más doce de ventaja. Pero poco duró el descanso a los madridistas, quienes veían que con Facu Campazzo a los mandos y Víctor Benite como ejecutor, los visitantes se acercaban a cuatro puntos al finalizar el tercer período con el marcador marcando un 68-64.
Y de nuevo, golpearon los blancos. Y vaya si lo hicieron. Siendo un bloque defensivo atrás taponando a todo aquel que intentara entrar en la zona y con Othelo Hunter destrozando el aro rival, abrían el último cuarto con un parcial de 9-0 que parecía definitivo. Pero con la vuelta de Facu Campazzo a pista el UCAM Murcia volvió a levantarse y de estar cuatro minutos sin anotar y con el marcador en 81-64, igualó el partido a 82 aprovechando diversos fallos que cometían los blancos, llegando a fallar contraataques fáciles. Pero la alegría duro poco para los de Óscar Quintana, quienes vieron como a este Madrid se le debe aguantar los 40 minutos. Y es que a falta de dos minutos, el Madrid volvió a entonarse y mató el partido para acabar ganándolo 93-86.
