Tras doblegar el sábado a los Pacers en casa, los Utah Jazz son quintos en el Oeste con un récord de 29-16, 11.5 partidos por delante del noveno clasificado. Es prácticamente seguro que Utah volverá a los Playoffs en 2017, pero no lo hará como mera comparsa, como sugerían las predicciones de antes de temporada. ¿Qué lugar ocupan entre los candidatos de la Conferencia Oeste?
Utah está rindiendo a un nivel casi inmejorable en lo que va de año, y a pesar de las lesiones. Sin embargo, que los Utah Jazz sean un buen equipo, no debe ser sorpresa para nadie. El bloque que se quedó a las puertas de los Playoffs el curso pasado sigue, y además tiene más experiencia y ha tenido otro verano para seguir creciendo, y la dirección de la franquicia añadió veteranos importantes en posiciones importantes. No sólo esos veteranos fichajes han aumentado el nivel de talento, también han dotado a los Jazz de una rotación larga y versátil a prueba de casi todas las lesiones. El conjunto entrenado por Quin Snyder ha superado con creces el escalón de equipos que pelean por el octavo puesto y se ha incrustado de lleno en ese bloque que aspira a dar guerra a los Warriors y Spurs, que son los principales favoritos para llegar a las Finales desde el Oeste. ¿Cuán realistas son sin embargo esas aspiraciones?
Golden State lidera la liga en rating ofensivo con 116.83 puntos por 100 posesiones, y también lidera la liga en rating defensivo, concediendo sólo 103,98 puntos por 100 posesiones. Su récord está cerca del que consiguieron en 2016 y con el que alcanzaron el mayor número de victorias de la historia en temporada regular, y prácticamente son invulnerables tras hacerse con los servicios de Kevin Durant. Encestan el 50% de sus tiros de campo y sólo los Spurs les superan en acierto exterior con un 38,7%, aunque en casi 10 intentos menos por partido. Tienen versatilidad tanto en ataque, con playmakers en cada posición y unidades con hasta cinco sólidos tiradores; y en defensa, incluso cuando juegan con Andre Iguodala por Zaza Pachulia. Durant está jugando su mejor baloncesto, sobre todo en defensa, donde es el arma total con su envergadura y movilidad. Los Warriors suelen recurrir a su «Quinteto de la Muerte» en los momentos importantes – +23.1 en rating neto -, y si antes Draymond Green lo hacía posible por su capacidad para defender a los pívots rivales, Durant aporta protección en la pintura ahora, promediando 1,7 tapones.
Pero los Jazz tal vez presentan uno de los retos más difíciles para los Warriors en la actualidad, junto con los Grizzlies. Utah Jazz tiene en su envergadura, con Rudy Gobert y Derrick Favors, un arma muy peligrosa con la que atacar la posible única debilidad de Golden State: el interior de la pintura. Sin Andrew Bogut, que marchó a Dallas para liberar espacio para firmar a Durant, Steve Kerr se las ha tenido que arreglar con Pachulia, que es un inteligente defensor pero no impone de la misma manera en el aro, David West y Javale McGee. Gobert está encestando más que nunca y de manera más eficiente, con un espectacular 67% de acierto en tiros de campo y promediando, y convirtiendo, un tiro libre más por partido que el año pasado. Que los Jazz sean capaces de aguantar un intercambio de canastas con los Warriors en una serie de los Playoffs es dudoso, pero Utah, por algo, juega casi al ritmo más lento de toda la liga, con sólo 93.29 posesiones por encuentro. Golden State por su parte juega a una revolución, o dos, más, sólo superados por los Nets con 103,13 posesiones por noche. Este año, en Salt Lake City, los Jazz le dieron un susto a los californianos, pero hace un mes cayeron de 30 puntos en Oakland.
Los Spurs son, parece, el gran tapado de todos los favoritos, y es que el año pasado se despidieron prematuramente de los Playoffs y son aburridamente – para algunos – efectivos. Sin embargo el sábado noche fueron a Cleveland y vencieron a los Cavaliers, y Kawhi Leonard ha elevado su juego a niveles estratosféricos, anotando de todas maneras pero sobre todo yendo al aro y provocando tiros libres. San Antonio produce a casi el mismo nivel que los Warriors, siendo el cuarto mejor ataque y la tercera mejor defensa, pero tienen otras virtudes. LaMarcus Aldridge, Pau Gasol y David Lee le dan otra dimensión a los de Greg Popovych. El resto de la plantilla puede ocupar cualquier rol, y tal vez, tienen el banquillo más profundo de la liga, con Patty Mills, el sempiterno Manu Ginóbili, Dewayne Dedmon, Jonathon Simmons y compañía. Muchos no creen que los Spurs están en el mismo escalafón que Cavs y Warriors, pero es indudable que sí. Mueven la pelota en ataque, novenos en porcentaje de asistencias, y prácticamente todo el mundo puede tirar. También, como Warriors, tienen muchos playmakers secundarios, que cuando reciben solos fuera de la línea de tres pueden encarar el aro y crear juego para el resto. En defensa Leonard sigue siendo el mejor en el perímetro en toda la liga, y está rodeado de otros nombres capaces como Danny Green.
Sin embargo también tienen agujeros, como demostraron los Thunder en los Playoffs el año pasado. Fuera de Leonard y Aldridge el resto de sus jugadores claves están ya en la cuesta abajo de sus carreras, y eso les puede hacer especialmente vulnerables si involucra a Tony Parker y Gasol defendiendo el pick n’ roll. De nuevo la clave es Gobert, tanto en ataque como en defensa. En lo primero porque a pesar de su altura el francés es muy ágil y con movilidad para crear muchos problemas en espacio abierto, y en la retaguardia porque con él protegiendo el aro los exteriores de Jazz pueden concentrarse en defender el triple, que los Spurs convierten por encima del 41%. Utah Jazz está en la mitad de la liga en ese aspecto, concediendo más de un 35% a los rivales. Sin embargo en los Playoffs los espacios se achican y la intensidad sube. Ambas escuadras se las arreglaron para ganar de visitantes en su duelos este año.
Detrás de los claros candidatos estarían los Clippers y Rockets, aunque ambos tienen enormes debilidades que los Jazz pueden explotar. Los Ángeles tuvo, tal vez, su mejor oportunidad el año pasado, cuando algunos les daban como favoritos a llevarse el título. Se vinieron abajo contra Houston en Playoffs en 2015 y nunca se recuperaron. Ahora arrastran multitud de problemas de lesiones, incluyendo a Chris Paul, que hace y deshace en el Staples Center. Su quinteto titular, con Luc Richard Mbah a Boute en la posición de alero, tiene un rating neto de +16.2, y el camerunés tiene un rating neto de +12.5 cuando está en pista. El banquillo, aunque mejor que en anteriores versiones de los Clippers con Mo Speights, Austin Rivers, Jamal Crawford y Raymond Felton, es un erial en defensa. Con ellos en cancha el rival no baja de 108 en rating ofensivo.
Los Jazz podrían vencer perfectamente a los Clippers en una serie de Playoffs. Su defensa se empareja, gracias a la presencia de George Hill, positivamente con el ataque angelino, y la rotación exterior es lo suficientemente amplia como para pasarse el partido entero persiguiendo a J.J. Redick. Y a pesar de contar con DeAndre Jordan y Blake Griffin su retaguardia es algo porosa en el interior. Si hay alguien que pueda tener la esperanza de contener el pick n’ roll Paul – Jordan es Gobert. Jordan está en el 96,2 percentil como roll man, segundo entre los que más juegan en la NBA, después de… Gobert. Los Jazz además son el cuarto mejor equipo limitando los rebotes del rival. A falta de demostrar su valía en los Playoffs, Utah Jazz está muy cerca del nivel de los Clippers. Incluso su true shooting % y su rating neto son iguales. Todavía tienen que enfrentarse tres veces en lo que queda de año.
En cuanto a Houston, es difícil decir, a pesar de su récord actual, a tan solo dos partidos de Spurs y cuatro por encima de Clippers y Utah, que estén al mismo nivel que Warriors y San Antonio. Los Jazz pueden ganarles, aunque para ello tengan que defender el triple, y es que los tejanos están destrozando marcas históricas de lanzamiento y a un porcentaje similar que Utah Jazz con 14 tiros más por encuentro, 36,7%. James Harden es prácticamente imposible de defender, pero una de las claves de Rockets es la cantidad de tiradores que le rodean y le dan tanto espacio. E incluso los suplentes son capaces de reventar en cualquier momento, como ocurrió con Sam Dekker en Memphis cuando suplió a Ryan Anderson. Pero Utah tiene envergadura en el perímetro con Rodney Hood, Alec Burks, Gordon Hayward, Dante Exum y Hill y también la versatilidad como para defender a Anderson, Dekker o Trevor Ariza jugando de cuatros gracias a Joe Johnson o Boris Diaw. Y, por supuesto, los Rockets conceden la tercera mayor cantidad de puntos en la pintura de toda la NBA. Clint Capela puede intentarlo, pero ni Montrezl Harrell, que es muy bueno pero pequeño, ni Nene Hilario pueden frenar consistentemente a Gobert.
Claramente los Jazz están en ese segundo escalón de equipos del Oeste que podría dar algún susto a los Spurs o Warriors en los Playoffs, y por delante de Thunder o Grizzlies. Los primeros porque dependen en demasía de Russell Westbrook y no tienen tiradores que puedan defender ni defensores que puedan tirar, y los segundos porque son demasiado inconsistentes y hay inquietud acerca de su historial de lesiones. Eso sí, si hay alguien capaz de ser factor x en los Playoffs son Memphis.
Lo que han demostrado los Jazz en la primera mitad del curso es que los refuerzos han consolidado los frutos de la temporada pasada y se ha dado un paso adelante tras reforzarse en verano. Si el año pasado se hablaba de ellos igual que se hacía de los Pelicans o los Kings, ahora se les debe equiparar con el escalafón superior y tenerles en cuenta para por lo menos las semifinales del Oeste.