Dragan Bender fue seleccionado en la posición cuatro del pasado Draft por los Phoenix Suns, siendo una elección que generaba mucha controversia al tratarse de un jugador que tampoco había disputado minutos de gran calado ni en Europa ni en la liga israelí (jugando en un Maccabi en horas bajas). Sin embargo, Ryan McDonough decidió arriesgarse con él tras el fenómeno Porzingis del año anterior, siguiendo las similitudes que les avalan: europeos, brazos largos, versatilidad, un tiro aceptable, y lo más importante de todo, un amplísimo margen de mejora. Desde el momento en el que Adam Silver pronunció su nombre en la ceremonia del Draft, se utilizó sobre todo una palabra para referirse a él: pufo. No lo es. En absoluto.
Estadísticamente no está destacando para nada -3.3 puntos, 2.2 rebotes y 0.4 asistencias en 12.8 minutos (7 partidos sin pisar el parqué)-, pero está dejando importantes detalles de lo que puede ser en un futuro. Bender se trata un 2.16, de sempiternos brazos -2.19 metros de envergadura- y el modelo de cuatro abierto del que tanto se habla en vista a lo que se comienza a denominar “baloncesto del futuro”. Estamos entrando en una era tremendamente aposicional, donde los jugadores comienzan a diferenciarse por funciones en la pista, en lugar de las posiciones tradicionales de base, escolta, alero, ala-pívot y pívot.
En el apartado ofensivo, es un jugador capaz de adaptarse a prácticamente cualquier sistema de juego de cualquier equipo.
Al ser parte de los inicios del “nuevo baloncesto”, Bender no es un interior al uso. Basa su juego en ir de fuera a dentro gracias a su agilidad –inusual para su altura-. Sin embargo, es ligeramente alérgico al contacto en la pintura (tan solo ha lanzado 8 tiros libres en lo que llevamos de temporada), quizás debido a su falta de musculatura. No obstante, las veces que ataca posteando, presenta un grandísimo juego de pies.
Continuando con las nuevas vertientes en el juego de los hombres altos, una de sus principales virtudes es su movimiento en la cancha. Es capaz perfectamente de salir dirigiendo el contraataque como un alero y distribuir el juego desde el perímetro. Si logra progresar más en esto último –todo parece indicar que lo hará-, puede erigirse como uno de los mejores pasadores de la liga buscando al hombre abierto en el triple o libre en el poste. Estos aspectos te sugieren inconscientemente pensar en Draymond Green. No en vano, su análisis pre Draft le situaba como un futurible roleplayer de élite, exactamente como el jugador de los Golden State Warriors.
Dentro de lo clasificado como nuevas corrientes del juego, vemos a un Bender capaz de jugar en tres posiciones distintas dependiendo de los jugadores con los que coincida en cancha. Ha llegado a desenvolverse de 3, 4 y 5 –pese a que estemos en los comienzos de lo aposicional-. En todas ellas ha contribuido a mejorar la circulación de balón del equipo, incluso jugando de pívot. Al ser un perfil nuevo de ala-pívot compatibiliza a la perfección con perfiles de cinco clásico como pueden ser Len y Chandler. Incluso ya se ha visto en algún momento de esta campaña un Bender-Chriss-Len compartiendo pista. Dejando de lado la progresión de Booker, de la pareja Bender-Chriss y de cómo se gestionen su caso y minutos de cara al futuro pasa una parte de las opciones de competir en Arizona las temporadas venideras.
Sigamos con el tiro. A fecha de cierre de estas líneas, está promediando un 38.6 por ciento en tiros de campo, de los cuales el 67 por ciento son triples. De esos triples, la totalidad de ellos son en situaciones catch and shoot, es decir, asistidos, manteniendo una media del 31.2 por ciento de acierto.
Pruebas del potencial de Bender. Recibe tras guillotina y arma el brazo rápidamente. pic.twitter.com/25MV77YlOd
— Alex (@_Lameiro_) 22 de enero de 2017
Sin embargo, la cualidad que más llama la atención de Bender es su confianza, pues cuando dispone de un tiro abierto, lanza a canasta sin dudarlo ni un instante. Esta capacidad de autoconfianza te da señales de lo que puede llegar a ser con más minutos –con una progresión lenta pero constante-. La confianza en su tiro exterior siempre ha estado presente, pero durante los primeros compases de Regular Season, se observaba a un Dragan Bender con desparpajo pero con un bajo nivel de acierto.
Pero también deja «joyas» como estas. pic.twitter.com/UQKYWEbitc
— Alex (@_Lameiro_) 22 de enero de 2017
Ofensivamente estaba tratando de adaptarse al nivel de la liga, y conforme sus minutos aumentaban, con ellos iba su acierto –tope de 11 puntos y 13 rebotes en un partido frente a Houston el 26/12-.
En los workouts realizados en junio y durante su etapa en Tel Aviv Bender llevaba colgada una etiqueta por encima de todo: defensa, defensa, y más defensa. Y, todo hay que decirlo, no se está quedando atrás respecto a las expectativas generadas sobre su potencial defensivo. Defiende con soltura las 5 posiciones, desde el base –a estos y a los escoltas suele hacerlo tras cambios en bloqueos- al pívot. Es un jugador versátil de la cabeza a los pies. Defiende posteos –estos todavía le cuestan, debe ganar masa muscular-, el perímetro y llega rápidamente a las ayudas. Solo por aptitudes es muy probable que se convierta en defensor de élite. Pero además de eso, hace gala de algo aún más importante si cabe: la actitud necesaria para llegar a conseguirlo.
Una de las grandes virtudes de @DBender03 es su defensa. Aquí, aguantando sin perder el tipo ante Aldridge en el partido de México. pic.twitter.com/0XOirUmh4k
— Alex (@_Lameiro_) 18 de enero de 2017
Puede ser élite en defensa. Cuando le toca ayudar, es rapidísimo. Obliga a dar el pase a un Kawhi con la canasta entre ceja y ceja. pic.twitter.com/yl1yJjCHwd
— Alex (@_Lameiro_) 22 de enero de 2017
Sí, Dragan Bender anota 3 puntos por partido, coge 2 rebotes y sus porcentajes se encuentran en el rango de ser normales tirando a bajos, pero en un rookie como él hay algo más importante que eso: las a menudo tan desagradecidas e invisibles intangibles y las sensaciones que deja cuando juega. En ambos ámbitos del juego deja un gran sabor de boca –minutos de calidad-, por lo que hay motivos para ilusionarse.
Los Suns tienen un gran núcleo joven sobre el que reconstruir, y en él se encuentra Dragan Bender. Desde la gerencia decidirán qué hacer, pero tienen varios diamante de los gordos aún por pulir, razón para mirar al horizonte con mucho optimismo.