Terry Rozier y Gerald Green: Un paso adelante
Han correspondido a la confianza de Stevens en Playoffs
A tiempos desesperados, medidas desesperadas. Esto debió pensar Brad Stevens cuando vio que, sorprendentemente, su equipo viajaba a Chicago con un 0-2 en contra y unas sensaciones nefastas. Ni los más optimistas podían pensar que los octavos clasificados de la Conferencia Este fueran a arrasar el feudo de los Celtics por partida doble, pero cosas más raras se han visto. La decepción y desilusión comenzaron a apoderarse de una franquicia que se permitió soñar con algo más, pero los Bulls interpretaron el papel de cruda realidad para arrear un bofetón de órdago; difícil de digerir tras el vuelco emocional personificado en la figura de Isaiah Thomas. Tocados sí, pero no hundidos, el momento para las lamentaciones debía ser fugaz, y afortunadamente en el tercer duelo de la serie los malos pensamientos dejaron paso a un poco de esperanza. Algo tenía que cambiar, y Stevens decidió coger al toro por los cuernos.
El técnico de los Celtics tiró de fondo de armario, y echó mano de dos intérpretes que nadie esperaba en la película, pero que si la cosa funciona, pueden triunfar como actores de reparto. Llegó el momento de Gerald Green y Terry Rozier. Sí, con una nota media discreta en el global de la temporada regular (con el plantel al completo incluso ni pisaban la cancha), ambos jugadores han sido los elegidos para dar un paso adelante que evite una catástrofe en Boston. Tras jugar tan solo uno de los dos partidos previos por cabeza sin apenas tiempo en pista, Stevens revolucionó ciertamente la rotación en el Game 3. Green ocuparía el puesto de Amir Johnson en el quinteto titular, y Rozier acabaría siendo el séptimo hombre, solo por detrás del habitual Marcus Smart. Las cartas estaban echadas.
Estaba claro que algo tenía que inventar el cuerpo técnico de los Celtics para paliar los muchos y variados problemas que habían creado los Bulls en los dos primeros partidos de la serie. Quizás, uno de los más importantes por su naturaleza descarada era y es el rebote. ¿Por qué sustituyes entonces a tu perro grande por un jugador que apenas supera los dos metros de altura y no es precisamente un pívot? Básicamente, porque el baloncesto es maravilloso. Lejos de solucionar por completo ese talón de Aquiles, Stevens decidió que era mejor explotar otros aspectos del juego para dañar a Chicago con un jugador con mucha experiencia en la liga como Green.
Su falta de miedo, su capacidad anotadora, y su veteranía debían ser un punto a favor del cuadro de Massachusetts, que cogió las tornas del encuentro desde el primer momento y no las soltó salvo el bajón de anotación en el segundo periodo. Estas bondades que pueden parecer algo abstractas, se pueden ver en algo tan simple y rutinario como un bloqueo. Conoces el juego, conoces el escenario, y aprovechas todo tu cuerpo al borde del reglamente para ayudar a la parte ofensiva y, además, mandar un mensaje. Por números no fue el más destacado, pero Green supo hacer valer su presencia.
Otro que aprovechó la oportunidad al máximo fue nada más y nada menos que Rozier. El sophomore, que ya había dejado buenas sensaciones en el duelo anterior pese a sus pocos minutos, fue una más que grata noticia para los aficionados a la franquicia del trébol. Una vez más, el jugador procedente de la Universidad de Louisville demostró estar preparado para un escenario tan imponente como los Playoffs. Ya lo hizo el año pasado ante los Hawks, y por el momento también está teniendo algo que decir ante los Bulls.
Esa cabeza que tanto hemos criticado a la hora de evaluar su juego, puede que haya ayudado a que el bueno de Terry no cayera en la depresión general de sus compañeros. Rozier no tiene miedo, le gusta el protagonismo y los focos, y eso se nota. Con unos Celtics dormidos en esta postemporada, un suplente que aporte agresividad y ganas desde el primer minuto que pone pie en cancha es importantísimo. Su buen hacer en el United Center (+19 del equipo con el base en pista) provocó que Stevens contara con él más de 20 minutos; último cuarto al completo incluido.
Casi con total seguridad, podemos afirmar que ni Gerald Green ni Terry Rozier serán los héroes de la eliminatoria; ni falta que hace. Lo que se espera de ellos está perfectamente representado en el tercer partido de la serie, y muchas de las opciones de los Celtics para dar la vuelta a una papeleta que se antojaba catastrófica, pasan por el acierto de secundarios como estos dos revulsivos. La aportación del banquillo de Boston ha sido uno de los grandes quebraderos de cabeza para Brad Stevens a lo largo de la temporada, y viendo el actual estado de forma de Marcus Smart de cara al aro, y el poco rendimiento que se está sacando de Kelly Olynyk en estos Playoffs, lo que antes podría pensarse como una presencia testimonial de los dos protagonistas de estas líneas, ahora puede ser clave. Con jugadores como Green y Rozier en cancha, solo queda decir una cosa: ¡¡Rock N’ Roll!!