Utah Jazz vence en Minnesota sin brillar

Utah Jazz 112 - 103 Minnesota Timberwolves

Gordon Hayward fue el líder de Utah Jazz una vez más - Nil Alemany (SB)
Gordon Hayward fue el líder de Utah Jazz una vez más – Nil Alemany (SB)

Los llamados mormones, Utah Jazz, visitaban anoche el Target Center, pabellón de los Minnesota Timberwolves. Lo hacían con ganas de alargar esa buena racha de dos victorias seguidas para así mejorar dentro de los puestos privilegiados de la Conferencia Oeste pese a las bajas de Derrick Favors y Alec Burks en sus filas. Por su parte, los locales llegaban también con sensaciones más o menos positivas después de vencer a Phoenix Suns y caer dignamente en Oakland contra los Warriors. Ahora regresaban a casa y debían luchar por igualar el balance como locales (3-4 antes de ese encuentro) y salir cuanto antes de un pozo en el que pocos pensaban que estarían.

La primera mitad transcurrió sin brillo y sin ritmo y solo los talentos individuales y las segundas oportunidades aportaban puntos al marcador. Eso lo aprovechó en los primeros momentos Rudy Gobert, con hasta seis rebotes ofensivos en el primer cuarto. Sin embargo, los Jazz no consiguieron marcharse gracias al buen hacer del banquillo local, principalmente de Bjelica. Ese último estirón de los Wolves dejó un 22-27 tras 12 minutos. Aun así, tampoco es que Minnesota estuviera haciendo un partido para enmarcar, con lo que pronto Utah, liderada por Gordon Hayward, recuperó el liderato y ya no lo abandonó más que en momentos concretos hasta la media parte; a la cual se fue con un 50-45 en su favor.

En el tercero siguió ese estilo anárquico que dejaba algunas grandes jugadas pero un juego poco vistoso en general. Para los Wolves era especial el cuarto por las debacles que había sufrido en otras ocasiones, pero en este caso logró aguantar el luminoso gracias a algunos buenos momentos de LaVine y Dieng; 74-69 era el resultado cuando quedaban 12 minutos por jugarse. Si en la primera mitad Bjelica había sido el revulsivo de Minnesota Timberwolves desde el banquillo, en esta segunda lo fue Muhammad con ocho puntos en el último cuarto. Pese a ello, Hayward seguía campando a sus anchas y los Jazz cada vez cogían algo más de distancia hasta sentar una decena aproximadamente. A partir de ahí supieron controlar la diferencia y mantener a los Timberwolves bajo control para asegurarse la victoria a domicilio; 112-103.

Un partido sin brillo, todo sigue igual

Los 48 minutos fueron casi en su totalidad una completa anarquía para ambos conjuntos; pero Utah Jazz supo serenarse en los momentos oportunos y coger las ventajas necesarias. Por tanto, Utah sigue ganando y Minnesota sigue perdiendo; todo sigue igual pese al partido poco vistoso.

Siempre quedará esa duda, pero Tom Thibodeau jugó los últimos 12 minutos con Tyus Jones como organizador, el tercer base del equipo. Es el tercer partido seguido que lo hace después del buen resultado que le dio en Phoenix. Sin embargo, en esta ocasión un jugador más calmado como Ricky hubiera venido bien seguramente para evitar el parcial con el que Utah Jazz aseguró la victoria; igual habría sido mejor confiar en él antes que en el tercer base, que solo había jugado dos minutos antes del último periodo. Cosas de Thibodeau.