Antes que nada, hay que reiterar que este forma parte de una dualidad de artículos de opinión a favor y en contra de la llegada de Kevin Durant a Miami Heat. Para leer la contraposición, porqué sí debería llegar, pincha aquí.
Nadie en este mundo puede negar que Kevin Durant es uno de los 3 o 4 mejores jugadores del planeta, indiferentemente de en qué lugar cada uno pueda colocarle su particular lista definitiva. Es por eso que, viendo el mercado que nos espera este verano a todos los aficionados de la NBA, será el agente libre más codiciado sin duda alguna, obviando que LeBron James va a renovar con Cleveland Cavaliers al 99%; pero no sucede lo mismo con la megaestrella de OKC con «sus» Thunder.
Haciendo un poco de contexto, Kevin Durant llegó a los entonces Seattle Supersonics procedente del Draft de 2007 en la segunda posición (benditos Blazers, otra vez) y jugó allí su primera temporada para luego trasladarse con el equipo a Oklahoma City, donde ha permanecido toda su carrera. Tras 9 años, su balance como equipo es el de campeón de unas Finales de Conferencia Oeste en 2012, aunque cayeron en esas Finales precisamente ante los Heat por 4-1. Por tanto, Kevin Durant quiere ganar y este año también se quedaron a las puertas tras marchar 3-1 ante los Warriors en las Finales de Conferencia y «dejarse remontar» hasta perder 4-3.
Así, sus posibilidades son muchas. Han sonado multitud de equipos y más que sonarán; unos 29 aproximadamente, excepto los Cavaliers de LeBron. Sin embargo, han destacado algunos de ellos: renovar con los mismos Oklahoma City Thunder, fichar por los Washington Wizards (ciudad natal); marcharse a los Boston Celtics (donde sería la estrella indudable del equipo) o, finalmente, fichar por Miami Heat (donde formaría un nuevo Big Three en sustitución de «The King» junto a Wade y Bosh).
Desde la redacción de Miami White Fire tenemos dos puntos de vista. Estar a favor es muy fácil, su calidad es innegable, aunque no todo son puntos a favor y en este artículo intentaremos desengranar porqué no debería (ni va a) llegar a los Heat de Pat Riley. En primer lugar, lo he comentado apenas un par de líneas más arriba, formar otro «Big Three» no siempre tiene porqué ser bueno. Dwyane Wade y Chris Bosh superan ya la treintena y van más hacia abajo que hacia arriba, con lo que sería un Big Three descafeinado y podría crear mucha expectación que no cumpliría con lo prometido. Además, todos sabemos de la terrible lesión que arrastra Chris Bosh en los últimos 2 años, por lo que tampoco te asegura que sea un Big Three per se. Otro punto que puede no parecer importante, pero que los verdaderos aficionados a los de South Beach me entenderán, es que un Big Three de esta categoría atrae muchos (demasiados) fanboys que no sienten de verdad los colores y que luego se irán a vitorear a otro equipo siguiendo a su jugador favorito allá donde vaya. No apetece, simplemente. No solo por los «aficionados» sino por el odio que genera entre el resto de aficionados que no son fans del equipo en concreto. Sí, exacto, tal como sucedió con el Big Three de LeBron. Molaba mucho ser aficionado de los de Florida en esa época por los resultados y el juego del equipo, pero personalmente (y considero que en estos puedo hablar en nombre de bastantes aficionados al equipo) se me llamó chaquetero, fanboy de LeBron, que iba con quien ganaba… Les costó entender que yo ya era de los Heat antes de todo esto y no me gustaría que volviera a pasar. Durant no tiene el alcance de LeBron – por lo menos en España -, quizás, pero igualmente sucedería.
Centrándonos en el tema económico, este verano empieza la espectacular subida del margen salarial debido al nuevo contrato televisivo que ha firmado la NBA, con lo que la gran mayoría de las franquicias tendrán espacio disponible para como mínimo intentar tentar a Durantula. Los de Florida no van a ser diferentes en eso, tienen margen salarial de sobra ya que así lo ha querido Pat Riley; solo hay que ver que 5 jugadores tienen contrato para la próxima temporada, hay que formar equipo desde cero prácticamente. Por tanto, están en disposición de ofrecer el máximo a Durant sin problemas, pero puede que sí tengan problemas si quieren también renovar a otras piezas clave de la franquicia. Los dos nombres más importantes, aunque no los únicos, son los de Hassan Whiteside y Dwyane Wade. Por lo menos el segundo debe ser obligado por lo que representa para el equipo, y aunque ya se ha bajado el sueldo con anterioridad para favorecer el proyecto, es legítimo que pida una gran cifra cuando vaya a firmar. Whiteside no cabe duda, va a buscar el contrato de su vida y muchos van a ofrecerle el máximo; Miami puede ofrecerle más que el resto, pero falta que quieran y que él quiera quedarse. Además, existe ya el contrato de Goran Dragić por el máximo, por lo que serían 4 grandes contratos y muy pocos más asegurados para el proyecto más allá de los rookies. Habría que rellenar el equipo con contratos por el mínimo; arriesgado.
Por último, un punto de realismo. Las probabilidades de que Kevin Durant llegue a Florida son bastante limitadas. De hecho él mismo lo comentó en la rueda de prensa posterior al Game 7 que les eliminó de estos PlayOffs contra los Warriors. Cuando le preguntaron sobre qué haría en referencia al mercado:
«Lo valoraré en las próximas dos semanas, si es que hay algo que valorar«.
Muy imprecisas sobre su futuro, pero es evidente que lo tiene bastante claro y los Heat no se han sentado aún a hablar con él, por lo que no son la primera opción que se nos pasa por la cabeza. Por tanto, hay que ser realistas y no centrar todo el mercado en esa posibilidad, ya que se pueden escapar otras muy buenas opciones de mercado y acabar con un equipo mediocre por no haber sabido moverse durante el verano. Está claro que eso a Pat Riley no le sucederá, se mueve como pez en el agua en los veranos, pero es bueno que el aficionado sepa que no todo es KD, hay esperanza más allá de él y se puede formar un gran equipo a medio y largo plazo sin esa megaestrella.
Este es un verano clave para el futuro de Miami Heat, pero no todo es Kevin Durant. Pat Riley, haz tu magia.