Los Houston Rockets se gustan al ritmo de James Harden

Houston Rockets 126 – 109 Portland Trail Blazers

James Harden volvió a realizar un gran partido y guió a los suyos a la victoria - Nil Alemany (SB)
James Harden volvió a realizar un gran partido y guió a los suyos a la victoria – Nil Alemany (SB)

El Toyota Center se preparaba para recibir el duelo entre dos aspirantes a posiciones importantes de la conferencia oeste. Los Houston Rockets de James Harden recibían tras caer en Oklahoma a los Portland Trail Blazers de Damian Lillard que venían de un mal partido ante los Chicago Bulls donde cayeron derrotados abultadamente.

El primer cuarto tuvo un espejismo de inicio de dominio visitante, con un parcial de 0-6 de salida. Pero rápidamente se quedó en nada con una contestación de 10-0 por parte de Houston que de esta manera empezaba a dominar el período. Con defensas inexistentes, los Houston Rockets veían aro fácilmente y al final del primer período ya habían anotado 41 puntos con un James Harden estelar que ya llevaba 16 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias. Al contrario que los Trail Blazers, quienes no veían ninguna solución que no fuera C.J. McCollum con un mal inicio de Lillard y se iban al segundo cuarto perdiendo de doce puntos de diferencia.

Pero en el segundo cuarto, con la continuidad de Jake Layman, una buena defensa de Evan Turner sobre James Harden y la finalización de C.J. McCollum los Portland Trail Blazers remaron para remontar poco a poco y al final del segundo cuarto consigueron empatar a 62 ante unos Rockets que tan solo encontraban aire en el triple con la bajada de rendimiento de su estrella.

La segunda parte no tuvo historia y fue de total dominio local. De nuevo, James Harden brillaba para acabar con un triple doble de 26 puntos, 12 rebotes y 14 asistencias que destrozaban a unos Trail Blazers que no aparecieron más allá del segundo cuarto. A finales del tercer período los Houston Rockets ya ganaban por veinte puntos y el último cuarto fue un puro trámite. Ya en los últimos cinco minutos finales, Terry Stotts asumió que la diferencia era insalvable y dió minutos a los que aún no habían jugado. Finalmente, los Houston Rockets ganaron 109 a 126.