Andre Roberson, el sostén del trueno

El jugador era una pieza clave en estos Thunder

Andre Roberson defendiendo a LeBron James en un partido de hace años. Fuente: Erik Drost (CC)

 

Normalmente, una muralla está constituida por infinitos cimientos de hormigón armado, cemento o derivados. Se extienden a lo largo de varios metros o kilómetros y cuanto más compactos están sus bases y pilares, más complicado es derribarla o que se venga abajo su maciza estructura.

Esta lógica bien se puede aplicar a la fisionomía de un equipo deportivo, ya sea de fútbol, baloncesto, balonmano… En este caso, lo vamos a aplicar a la franquicia americana de los Thunder de Oklahoma City, que actualmente se encuentran quintos en la Conferencia Oeste del mayor espectáculo baloncestístico del planeta, la NBA. Y es que, la pasada madrugada del sábado 27 de enero, se produjo un infortunio que bien puede suponer una gran losa para el equipo entrenado por el aguzado Billy Donovan.

En un lance de ataque del juego para los Thunder, su base estrella Russell Westbrook proyectaba desde el flanco izquierdo del flamante Little Caesars Arena de Detroit, un pase dirigido al lado opuesto. Por aquella esquina, acechaba sigiloso, como de costumbre, el escolta titular de la plantilla, Andre Roberson. Ante la inoperancia de su defensor, rebasó su marca con una puerta atrás, pero a la hora de elevarse para culminar el alley-hoop, se produjo la calamidad. Su rodilla se bamboleó como si de un joystick se tratara. El pabellón enmudeció mientras el jugador nativo de Nuevo México serpenteaba hacia línea de fondo. Las caras de sus compañeros eran un poema y todas las alarmas asaltaron al staff . El gigantón Steven Adams ejercía de guardián para animarlo mientras el equipo médico lo subía a una camilla. Mordía tenazmente la toalla, devastado por el dolor y la impotencia de imaginarse que lo peor estaba por llegar. Tras recibir la ovación del estadio, los peores presagios se confirmaban. Woj comunicaba la rotura del tendón rotuliano de su pierna izquierda. Pronóstico: paso por el quirófano y adiós a lo que resta de temporada.

Andre Roberson
Gran trabajo de Roberson, siendo el factor X. Nil Alemany (SB)

 

El varapalo, para muchos, puede no resultar de una relevancia trascendental para los objetivos a corto plazo de los Thunder. Acomodados en la quinta plaza del Oeste y con los Wolves a tan solo un partido, parece que el equipo va a más y no tendrán ningún problema en colarse en los playoffs. Pero si profundizamos, el verdadero estímulo de la franquicia es la post-temporada, donde están depositadas todas sus esperanzas. Y aquí, donde el resto de equipos se pone el mono de trabajo, una figura como la de Roberson adquiere una envergadura inmensa.

Desde que arribó en el equipo, donde disputa su quinto curso, ha sido conocido por ser un férreo defensor y clave en algunas series como las del año 2016 donde realizó una labor imperial sobre estrellas como Stephen Curry o Kawhi Leonard. Nunca ha sido un ejecutor, ya que su tiro es más que cuestionable, ni tampoco goza de la capacidad para generar desde el bote. Las virtudes más frecuentes en el baloncesto de esta década no son ni de lejos las más destacadas del joven jugador. Sus tiros libres (paupérrimo 31% este año) han sido víctimas de numerosos memes y cachondeos en todo el ambiente que envuelve la liga, llegando a realizar varios airballs consecutivos. Sus guarismos este curso (5.0 PPP, 4.7 RPP, 1.2 APP) son más propios de un jugador que promedie unos diez minutos en pista. Sin embargo, Roberson estaba rondando los 27 minutos hasta el momento de la lesión. Pero al fanático thunder todos esos datos tan ínfimos no le preocupan. El atlético escolta tiene asignada una función muy determinada por parte de Donovan: encargarse de la defensa del mejor jugador contrario. Y la cumple a la perfección, mejor que nadie. Tal es así que se ha introducido por méritos propios en el estrado de los mejores defensas exteriores de la NBA, algo nada sencillo en una competición tan ruda y física.

Sus aptitudes y habilidades en terreno defensivo, especialmente en la protección del perímetro y al hombre son elementales en el esquema de OKC, donde todo su potencial emana directa o indirectamente de su rendimiento atrás. Su capacidad para incordiar permanentemente al atacante más desequilibrante, acompañado de un desplazamiento lateral sobresaliente donde rara vez es verle cometer falta en una penetración, es una de sus mejores facultades. A su arsenal, hay que añadirle una inteligente lectura del entramado ofensivo del equipo rival y la vez un conocimiento profundo del suyo propio. Sabe interpretar las situaciones de missmatch donde el escolta/alero contrario, por ejemplo, queda emparejado con Westbrook, más pequeño y endeble en defensa. Se produce un cambio en las marcas y es el encargado de actuar como stopper gracias a su mayor tamaño y facilidad para absorber contacto. También persevera en el movimiento de manos y está muy atento a las líneas de pase, donde corta muchos balones (1.2 robos por partido) para salir fulgurante al contraataque. A pesar de su 2.01 m, es capaz de sostener a treses y cuatros mucho más corpulentos y altos que él. No se arruga ante nadie y cuando no está en cancha, el equipo se resiente notablemente.

Con él jugando, los Thunder tienen un récord de 24-15. Cuando no disputa ningún minuto, el récord es de 6-6 para los de Oklahoma City. Es 4º en el apartado de deffensive rating con 96.4 puntos encajados por cada 100 posesiones cuando él está sobre el parqué, solo superado por Kawhi Leonard, Dejounte Murray y Aron Baynes (excelentes defensores de grandes equipos defensivos). Los Thunder son 10 veces mejores por cada 100 posesiones que el rival (net rating) con el bueno de Andre en pista, la mejor marca de su equipo y a 3 puntos del segundo, Russell Westbrook.

En definitiva, en el seno de OKC existe una preocupación por ver la manera en la que se van a desenvolver los acontecimientos en estos meses venideros. De momento, la apuesta inicial de Billy Donovan está siendo confiar en el rookie Terrance Ferguson como sustituto, un jugador atlético, pero con un físico más liviano que el de Roberson. También está contando con muchos minutos el español Alex Abrines, que parece haber mejorado defensivamente y ya sabemos lo que es capaz de producir en ataque. Tras llevar asentado varias temporadas en el sistema de OKC, va a resultar extraño para el aficionado y la plantilla asimilar su prolongada ausencia. Existen variantes y hay tiempo para ponerlas en práctica hasta que los playoffs den el pistoletazo de salida. Pero probablemente lo que el equipo quizás no halle sea el mismo resultado. Ese armazón macizo plagado de matices, pero con una figura que lo impregnaba de identidad. La figura de Andre Roberson, un cimiento tan limitado como primordial para todas las aspiraciones thunder.