El All-Star ya no es lo que era
El evento, celebrado el pasado fin de semana en New Orleans, me deja con el mismo sabor de boca que me dejó el anterior. Y parecido al de hace dos años, y quizás al de hace tres. Ese sabor es una mezcla entre tristeza, amargura, mezcolanza y, por qué no, cabreo.
Y eso es debido a que he visto, con el paso de los años, cómo esta concentración de estrellas se ha convertido en un circo que el mismísimo Angel Cristo te hubiera firmado. Hace ya unos 3 lustros, el All-Star me permitió conocer este deporte increíble y dejarme fascinado. Fue el de 2001, en Washington. Y fue maravilloso. O bueno, si más no, fue mil veces mejor que este último. La comparación quizás hace que ensalce más al antiguo, quién sabe.
Pero de una cosa estoy seguro, y es que el All-Star va degenerando a pasos agigantados. Y no, no es el ataque de ningún viejo romántico que añora tiempos mejores. Es una realidad. No todos estarán de acuerdo conmigo, pero sé que no estoy solo en esto. Creo que Adam Silver debería tomar cartas en el asunto y realizar algunas mejoras que recuperen el nivel, la emoción y el espectáculo que caracterizaban no hace mucho al All-Star. Aquí van mis propuestas:
Rookies vs Sophomores
Para empezar, hoy en día, el evento del viernes es el de jugadores de primer año con los del segundo, mezclados y jugando separados por nacionalidades. USA vs World. Esto se inició como una prueba hace unos años, y se ha mantenido a mi pesar.
En mi opinión, la idea original, el partido de rookies vs sophomores, era clásica, pero acertada. Era una batalla preciosa para ver qué camada era la buena. Los sophomores siempre partían con ventaja, al ser los mayores y los que contaban ya con un año de experiencia. Pero también querían ganar a toda costa. ¿A quién le gustaría perder jugando con un equipo plagado de novatos? Los rookies salían con descaro a demostrar que tenían todo un futuro por delante de la NBA y a mostrar por primera vez al mundo de lo que eran capaces.
Pero bueno, puede que este cambio sea el menos traumático de todos, aunque queda siempre ligado a esperar que año a año te salgan jugadores de fuera con una calidad digna. Sin duda, en esta era global, está sucediendo, ¿pero se mantendrá en un futuro? Quizás sí. Pero lo que es seguro es que en años venideros seguirán habiendo sophomores y rookies. Norteamericanos y extranjeros. Eso sí es un valor seguro.
Los concursos del sábado
No me referiré a los mates en este apartado, porque, a pesar de que todos añoramos a los matadores clásicos, creo que es injusto cargar tintas contra los jugadores actuales. Es muy difícil crear algo que no se haya pensado tanto en un campo tan limitado. Así que pasamos a los demás concursos…
Antiguamente se hacía un concurso de tiro entre equipos formados por un jugador de la NBA en activo, una leyenda de ese equipo retirada y una jugadora de la WNBA de la misma franquicia de la ciudad. Y era maravilloso. En ese mismo concurso, los más jovenes podían conocer a leyendas que nunca vieron jugar, así como proporcionar a los más veteranos espectadores la alegría de ver de nuevo a sus ídolos pasados (no os gustaría ver de nuevo a Iverson en un evento así, por poner un ejemplo). Luego también pusieron en el mapa la WNBA, demostrando que las féminas tienen el mismo nivel que los hombres a la hora de encestar el balón. Yo conocí a Diana Taurasi, Chyntia Cooper y Lisa Leslei en el All-Star, y luego seguí sus exitosas carreras, por mencionar un ejemplo personal. Hoy en día esto no está y lo echo de menos.
El concurso de habilidades era bueno hace unos años, pero ahora no necesitas acertar en los pases para continuar. Entonces, ¿de qué habilidades estamos hablando? Se ha convertido en el que falle más rápido, es el que más opciones tiene. No tiene mucho sentido. Sí que comparto, en cambio, ver a los jugadores altos participar en este evento. El concurso de triples es el que ha mantenido más o menos la misma estructura. El cartel siempre suele ser de los mejores del All-Star. Irving, Thompson, Curry, Harden, etc etc. En la época del triple indiscriminado y del small ball, el concurso de triples se ha vuelto un clásico. Lo que no puedo entender es por qué hay una zona de tiro (a elección del tirador) llena de balones tricolores. Eso hace que las puntuaciones se inflen con respecto a ediciones anteriores y que sea imposible poner el nivel actual en perspectiva al nivel de la época de Bird y compañía. Me parece éste un error que nunca he comprendido. Con más balones tricolores, encima, meten menos puntos. Está claro que el nivel ha descendido en el concurso pese a ser plena época del tiro exterior. No es un cambio muy grande, pero sigo pensando que el anterior era el mejor.
El partido del All-Star
Aquí viene quizás lo más doloroso y el cambio más radical que humildemente propongo. Sin duda este partido nunca ha sido un partido para tomarse en serio, pero los jugadores de hace más de una década parece que tenían más orgullo y más sensación de competitividad que estos de hoy en día. Que sí, que el All-Star es una fiesta, eso lo entiendo. Pero lo de ahora es un espectáculo denigrante que no hace falta ver, con una sucesión de alley-oops, mates, y triples sin ninguna oposición. Es un entrenamiento a puerta abierta sin más, una reunión de amigos que no se toman en serio nada. Hace años, cuando Kobe era aún un chaval, por mucho que el AS fuera una fiesta, no quería perder ni por asomo. Lo daba todo, ni que fuera disimuladamente. En el último All-Star de Jordan, con 40 años, se la jugó en el último tiro con una defensa asfixiante al hombre de Shawn Marion. Y la metió. Y el estadio se vino abajo. Hoy le hubieran dejado meter una bandeja sin oposición y sin el mismo efecto épico.
Desde que LeBron, Melo y compañia fueron los habituales, el AS ha perdido todo ápice de competitividad, y ya han llegado a un nivel en el que no me merece la pena ni siquiera grabarlo para verlo al día siguiente. Cada vez hay más puntos (el año que viene se llega a 200 fijo), Davis este año ha metido 52, batiendo todas las marcas habidas y por haber; LeBron ya es el máximo anotador en este tipo de partidos, y así como innumerables records. Normal, viendo el nivel.
Desde aquí, lo único que se me ocurre para cambiar esta nefasta dinámica es darle un enorme incentivo al partido en forma de ventaja de campo para la conferencia ganadora en el momento de la final de la NBA. Si, es una medida muy drástica, pero, ¿creéis que Curry, Thompson, Durant o Leonard querrían perder en una hipotética final el factor campo por este partido? ¿Creéis que LeBron, Irving, Thomas y cía no verían apetecible conseguir mediante un solo partido algo que difícilmente puedan conseguir en la temporada regular? La medida es muy extrema sí, y le quitaría gran parte del factor lúdico que tiene el AS, pero le daría una competitividad que nunca ha tenido, y lo convertiría, probablemente, en el mejor partido del año. Digno de ser visto y merecedor de un buen madrugón. Todas las estrellas jugando de manera seria para llevarse este partido.
Repito, esto es desde mi humilde punto de vista… ¿a vosotros os gusta el formato actual? Y si es que no, ¿cómo mejoraríais el actual All-Star?