Marreese Speights, factor X necesario para los Warriors
El ala-pívot ha mejorado su rendimiento últimamente
Al hablar de Golden State Warriors, podemos hablar de Stephen Curry y sus jugadas de otro planeta, de Klay Thompson y su tremendo tiro al cuál podemos añadir una nada desdeñable defensa, muy poco valorada por el aficionado medio. También incluso podemos hablar de la versatilidad que muestra un jugador como Draymond Green, que no es un excelente en ninguna de las facetas del juego, pero que aporta absolutamente de todo. De ahí su cantidad de triples-dobles este año, aunque la verdadera importancia de Dray está en los intangibles.
También podemos analizar la defensa del equipo liderado por Kerr, que pese a jugar un ritmo rápido y desenfrenado y no liderar la tabla de menos puntos recibidos por partido, en cuanto al balance puntos recibidos/posesiones, muestra una gran eficacia defensiva. Otro aspecto muy valorable del actual campeón de la NBA es su reparto de roles y la aceptación de los propios jugadores. Casos como los de Iguodala, Bogut o Livingston son un ejemplo de trabajo en silencio que todo equipo debe tener en sus filas.
Pero en el banquillo de los Warriors no todo han sido luces. Pese a que el equipo tuviera el rendimiento histórico que está acreditando esta temporada, había una pieza que no acababa de encajar del todo. Esa pieza tiene por nombre y apellido Marreesse Speights.
Haciendo un breve recordatorio, Speights fue fundamental en la gran temporada pasada de los Warriors, aportando puntos desde el banquillo en la zona y un tiro de tres cada vez más perfeccionado (algo debe haber en ese vestuario para que hasta Bogut haya anotado un triple esta temporada, o para que Iguodala pueda parecer un tirador decente…). Tras una buena temporada en el aspecto individual, “Mo Buckets”, sufrió una lesión en la serie de Playoffs contra Memphis Grizzlies, y no reapareció hasta la gran final ante los Cavaliers. Fuera de forma, con visible sobrepeso (aunque es propenso a ello) y fuera de la dinámica competitiva que requería ese escenario, Kerr decidió darle muy poco protagonismo al jugador procedente de la Universidad de Florida, hasta tal punto que recurrió a un David Lee que parecía desterrado para ejecutar la idea que acabó trayendo el anillo a la Bahía, ese formato de “small-ball”. Su mate fallado en contraataque ante los Cavaliers fue la muestra perfecta de que Marreesse no estaba en la final.
Tras el verano, parecía que Speights podía recuperar esa buena dinámica que tuvo, pero su principio de temporada no fue para tirar cohetes. Poco acertado en el tiro y siendo muy irregular en su protagonismo en la cancha, se llegó incluso a rumorear que sería objeto de traspaso antes del “trade deadline”. Los Warriors se supieron mover para reforzar la zona con el fichaje de Varejao sin tocar ninguna de sus piezas, y por suerte Speights no salió del equipo. Desde mi punto de vista, era importante no cambiar excesivamente el núcleo del equipo, y parece que confiar en el núcleo está trayendo resultados positivos en el caso del ala-pívot.
A lo largo de las últimas semanas, parece que ese factor X empieza a despertar. Su cantidad de minutos no se ha disparado de forma destacable, ni sus promedios tampoco (7.2 puntos de promedio esta temporada, 9.8 en el último mes) pero si su efectividad y su capacidad para aparecer de forma espectacular en partidos puntuales, y anotando dobles dígitos en 9 de los últimos 18 partidos.
Entre esas últimas actuaciones, observamos el partido ante los Suns, con 25 puntos en 18 minutos, el partido ante Utah con 16 puntos en 15 minutos y el más reciente ante los Sixers, con 17 puntos en 19 minutos.
Ese perfil de interior anotador escasea en los Golden State Warriors, especialmente tras la marcha de David Lee. Dejando de lado a Draymond Green, que con inspiración puede conseguir altas anotaciones, “Mo Buckets” es el único interior de la plantilla con recursos para anotar en la pintura y a media distancia. Para el éxito de los Warriors, es clave que los rivales, además de preocuparse de controlar la enorme artillería exterior del equipo de Kerr, también deban pensar en que el juego interior warrior también les puede suponer un problema. Y ahí aparece en escena el protagonista de este artículo.
Por su estado físico y su defensa algo floja, Speights debe volver a ser este tipo de jugador, aportando anotación desde el banquillo en pocos minutos y convertirse en ese dolor de muelas que el rival no se esperaba al centrar su “scouting” en como parar a Curry, Thompson o Green. Debe ser un microondas. Speights debe ser el factor X de estos Warriors históricos.