Estos Pacers van en serio

Los Pacers quieren estar en playoffs

Victor Oladipo - Nil Alemany(SB) Pacers
Victor Oladipo está dando vida a los Pacers – Nil Alemany(SB)

Indiana Pacers sufrió ante su propio público una dolorosa derrota frente a Boston Celtics. De esas que te dejan marcado por unos instantes y que dejan caras de incredulidad tanto entre los aficionados como entre los propios jugadores. Tras una segunda parte brutal, donde había logrado remontar una considerable diferencia ante los chicos de Brad Stevens, el conjunto del Bankers había igualado el marcador y en los últimos compases del encuentro ponerse por delante. Iban a ganar, y a Boston; al primer clasificado de la  Conferencia Este. Le habían jugado de tú a tú a uno de los mejores equipos de la liga e iban a ganar.

Pero esto es la NBA, y nunca se puede dar nada por hecho. A falta de 7 segundos, Indiana sacaba de banda; el balón llegó a manos de Bogdanovic, quien, atosigado por la presión de los jugadores de verde envió como pudo un pase alto y bombeado a Oladipo. El pase no llegó. Terry Rozier se hizo en el aire con el balón, sigilosamente, dejando escapar un lamento general por todo el estadio. Corrió veloz hacia el aro y sumó dos puntos fáciles que ponían por delante a los Celtics a falta de 1,6 segundos.

Es el propio Bogdanovic quién saca la pelota de la línea de fondo, entregándosela a Collison, quien con una mano, en el aire y cubierto completamente, lanza la pelota desde un poco más allá del medio del campo y la estrella en el hierro, rozando así el milagro. Fin del partido, los jugadores de Boston celebran la inesperada victoria y los Pacers buscan explicaciones con la mirada perdida.

Se perdió el encuentro, sí, pero los de Nate MacMillan tienen motivos de sobra para estar satisfechos, y sobre todo, orgullosos. Están compitiendo a un altísimo nivel y disputando todos los partidos con aspiraciones de victoria. Un equipo que renqueó un poco a principios de año y que sin embargo está siendo uno de los combinados revelación del curso. La mentalidad es ganadora. Nada de mediocridad o dedicarse al tanking. Estos Pacers juegan para vencer encuentros. Con todo el quinteto titular jugando de manera soberbia y la segunda unidad proporcionando minutos de calidad, la plantilla está enchufada, y el reflejo de este óptimo estado lo voy a dividir en una parte emocional y por otra en la deportiva.

Con el primer ejemplo, pongo a Lance Stephenson con icono del dulce momento que está atravesando el equipo. Está disfrutando del baloncesto de nuevo. Tras una carrera tan irregular como la suya, estos meses de regularidad en Indiana le está haciendo renacer. Está rindiendo bien, está ayudando al equipo. Se siente importante de nuevo. Y los resultados acompañan, y eso está haciendo que Sir Lancelot haya recuperado la sonrisa, y se le nota.

Hemos vuelto a ver esas asistencias imposibles, engañosas al ojo humano y que pillan incluso a sus propios compañeros por sorpresa, hemos vuelto a ver esos diabólicos movimientos de dribbling, esos retorcidos combos de cambios y juegos de manos con el balón, ese ansia por volver a destrozar los tobillos de aquellos que osan defenderle. Le hemos visto celebrar con el público sus espectaculares canastas y le hemos visto volver a deleitarnos con inusuales movimientos de baile en la pista. Sí, la mejor versión del Lance que conocíamos ha vuelto, pero eso no quiere decir que sea capaz de ofrecer menos. Ojo a su progresión a lo largo de la temporada.

Por el lado deportivo, hablemos de alguien que se está haciendo un hueco importante entre los grandes anotadores de la NBA. Ya mencionamos en anteriores ocasiones que podría ser candidato a All-Star, pero tal como están las cosas ahora mismo. Victor Oladipo debe ser All-Star. Empezó la temporada destacando de manera puntual en algunos partidos. Pero en las últimas semanas de competición ha convertido su paso por los parqués en exhibiciones de anotación. Alcanzando recientemente su máximo de puntos en su carrera (47 en la victoria ante Denver) se ha convertido en uno de los jugadores de los que se habla cada jornada, y es que no le falta de nada a Dipo en este curso 2017/2018: capacidad para encestar desde cualquier lado, unas potentísimas entradas a canasta, acompañadas de una asombrosa facilidad de machacar y posterizar a cualquier jugador, una rápida adaptación a su nueva vida y se ha ganado rápidamente a la gente de Indianápolis.

(Nos encanta verle decir «This is my city»). Pero sobre todo, ha impresionado a la NBA por el decisivo jugador que se ha convertido en el clutch time. Canastas milagrosas en los últimos minutos, rachas de anotación que han volteado encuentros y daggers que han sentenciado las esperanzas del contrario de poder llevarse el partido. El escolta está promediando actualmente 23,5 PPP y todo invita a pensar que su media seguirá en pico ascendente. Anoche contra Boston lo volvió a hacer, anotando prácticamente todos los últimos puntos para el equipo y dándole la victoria provisional, hasta el error defensivo que condenó el partido para Indiana.

Pero en definitiva, esto no debería afectar al buen rendimiento de Indiana Pacers, están jugando con categoría, y mucho antes de lo esperado. Myles Turner y Domantas Sabonis gestionan de manera muy eficiente los minutos de los que disponen, promediando Turner 14 puntos por partido y 7 rebotes por noche, mientras que Sabonis, desde el banquillo, destaca con 12 puntos por encuentro y 8 rebotes por partido. Buenos y mejorables números de los hombres altos. (Turner debe seguir progresando, quizá esté un poco por debajo de las expectativas de principio de temporada) Thaddeus Young sigue sumando en silencio con su omnipresente regularidad y Bogdanovic aportando tiro exterior, mientras que tanto Collison como Cory Joseph dirigen bien al equipo cuando está en sus manos.

Nada hace pensar que estos Pacers bajarán el ritmo, y obviamente jugar los Playoffs debe de ser la aspiración del equipo. Lo tienen todo, juventud a la vez que experiencia, carácter ganador, ganas de probarse a ellos mismos, nada que perder y mucho que demostrar. Ojo que estos tapados del Este podrán amargarle el día a más de un grande. Veremos si continúan creciendo a esta velocidad de Indycar.