La batuta de mando pasa a manos de Dennis Schröder

Ha aumentado su relevancia en el equipo

Dennis Schröder, el nuevo jefe de mando de Atlanta Hawks - Keith Allison (CC)
Dennis Schröder, el nuevo jefe de mando de Atlanta Hawks – Keith Allison (CC)

Dennis Schröder ha visto aumentada su importancia en los Atlanta Hawks de forma exponencial. Con la salida de Jeff Teague del equipo durante el pasado verano, el base alemán ha tenido que dar un paso al frente para convertirse en el nuevo director de juego. Este traspaso de poderes supone un aumento en el minutaje del jugador y, en consecuencia, una mayor aportación ofensiva. Además, los Hawks han tenido que adaptar su juego a Dwight Howard, la nueva estrella que fichó la franquicia en sustitución de Al Horford.

Dennis Schröder vio la salida de su compañero como lo que era, una oportunidad para labrarse un nombre en la liga e iniciar una progresión que le lleve a aumentar su incidencia en la misma. Para ello, decidió  no acompañar a su selección nacional durante las vacaciones veraniegas en las que participaba en las eliminatorias de selección para el Eurobasket 2017. De esta forma, inició la preparación para la temporada 2016-17 que, según sus declaraciones, sería «la más importante de su carrera hasta la fecha».

A la hora de analizar al jugador en este inicio de temporada, se puede empezar estableciendo una comparativa entre sus estadísticas actuales y las de sus tres años anteriores. Ha aumentado su producción anotadora en gran medida, algo completamente necesario al haber aumentado la importancia de su rol como base titular. Este progreso le ha llevado a promediar 17.6 puntos por partido frente a los 11 que promedió la pasada campaña. Como ya se ha señalado, se ha producido un aumento en el minutaje que le ha llevado a jugar diez minutos más de los que jugaba en cada partido. Si comparamos sus porcentajes de tiro también reflejarán una mejoría en lo que a efectividad se refiere. Pese a haber aumentado el número de sus tiros ha conseguido alcanzar un 46.4% en tiros de campo y un 36.3% en triples frente al 42.1% y 32.2% del año pasado.

A través del análisis del tiro de Schröder se observa que gran parte de su juego ofensivo se centra en las bandejas, que absorben prácticamente la mitad de sus tiros (49.3%). De esta forma, los tiros de tres y de dos puntos se repartirán de forma equitativa. A su vez, el jugador posee un mejor rendimiento desde la zona del codo derecho de la bombilla, donde se encuentra una de sus zonas de mayor efectividad (57.1%).

La única estadística en la que se puede ver una regresión es en su faceta reboteadora. Sus números han bajado ligeramente. No obstante, para su posición de base esta es una faceta testimonial y que realmente carece de importancia dentro del equipo. A esto hay que sumarle que la llegada de Dwight Howard ha supuesto que sea este el que absorba gran parte de los rebotes de los Hawks.

Poco a poco el base alemán se va consolidando como un base sólido, aunque no se le conoce por ser un base de corte tradicional. Es decir, es un jugador más anotador que asistente. En este aspecto del juego Dennis Schröder también ha mejorado, pero es la faceta en la que su progresión es más discreta. Tan solo consigue repartir dos asistencias por partido más que el año pasado. Estas 6.2 asistencias por partido no le sitúan ni remotamente cerca de los líderes de la liga en este apartado. Si bien es cierto que las 11.9 asistencias por partido que James Harden está alcanzando conforman unas estadísticas estratosféricas, no  estaría de más que los números de Schröder aumentaran.

La mejoría de Dennis Schröder es evidente. A pesar del progreso realizado está siendo insuficiente para el equipo, que no acaba de consolidarse a la perfección. Los Hawks son capaces de lo mejor y lo peor. Pueden ganar a los Toronto Raptors a domicilio, que son uno de los rivales más complicados de la Conferencia Este, pero en veinticuatro horas pierden en casa ante un rival directo como son los Hornets. Esta falta de regularidad asusta, ya que se asemeja a cómo estuvo el equipo durante la pasada campaña. Y ya se sabe cómo acabó eso. Por otro lado, uno de los grandes problemas en el juego del alemán reside en la desconexión que él mismo tiene en determinados partidos. De vez en cuando desaparece y se convierte en una sombra de lo que está capacitado para realizar.

Si bien es cierto que en la faceta anotadora el jugador parece estar cumpliendo las expectativas, en el aspecto colectivo hay señales que denotan ciertos problemas estructurales. Budenholzer no consigue dar con la tecla acertada para conseguir un equipo proporcionado tanto en defensa como en ataque. Mientras que al inicio de la temporada destacaban los ataques sobre las defensas, los nuevos experimentos en la rotación han llevado al equipo a aumentar su capacidad defensiva pero sacrificando al ataque en su defecto.

Actualmente, Mike Budenholzer busca a toda costa la mejoría del equipo y para ello se han iniciado una serie de rotaciones en la plantilla, con las que se busca reactivar al equipo. Una de las grandes sorpresas es la sustitución de Kyle Korver del quinteto titular. De esta forma, sería utilizado como sexto hombre para dar al equipo lo necesario en cada momento. Según las declaraciones del jugador, este está conforme con la decisión tomada por los entrenadores y se encuentra dispuesto a cualquier cosa para que se produzca una mejoría en la dinámica del equipo. Su puesto en el quinteto será ocupado por Thabo Sefolosha, un jugador de corte defensivo. Estas permutaciones del quinteto y las pequeñas lesiones han llevado a los Hawks a experimentar con el small ball. Dicho experimento no fue el adecuado y supuso un desastre para la defensa de los halcones. A pesar de las malas dinámicas y de la irregularidad del grupo se posicionan en la sexta plaza de la Conferencia Este. No obstante, es una clasificación temporal y nada asegurada, ya que, actualmente, las 15 victorias que tienen los Hawks son el mismo número que tiene Orlando Magic en la décimo segunda posición. Esto quiere decir que entre el puesto sexto y el décimo segundo hay tan solo una o dos victorias de diferencia. Un margen muy corto para afianzarse en los puestos de playoff.