El día que Kobe pudo no ser de Lakers

Un suceso que pudo cambiar la NBA

Kobe Bryant ha vestido la camiseta de Los Ángeles Lakers durante 19 temporadas, 20 con la próxima, y convirtiéndose en el jugador que más tiempo ha vestido la camiseta de un mismo equipo en toda la historia de la NBA. Desde su llegada a la franquicia angelina, el Staples Center ha podido sumar 5 nuevas banderolas de campeón. La larga relación entre jugador y equipo tiene un comienzo conocido. Kobe Bryant aterrizaba en Los Ángeles tras ser drafteado por los Hornets en el draft del año 1996 y traspasado inmediatamente por Vlade Divac, el pívot que había ocupado el puesto titular del retirado Kareem Abdul-Jabbar.

Ese fue el acuerdo que los Lakers y los Hornets habian alcanzado en la noche del Draft, siempre que Kobe Bryant cayera al puesto nº 13. Así fue. «La Mamba Negra» estaba destinado a ser un Laker y Divac, un Hornet.

Pero Vlade Divac no estaba contento. Dos días después del draft, saltaba la noticia: su agente Marc Fleisher aseguró rotundamente al «OC Register» que el pívot “no tiene ninguna intención de irse a Charlotte, o a ningún sitio. Se retirará”.

La retirada podría no ser completa (volver a Europa, donde su estatus era de superestrella, era una opción), pero para los Lakers era un mazazo. Suponía quedarse sin moneda de cambio para adquirir a un Kobe Bryant que, además, tampoco veía quedarse en Charlotte con muy buenos ojos. Para los Hornets, entonces luchando por alcanzar la cima del Este, la perspectiva de perder a un pívot consagrado como Divac por un adolescente con demasiado potencial que demostrar no era mucho mejor.

Y es que Divac tenía un motivo muy personal para no moverse de LA. Su mujer, Ana, intentaba hacerse camino en la industria del cine como actriz. La tozudez de la pareja podía llevar al fracaso la operación que tenía que llevar a Kobe Bryant a los Lakers.

La presión del entonces GM de Hornets, Bob Bass, y del legendario ex-Celtic Dave Cowens (entrenador) fue tremenda. Divac era una pieza clave para un proyecto que aspiraba a destronar a Bulls y a Knicks de la cima del Este. Charlotte venía de ganar 54 partidos la temporada anterior, pero no era suficiente.

Claro que había otro factor… y es que Ana Divac no era precisamente la nueva Greta Garbo. Su papel más relevante fue el de “Party Girl” (sin nombre propio), en aquella película en la que Whoopi Goldberg se convertía en la improbable entrenadora de los Knicks, Eddie. Quizás con la perspectiva de una carrera como actriz de su esposa bastante menos exitosa que la propia como jugador, Divac aceptaba por fin el 1 de julio su pase a Charlotte, que acabaría siendo oficial 10 días después.

Kobe Bryant era, por fin, un Laker. Pero el efecto dominó de la salida de Divac tendría otra consecuencia enorme, gigante. Liberando su espacio salarial, Jerry West y Mitch Kupchak (presidente y GM de la franquicia) podían ir de lleno a por el pez gordo del mercado: Shaquille O’Neal. Lo lograron. El resto es historia.

Así nacía el proyecto deportivo con permiso de San Antonio más exitoso de los últimos 20 años en la NBA. Pero, quién sabe, si Ana Divac (aún casada con Vlade) hubiera tenido talento real para la actuación, quizás Kobe Bryant nunca hubiera sido un Laker. Hubiéramos tenido una actriz más de éxito en el cine y una NBA totalmente diferente a la que conocemos ahora en las canchas.