Los planes de futuro de Sam Hinkie

La reconstrucción de los Sixers

El continuo debate sobre si el General Manager de los Sixers, Sam Hinkie, tomó la decisión correcta de empezar a construir desde cero el equipo, es una tarea discutible y criticable. La única pregunta ahora es cómo de impacientes van a ser los aficionados, esperando a ver si los frutos del trabajo que Hinkie está llevando a cabo se verán reflejados en un campeonato de la NBA.

El nivel medio para la reconstrucción de un equipo campeón es un proceso que dura de unas cuatro a cinco temporadas. En este caso, vamos a hacer la suposición de que todo lo que Hinkie ha llevado a cabo en sus dos primeras temporadas funciona a la perfección.

Con eso nos referimos a que contar con el novato del año, Michael Carter-Williams, solo ha sido el punto de partida de una trayectoria ascendente durante 2013, y también que el hombre grande, Nerlens Noel, llegará a valer el precio que significó el cambio en la noche del Draft de 2013 por el base All-Star Jrue Holiday. Además, supongamos que el pivot novato de Kansas, Joel Embiid, la tercera selección global del pasado Draft, se recuperará bien de su lesión en el pie y la próxima temporada comienza a desempeñar el alto potencial que se espera de él. Y, a continuación, tenemos la suposición adicional de que Dario Saric, otra elección en el Draft de los Sixers, valía la pena antes que elegir a otro jugador que pudiese jugar con los Sixers esta nueva temporada, ya que Saric se quedará 2 años más en Europa.

¿Estarán los Sixers de 3 a 5 años en reconstrucción? ¿Estamos hablando de ser un campeón o simplemente un aceptable candidato al campeonato?

Durante las últimas tres décadas, Joe Dumars (Pistons), Dennis Rodman (Pistons) y Scottie Pippen (Bulls) fueron los únicos jugadores que están en el Salón de la Fama que ganaron títulos de la NBA en los primeros 5 años con la franquicia con la que empezaron a jugar. También están camino del Salón de la Fama, Kobe Bryant (Lakers), Tim Duncan (Spurs), Tony Parker (Spurs) y Dwyane Wade (Heat).

Incluso los propios Sixers sugieren que están tratando que los resultados de tales maniobras de reconstrucción en la franquicia se vean reflejados en la temporada 2017-18 con la consecución del título. Esa sería la quinta temporada de Hinkie, pero no sabemos si los aficionados aguantarán tanta derrota antes de llevarse la primera alegría.

Dumars, en 1985, se unió a un equipo que ya tenía Isaiah Thomas como su líder establecido y piezas clave como Bill Laimbeer y Vinnie Johnson. Rodman, además, entró en la segunda ronda en 1986 para acabar de apuntalar el proyecto. Dumars fue MVP de las Finales de 1989, pero ni él ni Rodman fueron siempre los jugadores clave en los dos equipos campeones de los Pistons.

Lo mismo puede decirse de Pippen, quien fue seleccionado por Seattle en 1987, pero inmediatamente traspasado a Chicago. Pippen consiguió el primero de sus seis anillos en su cuarta temporada como alero para el equipo liderado por Michael Jordan.

Kobe Bryant, por su parte, fue adquirido por los Lakers en un trade con Charlotte durante la noche del Draft de 1996. Sin embargo, los Lakers se estaban construyendo en torno a la adquisición del agente libre de aquel momento, Shaquille O’Neal. Bryant ayudó a los Lakers al primero, en el 2000, de sus tres títulos consecutivos, pero O’Neal fue el MVP de esas tres Finales.

Duncan se unió al equipo de los Spurs en en 1997, que ya contaba con el pívot y actual miembro del Salón de la Fama, David Robinson. San Antonio se había quedado casi una década con Robinson en el equipo y sin conseguir el campeonato, pero la llegada de Duncan reforzó a San Antonio y ya en su segunda temporada fue el MVP de las Finales de 1999. Parker tuvo un papel importante, en su segunda temporada, cuando los Spurs ganaron su siguiente título, pero aún así fue Duncan el MVP y cabeza visible de esa franquicia.

Wade ya fue el MVP de las Finales de 2006 en apenas su tercera temporada, pero también tenía a una superestrella como O’Neal al lado suyo, algo impagable para conseguir el anillo.

Nada de esto quiere decir que el ambicioso plan de Hinkie no pueda asegurar a los fans de 76ers un campeonato en los futuros 5 años, ya que en algún momento el talento joven va a sobrepasar al de los veteranos agentes libres o jugadores conseguidos a partir de intercambios. Sin embargo, hay un par de razones de peso para marcar una cuenta atrás para la temporada 2017-18. Ahora mismo, en virtud de sus contratos vigentes, la 2017/2018 es la última temporada antes de que Carter-Williams y Nerlens Noel sean agentes libres sin restricciones. Si los dos jugadores se convierten en las superestrellas que los fans esperan, pero la franquicia no está al nivel de luchar por el campeonato, Philadelphia podría terminar como Cleveland hizo cuando LeBron James puso su talento a disposición de otro entrenador, otros aficionados y otros compañeros para hacerse con el título de la NBA.

La historia dice que 5 años pueden no ser suficientes para que un jugador pase por el camino de novato a campeón siguiendo en su franquicia original. El problema de Hinkie es que él no tiene más que esos 5 años.