OKC Thunder, luz y oscuridad a partes iguales
El equipo entra en una semana clave para ver su nivel

Todos hemos oído aquello de “salir de Málaga para meterse en Malagón”, o su variante, que es “salir de Guatemala para meterse en Guatepeor”. Precisamente eso es lo que se les viene esta semana a nuestros OKC Thunder. En los últimos ocho días, hemos jugado nada más y nada menos que cinco partidos, y no precisamente fáciles, y los resultados nos dejan con un no se qué bastante difícil de explicar, con una continua sensación de ambigüedad que no termina de desaparecer de nuestras vidas. Sin tiempo para relajarnos, nos viene encima una semana, empezando esta misma noche, que puede ser muy clave para dilucidar las verdaderas aspiraciones de este equipo, además de provocar algún que otro problema cardiovascular entre los aficionados.
Como decimos, los últimos ocho días han sido una montaña rusa de emociones y resultados. Empezó contra los campeones de la NBA, los Cleveland Cavaliers, de donde salimos bastante escaldados. Eran los primeros compases sin Enes Kanter produciendo como una máquina desde el banquillo. Aquí empezó el calvario con los porcentajes de cara al aro. Voy a proceder a enumerar ciertas estadísticas y promedios, tanto individuales como de equipo en estas tres derrotas, comparándolas con los baremos de lo que llevamos de temporada, ya que, después de los Cavaliers, vino un back-to-back contra San Antonio Spurs, una potencia del Oeste, con un increíble Kawhi Leonard, y unos Chicago Bulls que, pese a no estar en su mejor momento, disfrutaron de su mejor partido de la temporada contra nosotros. Anotamos 95 puntos (105,8) y recibimos 114 (106; los Bulls anotaron 128, su mejor marca del curso, contra nosotros). De 12 cuartos jugados, solo en uno se llegó a los 30 puntos. Aquí estuvo el principal problema de estos partidos. Sumando los tres partidos, los porcentajes de tiro son pésimos, marcando un 105-285 (36,8%) en tiros de campo, frente al 45% de promedio, y un 23-81 desde la larga distancia (28,4%), aunque no está tan lejano del 32% de promedio, el peor del Oeste. A todo esto hay que sumar que Russell Westbrook no estuvo muy inspirado, ni en el tiro, pese a anotar en sus números habituales, fallando mucho, ni en otros apartados, y solo pudo completar un insulso triple-doble, algo a lo que no nos tiene acostumbrados. Se notaron mucho las bajas de Kanter y Abrines, dos factores clave saliendo desde el banquillo. Como resumen, se puede decir algo que ya sabíamos: OKC está lejos de poder competir de tú a tú con las grandes potencias de la liga, salvo que ellos tengan un mal día u OKC una noche perfecta.
De cara al fin de semana, las tornas cambiaron. Primero, se ganó a Memphis Grizzlies, una de las mejores defensas de la liga, metiéndoles 114 puntos (reciben menos de 100 de media) gracias a la vuelta del mejor Westbrook y la inestimable ayuda desde el perímetro de dos jugadores que no acostumbran a jugar muchos minutos de manera tan eficiente, Joffrey Lauvergne y Anthony Morrow. Se volvió al 48% TC, además de dominar en el rebote de manera muy sobrada, lo cual suele ayudar contra equipos tan correosos. En el último partido de la semana se vio un gran duelo de backcourts, y los incontables fallos en canastas bajo el aro casi cuestan la victoria, pero unos buenos tramos en defensa y la combinación Westbrook-Dipo dio la victoria en casa a OKC Thunder frente a los Blazers de Lillard y McCollum. Aun así, es cierto que anotando y defendiendo triples el equipo necesita mejorar mucho, y que necesitamos con urgencia un mayor movimiento de balón que permita liberar a los tiradores o crear más huecos que aprovechar dentro de la zona.
Esta semana va a ser movida, ya que, si los ocho días anteriores nos trajeron unos regalos curiosos en forma de rivales, no nos quedamos cortos en los próximos ocho. Primero, como entrenamiento intenso, tenemos esta noche el segundo capítulo del back-to-back que comenzó ayer, y hoy visitamos a los Pacers. Ya nos ganaron hace unos meses, y vienen en racha, ya que han ganado los últimos seis partidos, aunque el récord de ambos conjuntos es parecido. Continuaremos el jueves con la visita del campeón, solo 11 días después del anterior partido que, como ya hemos dicho, perdimos con claridad. Veremos si el Chesapeake Energy Arena es un factor clave para, por lo menos, intentar pelear el partido a LeBron James, Kyrie Irving y compañía. El sábado viene uno de los momentos más especiales de la temporada, la vuelta de Kevin Durant a Oklahoma City con su nuevo equipo, el mejor de la liga hasta el momento, los Golden State Warriors. Veremos cómo recibe el estadio de OKC Thunder al que fuera su mejor jugador y buque insignia durante nueve largos años, antes de cometer lo que muchos definen como traición manifiesta, marchándose al máximo rival. Para terminar, partido interesante contra Scott Brooks y sus Washington Wizards, uno de los equipos más en forma de la NBA en la actualidad.
En esta semana tan ajetrada que empieza, veremos qué lado de OKC Thunder se mostrará a los aficionados: el lado fallón, sin fluidez, con un Donovan falto de ideas y un Westbrook desconcentrado, lo que implicaría cuatro derrotas consecutivas con casi total seguridad, ya que ninguno de los partidos es moco de pavo, o esa versión que amamos los aficionados, ese equipo que, de la mano de un Russell Westbrook en modo MVP, anotando, asistiendo y reboteando con solvencia, bien acompañado por Steven Adams y Victor Oladipo, sus dos escuderos más fieles, y la aportación desde el banquillo, sobre todo desde el exterior, puede practicar un juego bonito basado en el dominio del rebote, de la anotación interior, los puntos al contraataque, y una defensa que ponga en apuros a los mejores jugadores del mundo.
No me atrevo a pronosticar nada para ninguno de los cuatro partidos, y más con todas las raciones de cal y arena que nos da este equipo, aunque lo que está claro es que el espectáculo está asegurado.