El papel de Terry Rozier en los nuevos Boston Celtics

Salvo traspaso, jugará su tercera temporada en Boston

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Terry Rozier | Thornton Krell (CC)

Terry Rozier es uno más en el reducido grupo de Celtics que por ahora han sobrevivido al verano de 2017. La temporada pasada fue un éxito rotundo: primer puesto del Este en la temporada regular, Finales contra los Cavs, Isaiah Thomas en las conversaciones por el MVP, Jaylen Brown demostrando por qué vale una tercera elección… Tras un curso sobradamente convincente, y más teniendo en cuenta que en Boston existe un proyecto tan enfocado al futuro como al presente, lo lógico y lo común habría sido optar por la continuidad. En eso han estado últimamente, por ejemplo, los Raptors: terminan arriba en la temporada regular, intentan dar guerra en playoffs –que tengan éxito o no en el intento es otro tema– y en verano se preparan para reiniciar el ciclo.

Este no ha sido precisamente el caso de los Celtics. Danny Ainge ha optado por renovar el roster con la intención de mejorar ya y a la vez blindar el futuro. Jayson Tatum, Semi Ojeleye, Kadeem Allen y Jabari Bird llegaron a través del draft. Un desafortunado Avery Bradley se vio obligado a dejar su sitio a Marcus Morris. Daniel Theis, Shane Larkin y Aron Baynes se decantaron por reforzar la franquicia de Massachusetts. Y, por supuesto, Gordon Hayward dejó atrás Utah para reencontrarse con Brad Stevens.

Entre tanto revuelo, solo Isaiah Thomas, Marcus Smart, Jaylen Brown, Jae Crowder, Al Horford y Terry Rozier han conservado su plaza. Atendiendo a minutos jugados, promedios e importancia en el equipo, Rozier debería ser en principio el menos relevante. Pero, por supuesto, eso no quita que su papel y su lugar en la rotación merezcan también atención.

De momento, no podemos saber cómo va a manejar Brad Stevens el backcourt del que dispone. Suponiendo que tanto Terry Rozier como Shane Larkin siguieran formando parte de la plantilla al comienzo de la temporada, ambos saldrían desde el banquillo. Si su cadera se lo permite, Isaiah Thomas será titular con toda seguridad. Por tanto, la primera duda llegaría al elegir al acompañante de Thomas: ¿Marcus Smart o Jaylen Brown? Tanto Smart como the Little Guy pueden ejercer de armadores, por lo que dar la titularidad a Marcus serviría para no echar tanto de menos a Avery Bradley en defensa y rememorar ataques similares a los dirigidos por Isaiah y Evan Turner. Por el contrario, si Jaylen Brown fuera el elegido, Isaiah Thomas cubriría en solitario el rol de ball handler, con Brown aportando un físico privilegiado, centímetros y más recursos ofensivos.

Pero esta decisión no afectará solo al quinteto titular. Al contrario: será esencial para la configuración banquillo. Y es ahí donde entra Rozier.

Terry Rozier se ha mostrado incapaz de asumir el papel de armador. Stevens lo ha probado, le ha puesto en más de una ocasión el balón en las manos, pero Rozier se ha estrellado repetidamente contra su propia falta de creatividad y buen juicio. Si bien es cierto que por constitución y estatura no deberíamos dudar de su demarcación de base, su juego recuerda más al de un escolta alocado, guerrillero, impredecible. Una locomotora deseosa por tener vía libre para acelerar y no mirar atrás. Eso es Terry Rozier.

Por tanto, ¿tendría sentido encomendarle el papel de creador? ¿Es lógico insistir en que desnude sus defectos cuando podría estar explotando sus virtudes? Personalmente, yo no lo dudaría. Smart liderando a la segunda unidad, Rozier dando uno o dos pasos adelante. Esto significaría brindarle la titularidad a Brown y, por tanto, perder minutos de la dupla formada por Jayson y Jaylen. Me dolería, tengo que reconocerlo, pero pienso que se trata del sacrificio justo y necesario. Si todo va según lo previsto, ya habrá tiempo de sobra para ver al 0 y al 7 jugando juntos

¿Y qué pasa con Larkin?

Shane Larkin ha llegado para tapar un hueco: será el cuarto ball handler de Stevens junto a Thomas, Smart y Rozier. Introduciendo a Larkin en una rotación formada por 10 hombres y poniéndonos en el caso de que Smart fuera titular, la situación sería la siguiente:

  • Thomas – Larkin/Rozier
  • Smart – Brown
  • Hayward – Tatum
  • Crowder/Morris – Morris/Crowder
  • Horford – Baynes

Esto significaría que, si Brad Stevens decidiese utilizar dos quintetos completos, Larkin o Rozier se quedarían fuera. Ahora pongamos por caso que Stevens opta por dar la titularidad a Jaylen Brown:

  • Thomas – Smart
  • Brown – Larkin/Rozier
  • Hayward – Tatum
  • Crowder/Morris – Morris/Crowder
  • Horford – Baynes

En este caso, Smart ejercería de base armador y de líder de la segunda unidad. De nuevo, Rozier y Larkin se jugarían el último puesto de la rotación de 10 jugadores.

Obviamente, esta es una idea muy básica y alejada de la realidad. No hay motivo para pensar que serán diez los jugadores que conformen la hipotética rotación y no nueve u once; por no hablar de que en un sistema como el de Stevens no existe la rigidez entre quintetos y posiciones, sino todo lo contrario. Además, queda todavía verano para rato y, por improbable que parezca, conociendo a Danny Ainge nunca se puede descartar un nuevo traspaso. Dinamita pa’ los redactores.

Si yo fuese Stevens…

Teniendo en cuenta lo mucho que el despacho valoraró a Terry Rozier cuando hubo posibilidad de traspaso, me resultaría difícil creer que se ha desvanecido el interés por desarrollarlo. El curso pasado, Rozier jugó 74 partidos de temporada regular con un promedio de 17,1 minutos sobre el parqué. Esta temporada, me gustaría verle participando como mínimo lo mismo. Hay que entender que ahora mismo las prioridades deberían ser Jaylen Brown y Jayson Tatum; sin embargo, en el momento en el que los Celtics no puedan ofrecerles minutos a los jugadores de futuro por los que se sacrificó parte del pasado, algo estará fallando.

Respecto a Larkin, pienso que se le contrata para cubrir el hueco que Isaiah Thomas dejaría si su lesión de cadera le impidiese jugar los primeros partidos de temporada regular. Smart tomaría el puesto de base titular y Jaylen asumiría el de escolta. En este caso, tanto Larkin como Rozier tendrían asegurados minutos en la segunda unidad hasta que Thomas pudiese regresar. A partir de ahí, cada uno jugaría los minutos que mereciese y que el equipo necesitase.

Queda mucho para que comience la temporada 2017-2018. Queda mucho por aclarar, muchas incógnitas por resolver. Pero yo tengo claro algo: Rozier no debe ejercer de base.

En su última temporada en la NBA, con los Brooklyn Nets, Shane Larkin promedió 11,6 puntos y 7 asistencias por cada 36 minutos. El año pasado, 14,1 puntos y 4,9 asistencias en 28 minutos por partido en ACB y 13,1 puntos y 5,7 asistencias en 28,9 minutos por partido en Euroliga. La temporada pasada, Marcus Smart promedió 12,5 puntos y 5,5 asistencias por cada 36 minutos. Por su parte, Terry Rozier promedió el curso pasado 11,7 puntos y 3,7 asistencias por cada 36 minutos.

Mientras los registros de anotación son similares, en el apartado de las asistencias existe una diferencia notable. Es cierto que las estadísticas dicen siempre la verdad, que quienes mienten son los que les dan interpretaciones que intencionadamente llevan a la conclusión deseada. Sin embargo, en este caso, estadística y percepción subjetiva van de la mano: Rozier no debe desempeñar la función de armador, pues hay otros jugadores más capacitados que él.

La temporada pasada, Terry Rozier anotó el 36,7 % en tiros de campo y el 31,8 % en triples que lanzó. Estos números serían realmente preocupantes si Rozier fuese un mal tirador, como le ocurre, por ejemplo, a Marcus Smart. Pero la realidad es otra: el Tren debe aprender a elegir qué hacer cuando tiene el balón en las manos. No puede titubear a la hora de tirar o pasar; necesita desarrollar un sentido crítico para sobrevivir en un sistema ofensivo en el que todos los jugadores toman decisiones constantemente.

Rozier tiene ya las herramientas: buen físico, entrega, tiro decente, entorno competitivo, un entrenador que hace milagros… Sin embargo, para alcanzar el éxito, va a necesitar algo más: minutos. Ya sea como armador –Red Auerbach nos libre– o como escolta en cuerpo de base, Rozier se ha ganado una tercera oportunidad.