David Lee comienza a dar señales de vida

Ha tenido buenos minutos en la última semana

Sergio Hernández (CC).
Sergio Hernández (CC).

Boston respira tranquilo después de aproximadamente un mes de inquietud. Ya pueden comenzar a arrancar los carteles de ‘desaparecido’ con la cara de David Lee de los postes y farolas de la ciudad, porque da la sensación que el ’42’ ha decidido mostrarse. Después de su pequeña lesión en el partido ante los Sacramento Kings en México, Lee parece que empieza a dar con la tecla en ataque, aunque todavía está lejos del nivel que se espera de un jugador de su potencial.

En los tres últimos encuentros, el ex de los Warriors ha conseguido alcanzar dobles cifras de anotación. 12 puntos en la victoria en casa ante los Chicago Bulls, y 10 ante sus antiguos compañeros de Golden State y en el triunfo en casa de los Charlotte Hornets. Más allá de sus estadísticas en ataque, lo que ha hecho que nos volvamos a acordar del bueno de Lee han sido sus buenos momentos en cada uno de esos tres partidos, dando un importante empujón al equipo desde el banquillo.

David Lee es como el Guadiana, aparece y desaparece, pero cuando sale a la superficie se hace notar. Ante los Bulls, con una igualdad máxima en el marcador, el ala-pívot se echó a los Celtics a la espalda y fue el principal artífice de un buen parcial al inicio del último cuarto que sería clave para la consecución del triunfo final. En la derrota de Boston ante los Golden State Warriors en dos prórrogas, Lee tuvo también su minuto de protagonismo ante sus ex, aunque fue Kelly Olynyk el que acabaría siendo la principal figura para los de Brad Stevens en un partidazo que merece revisarse una y otra vez.

Todos teníamos muchas ganas de ver a David Lee tras ser una de las incorporaciones más destacadas de los Celtics en este verano. Con un título de la NBA bajo el brazo, el veterano ala-pívot era a priori un titular indiscutible y una de las armas más peligrosas en ataque. Tras un cuarto de liga regular, tenemos que reconocer que su rendimiento no es el que esperábamos, pero las sensaciones empiezan a ser mejores para el que, por calidad y veteranía, tendría que ser uno de los líderes del equipo, como él mismo reconoció en su visita a Madrid con los Celtics.

7.2 puntos y 4.1 rebotes por partido son sus pobres estadísticas por el momento para un jugador que promedia el doble en su carrera (14.5 puntos y 9.3 rebotes). Hay que recordar que David Lee ha sido dos veces All-Star; en 2010 cuando militaba en los New York Knicks, y en 2013 ya con los Golden State Warriors. No hace tanto de esa última temporada en la que el ala-pívot era el gran socio de un Stephen Curry que empezaba a despuntar en Oakland. En estos momentos, jugadores como Jared Sullinger, Amir Johnson o Kelly Olynyk (y cuidado con Jordan Mickey que ya viene avisando) le han comido la tostada en la rotación de Stevens, y Lee se mueve entorno a los 20 minutos por partido.

Cierto es que le está costando acostumbrarse al sistema de juego de estos Celtics; algo que se notó sobre todo en las primeras fechas en las que el ’42’ se movía, tanto en defensa como en ataque, sin saber muy bien lo que hacía. Ahora, con varios meses de trabajo con Brad Stevens, parece que Lee empieza a entender cómo quiere el técnico que juegue Boston, y aunque su presencia en cancha ha disminuido, se ve otro tipo de movimientos. En el 100% recomendable «Podcast El despacho de Auerbach» (ahí va un poquito de publicidad), ya hemos hablado en numerosas ocasiones de las virtudes y defectos de Lee, y uno de los aspectos que siempre sale a la palestra, son sus ramalazos de Magic Johnson. En algunas ocasiones, el jugador de los Celtics intenta unos pases de fantasía; demasiado arriesgados para alguien que precisamente no es conocido por sus asistencias, y en el 99.9% de las ocasiones, sus envíos acaban convirtiéndose en pérdidas de balón, que es precisamente uno de los problemas a tratar por los Celtics.

David Lee no está adaptando su juego solo por el sistema, ya que también lo está haciendo por el inevitable paso del tiempo. Con 32 años, obviamente ya no es el mismo jugador que comenzó a deslumbrar en la Gran Manzana con los Knicks. El ala-pívot, en mi opinión, está abusando en demasía del juego al poste bajo en esta temporada, por lo que está dejando de lado su tiro a media distancia que siempre ha sido más que aceptable. La gran mayoría de los puntos de Lee llegan debajo de la canasta, y muy pocos son por medio de tiros en suspensión.

La temporada es muy larga, y todos sabemos que en la NBA todo puede dar un vuelco en cuestión de muy poco tiempo. Lesiones, traspasos o incluso cambios de parecer por parte de Stevens pueden afectar a la aportación de Lee en los Celtics, aunque si hablamos del quinteto titular, el técnico parece haber encontrado a sus cinco elegidos a la espera de la recuperación de Marcus Smart. El mismo Lee puede llegar a ser uno de esos jugadores que Danny Ainge puede ofrecer en la caza de una gran estrella para la franquicia, algo que no sería de extrañar dado el cartel del jugador. No tenemos una bola de cristal ni contacto directo con el General Manager de los Celtics, así que, por el momento, no tenemos motivos para no pensar en que Lee acabará el año de verde.

Ha sido solo una semana de actuaciones decentes por parte del ala-pívot, y por qué no empezar a sentir algo de optimismo por lo que pueda hacer en estos sorprendentes Celtics que marchan con paso firme en una sorprendente Conferencia Este. Esperemos que ‘El Despertar de la Fuerza’ (guiño, guiño) de David Lee no sea un mero momento de inspiración, y que el veterano no vuelva a esconderse en su cueva sin pena ni gloria viendo pasar la temporada. Boston necesita al mejor Lee para asentarse entre los mejores, y Lee necesita a los Celtics para confirmar que sigue en la élite.