Los Warriors, a por los Bulls de Michael Jordan

Podría superar el inicio de 12-0 que consiguió Chicago

wikimedia.org (CC)
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Golden State Warriors es el actual campeón de la NBA. Y, viendo el presente, no cabe duda de que tienen unas ganas enormes de revalidar el título. De momento, su récord es de 10 victorias y 0 derrotas. El mejor inicio de la historia lo ostentan dos equipos: Washington Capitals en el año 1948, y Houston Rockets de Olajuwon en la temporada de 1994 (donde se proclamaron campeones), con una marca de 15 victorias y ninguna derrota. El equipo de la bahía parece estar rozando dicha meta. Pero, no es eso lo que realmente asusta. Es que, enfrente del espejo, se comienza a ver a los Bulls de la temporada 95/96.

 

Ese año fue histórico por varios motivos. Entre ellos, se podría hablar del regreso de Magic Johnson como jugador a Los Angeles Lakers tras detectarse que sufría sida. O cuando Hakeem Olajuwon superó a Abdul-Jabbar como máximo taponados de la historia. Pero todo eso queda empequeñecido cuando se habla del campeón y de cómo consiguió esta insignia.

Chicago Bulls hizo sangre. Acabaron con el mejor récord de la historia de la NBA, nunca igualado o superado: 72 victorias y 10 derrotas. Si le añadimos los Playoffs, el balance se eleva hasta las 87 victorias y las 13 derrotas. Sólo tres derrotas en Playoffs, y dos de ellas en las Finales. Una auténtica locura.

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Basket Streaming (CC).

Su estrella se bañó en oro. Michael Jordan logró una temporada de sueño. Logró su cuarto anillo al igual que su cuarto MVP. Aún duele recordarle llorando en el suelo con el título en los brazos, dedicándolo a su padre, que había fallecido. Además, logró su cuarto MVP de las Finales y el título a máximo anotador de la temporada con 30.4 puntos por partido.

 

Pippen y Rodman también culminaron una temporada de 10. El primero entró en el Mejor Quinteto de la NBA y acompañó siempre a Michael Jordan en su escala a la cima del éxito. El segundo acabó con el galardón de Máximo Reboteador de la Temporada, con 14.9 capturas por encuentro. Para rematar, Toni Kukoc, en su papel de revulsivo, se hizo con el título de Mejor Sexto Hombre de la Liga.

Pero… ¿qué nos hace recordar, de repente, a estos Chicago Bulls de récord?. Como ya se ha dicho más arriba, el nivel que está dando Golden State y sus resultados en equipo dan para pensar que es posible igualar el récord del legendario equipo dominante en la década de los 90.

Y es que, viendo los datos, estamos autorizados a soñar. Golden State acaba los partidos con una media de 113 puntos por partido, y encaja 96. Una diferencia de 17 puntos a favor. Segundo equipo en puntos por partido (113), quinto en rebotes (47.1), primero en asistencias (28.8), tercero en robos (9.7), tercero en porcentaje de tiros de campo (47.3%), segundo en tiros de tres (40%) y primero en eficiencia defensiva. Para más inri, son el sexto equipo que menos puntos encaja, con los 96 ya citados. De miedo.

Si recordamos a los históricos Bulls, no parece muy lejana la proeza. 105 puntos se llevaban los rivales por parte del equipo de Phil Jackson por noche de media, mientras que recibían 93. 12 puntos de diferencia. Parecer ser que Golden State Warriors tiene mejor marcador que los Bulls en este aspecto. Pero no sólo se queda ahí la cosa.

El porcentaje de acierto en tiros de campo es similar. Chicago acabó con un 47.8%, y en triples, un 40%. ¿A qué se parecen?. 44.6 rebotes por partido, 24.8 asistencias, 9.1 robos… Algunos de los números, como podemos ver, son peores que los que están actualmente cuajando el equipo campeón. Únicamente se le puede achacar a Golden State que tiene menos cuidado del balón (15.7 pérdidas por encuentro) que el equipo de la Ciudad del Viento (14.3).

Además, Steve Kerr ha “mamado” directamente del sistema de Phil, por lo que las probabilidades de éxito son bastante altas. El esquema del equipo es algo diferente. En vez de basarse en un exterior como estrella (Jordan, Kobe), Kerr prefiere darle todo el protagonismo a su base, Stephen Curry. Y que, por cierto, está respondiendo con creces al reto. Phil se basaba en un juego interior “sólido”, en el sentido de que aportase seguridad en defensa y presencia en ataque. Kerr no busca eso: recurre al “small-ball” para abrir huecos y masacrar desde fuera. Algo hay de similar, y es el acompañante de la estrella. El perfil de Pippen es algo similar a Klay Thompson: un exterior polivalente y capaz de defender a cualquiera que se ponga delante.

Las estadísticas de Golden State son similares a las de Bulls, pero hay algo muy importante. Solo llevamos 9 partidos de temporada. Chicago logró esos números en más de 80 partidos. Por ello, hay que soñar. Hay que pensar que estamos ante una temporada histórica. Hay que creer en estos Warriors.