La venganza de DeMar DeRozan
El escolta de los Spurs firmó su primer triple-doble ante su exequipo
No era un partido cualquiera de temporada regular en el AT&T Center. Todos los aficionados tenían marcado este día en el calendario porque nadie quería perderse el regreso a casa de uno de los mayores culebrones de la temporada pasada. Kawhi Leonard decidió pedir el traspaso al no encontrar un acuerdo con San Antonio a causa de una lesión muscular que arrastraba desde mucho tiempo atrás. El All-Star quería jugar pero el equipo no se lo permitía, muchos doctores entraron en escena para buscar segundas y terceras opiniones aunque la estrella del quinto anillo de los Spurs ya había decidido que era hora de marcharse.
El intercambio fue con Toronto Raptors, que decidió despedir a una institución de la franquicia como DeMar DeRozan, el cual terminó muy afectado por la situación. El día 3 de enero fue el elegido para que los canadienses visitaran El Álamo y dos caminos se cruzasen con dos camisetas distintas. Los Raptors, por ahora favoritos para ganarlo todo en el Este y representar a su Conferencia en las Finales, no tuvieron su mejor noche ante unos Spurs que no quisieron perdonarle la vida a Leonard.
El que fuera MVP de las Finales de 2014 bajo las órdenes de Popovich, fue abucheado por todos los presentes en el estadio sin piedad alguna. Todo lo contrario sucedió con la otra moneda de cambio, Danny Green, al que recordaron con cariño y rindieron tributo a lo largo de la noche. La venganza es un plato que se sirve frío, esa es la frase que pudo perfectamente pronunciar DeMar DeRozan a Masai Ujiri, Bobby Webster y cualquiera de los presentes de la dirección de los Raptors.
El escolta firmó su primer triple-doble como profesional con 21 puntos, 14 rebotes y 11 asistencias, un partido que se tomó como asunto personal y que acabó con victoria abultada de los Spurs, 107-125. Kawhi Leonard fue neutralizado, o al menos eso se podría decir al ver que en su anterior partido batió su récord de anotación con 45 puntos. Esta vez consiguió “solo” 21 en 32 minutos de juego, una noche que seguro querrá olvidar.