La defensa de Olympiacos en el cuarto definitivo fue crucial para que los locales se anotaran un partido que podría haber ganado cualquiera. Como suelen decir los más puristas, los pequeños detalles del partido marcaron la diferencia final, y los helenos supieron aprovechar algunos errores puntuales de los catalanes para cuajar buenos parciales, que acabarían por decidir el encuentro.
El Barcelona venía preparado para afrontar el encuentro en feudo griego. Estaban dispuestos a aceptar el reto defensivo que los de Sferopoulos habían planteado en el segundo partido. ¿Cómo lo hicieron? Con Navarro como principal creador del juego ofensivo del equipo. Cuando el capitán estaba en pista, aprovechaba los constantes bloqueos de los interiores desde la prolongación de la personal, buscando el tiro tras bote como primera opción, y si esa opción no era viable, generaba una ventaja desde la penetración que obligaba a Olympiakos a cerrar el campo y generar espacios exteriores para los azulgrana.
La lectura del juego y la calidad del internacional español, dio al Barcelona lo que necesitaba: un juego bien espaciado y un gran movimiento de balón, que generaba tiros claros para los de Pascual. La defensa local no podía reaccionar al gran repertorio de acciones ofensivas desplegado por parte del Barcelona en los primeros minutos de partido. Pero su principal problema fue la ejecución. Dispusieron de un gran nombre de tiros claros pero anotaron una pequeña parte de ellos. Muchas canastas fáciles en el primer periodo desde posiciones interiores generados en parte por defensas más permisivas que en otros trances de la eliminatoria, dejaban un amplio marcador concluidos los diez primeros minutos de juego (26-23).
El Barcelona defendía los pick&rolls con dos contra uno a Spanoulis. Tomic y Pleiss hacían la cobertura al base intentando relentizar el ataque de los griegos y sacar del partido al veterano jugador local. También buscaban crear ciertas lagunas ofensivas a un Olympiacos que se caracteriza más por defender que por atacar, pero no pudieron.
Fue un partido de intercambio constante de parciales buenos en un lado y sequía anotadora en el otro. Un parcial de 8-0 antes del descanso motivado por un triple de Printezis mandaba el partido a vestuarios con ocho arriba para los griegos (44-36)
A pesar de la concentración de la defensa hacia su figura, Spanoulis cuajó un enorme encuentro. En el primer cuarto, creó para sus compañeros de una forma excepcional. El Barcelona volvió a arriesgar con tiros exteriores de sus hombres altos y se equivocó. En el segundo cuarto volvieron a aparecer los fantasmas defensivos del cuadro barcelonés y los rojos se aprovecharon de ello. La defensa de Doellman fue muy pobre ante un equipo que vive de los contactos.
Aunque Olympiacos comandaba el marcador al inicio del último asalto (59-58) , estaba claro que los de Pascual habían tenido opciones de ataque mucho mejores que los griegos, y con solo mejorar un poco su acierto, se llevarían el encuentro. Los locales sorprendieron con un rotundo cambio de defensa. Sferopoulos propuso una defensa muy arriesgada para frenar el divino movimiento de balón de los visitantes: cambiando a todos los bloqueos, con cinco jugadores bloqueando los rebotes defensivos y reduciendo los miss matches (desajustes en defensa). El Barcelona no estaba preparado para recibir tal defensa y no supo sacar provecho de los pocos desajustes que generaba la intensidad defensiva de los griegos. Olympiacos completaba su trabajo defensivo anotando fácil al contraataque, mientras que el Barça solo sumaba desde la personal. El equipo visitante sumó solo 11 puntos en todo el cuarto, motivados en parte por la gran defensa de los helenos, y aunque tuvieron opciones de ganar hasta los últimos instantes, Olympiacos buscó con más ansias la victoria. (73-71)
Olympiacos arriesgó y ganó. La realidad nos demuestra que necesitaban arriesgar porqué el Barça estaba controlando el ritmo del partido y de no haberlo hecho, habrían cuajado un buen parcial para poner el 2-1 a su favor. Los catalanes perdieron porqué no estuvieron acertados. Doellman falló demasiado y un Oleson ya recuperado también. 5/21 en total desde el perímetro.
El próximo jueves, de nuevo en el Pireo, el Barcelona jugará su primer match ball de la eliminatoria. Si ganasen los locales, se llevarían un billete para la Final Four de Madrid. De no hacerlo, el Barça recuperaría la ventaja de campo para disputar el último y definitivo partido en el Palau con todo por decidir.
73. Olympiacos (26+18+15+14): Dunston (8), Spanoulis (15), Printezis (19), Mantzaris (5), Darden (2) -equipo inicial-, Petway (6), Hunter (6), Papapetrou (-), Sloukas (2), Agravanis (3), Lafayette (2) y Lojeski (5).
71. Barcelona (23+13+24+11): Satoransky (12), Navarro (14), Thomas (2), Lampe (10), Tomic (8) -equipo inicial-, Doellman (10), Hezonja (2), Huertas (-), Abrines (4), Pleiss (4) y Oleson (5).
Árbitros: Ilija Belosevic (SRB), Fernando Rocha (POR) y Milija Vodjinovic (SRB).
